Persistir
El destino ha querido que el final de esta etapa del blog Desde la Taquilla haya coincidido con la reproducción de una serie de cinco artículos del analista y consultor Dan Schechter publicados por la revista digital especializada The Wrap, el último el del pasado lunes, todos ellos dedicados a analizar la dura realidad del mercado cinematográfico norteamericano y a aventurar posibles vías de salida para hacer crecer de nuevo la asistencia a las salas y aumentar la recaudación en taquilla, todo ello sopesando pros y contras y desde la óptica tanto de las distribuidoras como de los circuitos de exhibición.
No se me ocurre mejor manera para despedir este espacio de los lunes, dedicado a comentar temas relacionados con nuestro mercado, con la industria en general; probablemente el más exigente de los tres. Los otros dos, el de análisis de taquilla (últimamente publicado los miércoles) y el de avance de estrenos (que os llegaba los jueves) tenían una mecánica más recurrente y respondían, en cierto modo, a una herencia, a lo que un servidor ya había hecho cuando Desde la Taquilla vivía en la red de forma autónoma.
En esa serie de artículos se resume todo aquello por lo que yo he luchado todos estos años (y por lo que espero seguir luchando unos cuantos más), haya sido desde la posición profesional que haya sido: observar el comportamiento del mercado, ver su evolución, analizar sus resultados, identificar problemas, apuntar soluciones; sin prejuicios, sin apriorismos, sin frentismos, sin buscar el conflicto entre las partes, entendiendo el mercado como el terreno de juego común de unos y otros donde cada parte debe defender sus intereses pero donde todos tienen la obligación de pensar en el espectador y en el futuro del cine como espectáculo global y masivo.
Análisis y consultoría. Qué rápido se dice, qué fácil parece. Y en nuestro país no lo es. Bucead un poco en la red; encontraréis muchos casos como el de The Wrap y Schechter, medios decididos a apostar por un enfoque profesional a la hora de abordar el mercado cinematográfico, con analistas de primer nivel dentro y fuera de los equipos propios (Variety, The Hollywood Reporter, Deadline, Screen International, Vulture, Forbes, The New York Times, BoxOffice Mojo, ComingSoon, The Numbers, BoxOfficePro, HSX, Exhibitors Relations, etc., etc., etc.); gracias a ellos (y a que navegar entre sus páginas es gratuito) he podido mantener un nivel aceptable a la hora de haceros llegar los distintos post cada semana.
Eso era el análisis; luego está la consultoría, en la que confían las empresas del sector (las de allí, insisto) para obtener información de calidad que luego les ayude a mejorar en la toma de decisiones. No hay que ir muy lejos para saber quien encarga y de qué sirve. Hay multitud de estudios; algunos muy profundos, pero hay uno que cada año, durante el primer trimestre, llega a todos los medios que cubren la realidad del mercado cinematográfico norteamericano; ese informe anual de la MPAA que detalla no solo el número de espectadores y la recaudación, sino que lo desglosa por sexo, tramos de edad, frecuencia de asistencia, asistencia per cápita, peso del 3D, promedio de títulos por espectador... datos y más datos; y sus porcentajes de variación año tras año. Así todo es más fácil, ¿no os parece?
Cuando el 13 de diciembre de 2011 colgué mi primer post en este blog, el de presentación, me hubiera gustado pensar que, cuatro años y medio después, nuestro mercado empezaría a parecerse a esos otros de referencia. No es así. Seguimos aceptando que la información de taquilla sea aquí un privilegio, esté semioculta y llegue con cuentagotas cuando en esos otros países se ofrece a diario con todo lujo de detalles; seguimos asumiendo que los estudios a fondo solo los pueden hacer unos pocos que no somos nosotros y preferimos mirar hacia otro lado cuando tenemos la oportunidad de cambiar esa dinámica; seguimos convencidos de que nadie sabe más que nosotros de nuestro negocio (menos de finanzas, asuntos legales y en ciertos asuntos de publicidad, para lo que la ayuda externa no solo es aceptada sino que se considera imprescindible que lo sea) y de que nadie tiene que decirnos cómo salir de la crisis (sectorial y general) aunque hayamos perdido más de un 46% de la clientela en solo doce años.
Pero no hay que resignarse. También es fácil decirlo, y difícil (muy difícil a veces, creedme) no caer en la maldita resignación; esa que te hace parar, mirar a tu alrededor, echar la vista atrás y comprobar lo poco que se ha avanzado y los muchos esfuerzos que se han quemado. Pero no puede uno detenerse ahí; el riesgo de abandonar es muy elevado. Si se cree en lo que se hace, si se está convencido de que haciendo bien las cosas el mercado se beneficiará, si se es un apasionado y un convencido de esa apuesta por la investigación, el análisis y la reflexión compartida como fórmula para avanzar en la buena dirección, entonces no se puede parar. Hay que seguir, por difícil que sea; persisitir. Una y otra vez. Persistir.
Al blog Desde la Taquilla le quedan dos artículos más, pero la taquilla y el mercado cinematográfcios seguirán ahí. Bien vivos, deseosos de que muchos profesionales y aficionados le presten la atención que se merece y que esta tenga los altavoces que se requiere para darles notoriedad. No les falléis; os necesitan.
Gracias por estar ahí, por ayudar, por colaborar, por comentar, por criticar, por aportar. Por persistir.
No acudiré a nuestra cita tres veces por semana desde esta tribuna, pero estar, yo también estaré. Persistiendo.