La segunda casa de Juan José Campanella
martes 17.dic.2013 por Juan Herbera 0 Comentarios
Con el estreno el viernes de Futbolín serán siete los largometrajes del director argentino, Juan José Campanella, estrenados en nuestro país. Vistos los resultados de algunos de ellos podemos concluir que España es algo más que un buen mercado para el realizador; poco menos que una segunda casa. Nacido en Buenos Aires hace 54 años se formó y obtuvo su graduación en la escuela cinematográfica de la Universidad de Nueva York.
Su primera película, El niño que gritó puta (1991), norteamericana por los cuatro costados, no consta estrenada más que en España y Alemania. A las salas de nuestro país llegó en marzo de 1992 y fue vista por poco más de 90.000 personas que dejaron en taquilla 220.000€.
Tras varios trabajos para la televisión norteamericana se pone de nuevo tras la cámara para dirigir ...Y llegó el amor (1997) de la que también escribió el guión. Producción de nuevo estadounidense se estrenó en España en agosto de 1998 recaudando apenas 58.000€ y siendo vista por 16.000 espectadores.
Dos años después vuelve a responsabilizarse del guión y la dirección de su primera película argentina, El mismo amor, la misma lluvia, para la que cuenta con el que se convertirá en su actor fetiche Ricardo Darín. Curioso el caso de este título en España. No se estrenó hasta julio de 2002, puesto que no tenía distribución tras su llegada a las salas argentinas. Y la razón de verse en nuestro país no es otra que el gran éxito de su siguiente trabajo, El hijo de la novia. Alta Films había distribuido esta y rápidamente se hizo con los derechos de El mismo amor, la misma lluvia (mismo director, mismo protagonista). No le salió nada mal la apuesta pues recaudó 2.805.000€ y movilizó a 610.000 espectadores (al precio medio actual dejarían en taquilla más de cuatro millones de euros).
El hijo de la novia estuvo participada con un 20% por capital español. Escrita y dirigida por Campanella contó con Ricardo Darín al frente de un reparto en el que destacaban Héctor Alterio y Norma Aleandro. Nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa recaudó poco más de 620.000 dólares en Norteamérica. No llegó a 600.000 euros en Alemania y en Italia no pasó de 240.000 dólares. En Argentina fue vista por cerca de 1.300.000 espectadores. España fue el mercado mundial con una mayor recaudación en taquilla: 7.231.000€ y 1.575.000 entradas vendidas que, al precio medio de hoy en día, supondrían unos ingresos por encima de los once millones de euros.
En 2004, tras dedicar tres años a diversas series de televisón en Estados Unidos, se estrenaba Luna de Avellaneda, con Campanella de nuevo dirigiendo y escribiendo el guión y con Ricardo Darín por tercera vez como protagonista. Le acompañaba, también por tercera vez consecutiva, el actor argentino Eduardo Blanco. Con participación española mayoritaria en la coproducción con Argentina no logró conectar como los dos trabajos anteriores. Recaudó 1.738.000€ en nuestro país y fue vista por 347.000 espectadores.
Cinco años tardó Campanella en volver a dirigir un largo. Se hizo cargo de nuevo del guión y, además, produjo la película. Se trataba de El secreto de sus ojos, coproducción hispano-argentina de nuevo con mayoría de capital español. Repetía Ricardo Darín al frente del reparto y volvía a recibir la nominación al Oscar como mejor película de habla no inglesa. Esta vez se llevó el galardón, como se alzó con dos de los nueve Goyas a que optaba. En Norteamérica recuadó 6,4 millones de dólares; en Alemania se acercó al millón; en Francia al medio millón. Italia daba el estirón con más de un millón y medio de dólares; Argentina recaudaba más de 9,2 millones y España volvía a ser el segundo mercado mundial, superando al estadounidense con ocho millones de dólares (6,3 millones de euros) y un millón de espectadores.
Futbolín (en Argentina llamada Metegol) llegará de la mano de Universal a los cines españoles. Es la incursión de Campanella en el cine de animación en 3D. El reto de mejorar en taquilla títulos anteriores, como vemos, no es sencillo. En el país del director ha superado los dos millones de espectadores. ¿Será capaz de repetir algo así en su segunda casa? El listón lo marcan el millón y medio de entradas de El hijo de la novia. Las Navidades pueden ser el aliado perfecto.
