Distribución independiente vs cine independiente
lunes 29.abr.2013 por Juan Herbera 2 Comentarios
La noticia del cesde de la actividad de Alta Films ha generado muchos comentarios, buena parte de ellos lamentando que la desaparición de una distribuidora independiente conlleve el peligro de ver disminuir la llegada del denominado cine independiente o de autor a nuestras pantallas. Si bien es cierto que en el caso de Alta Films esa identificación tiene bastante base donde sustentarse no siempre es así. Ni en España ni en otros países que suelen ser referencia para apoyar las argumentaciones.
Conviene ser exigente si se es el receptor y riguroso si se es el emisor a la hora de aportar datos sobre el asunto en cuestión. Cuando se habla de cuota de mercado no es lo mismo referirse a compañías que a número de títulos estrenados que a recaudación generada por los mismos. Y si de lo que se trata es de hablar de cine independiente o de autor, sería deseable que se filtrasen las películas que se identifican con tal etiqueta, estén distribuidas por unas u otras compañías. ¿A qué me refiero? Lo vemos.
Según los pocos datos de que disponemos relativos a 2012, todo apunta a que las películas estrenadas por las seis filiales de los grandes estudios de Hollywood, las conocidas majors (Warner, Universal, Fox, Disney, Sony y Paramount), generaron entorno al 75% de la recaudación total del mercado español. Ahí se engloban resultados de todo tipo de títulos, también de obras como Los descendientes, Argo, Hugo, El exótico Hotel Marigold o Los idus de Marzo, todas ellas en el Top-100 de recaudaciones, que podrían dar pie a discusión sobre si incluirlas o no en el mismo paquete que los clásicos blockbusters de las multinacionales. Por no mencionar la interminable lista de películas españolas estrenadas por estas empresas, algunas de las cuales con excelentes resultados comerciales el pasado ejercicio.
Y si nos fijamos en el 25% restante de la recaudación, resulta que la distribuidora "independiente" con mejor cuota sería eOne Entertainment (antes Aurum Alliance), de matriz canadiense, con unas décimas más de presencia de mercado que Paramount y responsabel de títulos como Amanecer Parte 2, de la saga Crepúsculo, la segunda mejor taquilla del año en España. Si obviamos el resultado de esta minimajor la cuota del producto estrenado por el resto de distribuidoras se siuaría entorno al 16%.
Y tampoco la taquilla de todas las películas ahí representadas podríamos identificarla con el cine independiente o de autor. En ese Top-100 de mejores recaudaciones entre los estrenos de 2012 se encuentran títulos, españolas de nuevo al margen, como Intocable (A Contracorriente), La mujer de hierro (Wanda), El fraude (Tri Pictures), Blancanieves (mirror, mirror) (Tri Pictures), A Roma con amor (Alta), La pesca del salmón en Yemen (Wanda), The possession (DeAPlaneta) o Mátalos suavemente (DeAPlaneta). Hay que irse hasta la posición 82 del ranking para encontrar un título que evitase discutir sobre si se puede etiquetar como independiente o de autor, como sí podría suceder con los anteriormente citados: En la casa (Golem).
Parece claro, por tanto, que la cuota del cine independiente no debería ir ligada necesariamente a la nacionalidad o tipología de distribuidora. Un título tan identificado con ese cine como The Artist llegó a España de la mano de Alta pero en Francia (el país referente para muchos por el estilo de protección de su cultura propia) lo hizo a través de Warner. Tampoco la realidad de la distribución en los países nórdicos puede usarse como argumento si no se explica que en Dinamarca, por ejemplo, películas como Skyfall, El Hobbit (primera y segunda en el ranking de recaudaciones) o Los juegos del hambre llegaron a través de distribuidoras nacionales o que en Finlandia sólo Disney y Sony tienen distribución propia. Si no se hace esta salvedad no es del todo justo destacar la cuota de las compañías independientes frente al resultado del producto distribuidor por las majors.
También se insiste en la pérdida de posibilidades de estreno para el cine independiente al caer de 200 a 20 el número de salas del circuito Renoir. Lo cierto es que esas casi 200 pantallas que en su día llegó a gestionar la empresa de Enrique González Macho no se dedicaban en exclusiva a proyectar cine de autor. Ni tan siquiera en versión original subtitulada. Y las que sí lo hacían proyectaban también la mayoría de esos títulos antes señalados, próximos a la denominación de origen "cine independiente", distribuidos por mulitnacionales. De todo había (y no es una crítica, sólo una constatación). Muchas pantallas fueron cayendo por el camino, algunas del sello Renoir, otras no, hasta llegarse a la situación actual en que la mayoría de lo que sobreviva serán complejos que exhibirán versiones originales subtituladas y, esos sí, serán pieza codiciada del llamado cine independiente y de autor.
La realidad de nuestro mercado es muy compleja y viene arrastrando deficiencias e imperfecciones desde hace muchos años. El dominio apabullante de las multinacionales es consecuencia de una apuesta de la administración por una modelo económico y de mercado muy concreto que viene de lejos. La oportunidad de potenciar a las empresas nacionales, ayudarlas en su construcción (apoyando una mentalidad empresarial competitiva y moderna, buscando fórmulas para dotar de solidez su respaldo financiero) y acompañarlas en su internacionalización (para estar preparadas ante los retos de la globalización) es un tren que se dejó escapar hace décadas y que, desgraciadamente, nadie ha querido o sabido recuperar con el paso de los años (ni administraciones ni asociaciones y/o federaciones sectoriales, las cosas como son). Durante este tiempo se han hecho cosas bien (por supuesto) y muchas mal. En distribución (multinacional e independiente, como la realidad nos recuerda con frecuencia) pero también en exhibición y producción. Intentemos identificar los errores y esforcémonos en encontrar y aplicar soluciones. El cine (el independiente y el más comercial, que todo suma) nos lo agradecerá.
Qué pena... dijo
Qué pena que en España lo hayamos hecho tan mal siempre en todo, no sólo en el cine.
La verdad es que es un poco desesperanzador.
Lamotta dijo
Alta apenas distribuía cine de autor.Se dedicaba sobre todo a traer cine español y cine europeo mainstream,salvo algunas excepciones como Shame,The Artist o el cine de Ken Loach.Nada que ver,por tanto,con Wanda,Avalon, Golem o Karma,que sí son distribuidoras especializadas.