Bravo por Toni
“Ayer cuando acabó, se me caía, se me caía!! Del dolor, no del cansancio. Es ÉL”. Él es Toni Elías y Ricard Huélamo su fisioterapeuta. Aquí en Losail, posiblemente algo más: amigo, consejero, guardián y hacedor de milagros. Aceptaréis que subirse a una moto con dos intervenciones y seis tornillos encima, tiene su mérito. Hacerlo diez días después de salir del quirófano tiene además un punto de locura y, sobre todo, esconde una concienzuda tarea de recuperación, de sufrimiento.
Escucha la entrevista a Ricard Huélamo
“Tiene el umbral del dolor muy alto”, afirma Ricard. En su expediente laboral figuran pacientes como Zinedine Zidane, Lance Amstrong o Felipe Massa . Forma parte del núcleo más cercano a Toni y ha venido a Losail a petición del piloto y también de sus padres. Después de 40 horas de recuperación (cinco al día en los ocho siguientes a la doble operación: tobillo derecho y meñique de la mano izquierda) se plantó en el circuito qatarí. La primera criba, el control médico del Doctor Costa: flexión de pierna, movilidad de la mano. Exigente, sufrido, pero prueba superada. A partir de ahí, por las mañanas descanso y tratamiento con hielo. Por la tarde – en el libre del viernes – la prueba definitiva sobre la moto, sin inflitración, con un guante tres tallas más grande de lo habitual (de Marco Simoncelli) y una bota grande (un número más).
Ninguno de los dos funcionó. En un guante tan grande golpea el viento y, de rebote, la mano. La bota, con una protección interna, no le concedía libertad en el pie para pilotar de puntillas. El “Plan B”, activado para el sábado, abrir un guante normal y unir meñique y anular para proteger el dedo operado. En el tobillo, vendajes compresivos. Y en el “coco”, el chip de la superación, el esfuerzo, el sufrimiento
A la hora que escribo estas líneas, Toni ha terminado el libre en decimotercera posición. Para el oficial tiene previsto infiltrarse. No importa el puesto que ocupe, tampoco el lugar en carrera de mañana, ni siquiera si consigue o no ver la bandera de cuadros. Tiene todo el mérito, y también mi aplauso. En mi cuarto Mundial como enviado especial sigo sin explicarme de dónde sacan fuerza los pilotos para hacer estas cosas. E intuyo que no es cuestión de años que llegue a entenderlo sino que sólo quien se sube a una moto a este nivel de exigencia lo puede hacer
PD: No por ponerlo al final es menos importante: 1) agradeceros que leáis y comentéis al igual que la temporada pasada y 2) un beso enorme a Desirée, Ainhoa y Eva. Otro para Izaskun. Todos formamos parte del equipo de RTVE.