Claves de una jornada '10'
Este Barça continúa poniendo pimenta a la Liga que sigue muy lejos, a 10 puntos, pero más cerca por la imagen que dio el equipo ante el tercero en discordia, el Valencia. El recital de Messi, su póker de goles, en su partido 200 de Liga, dio a los de Emery un “manotazo” en el Camp Nou (5-1). El técnico ché fue rotundo: "Jugando así, imposible ser segundos".
No pudo ser más oportuna la visita de Juanma Lillo, el maestro de Guardiola, este domingo a Estudio Estadio. Para él la Liga es más escocesa que española. Es cierto que Madrid y Barça mantienen su particular duelo en Primera, a años luz del resto, pero la Liga está muy viva. Así que pongamos el acento, porque hay matices.
Diez son también los puntos que separan la cuarta plaza, que da acceso a Champions, del descenso. La lucha por estar en Liga de Campeones el próximo año está siendo apasionante. Espanyol y Athletic empatan en la posición más deseada y más abierta: ocho equipos en cuatro puntos.
El tapado que sueña con Europa, ahora que se ha caído el Levante, es el Rayo, que está a un punto de Europa League y a dos de Champions. En descenso no hay cambios esta semana, aunque Real Sociedad y Villarreal con sus derrotas vuelven a asomarse al abismo.
Ha sido también una jornada de muchos goles. Seis en el Camp Nou, cinco en Los Cármenes, cuatro en el Bernabéu y en Mallorca, tres en San Mamés, pero la goleada con mayúsculas la vivimos en el Ciudad de Valencia: ocho en total en el triunfo del Rayo, con tres dobletes (Lass y Diego Costa, para los de Vallecas; y Rubén Suárez, para el Levante).
Y para terminar, una confesión. Cuando Lillo confirmó que venía al programa en seguida sentí curiosidad por saber cómo era, qué cautivó a su discípulo más aventajado, Pep Guardiola. Y al charlar con él, enseguida lo comprendí. Creo que es la naturalidad y claridad con que entiende este deporte. Un entrenador muy lúcido si tenemos en cuenta que a los 15 años ya tenía clarísimo que lo suyo eran los banquillos.
Cuando le preguntamos por el mejor jugador, no dudó: "El mejor jugador para mí es el que multiplica las capacidades de sus compañeros; por algo es un deporte de equipo". Habla de calidad, pero por encima de todo del colectivo. En el caso del Madrid, Xabi Alonso, y en el del Barça, Andrés Iniesta, para Lillo “el mejor del mundo”.
Partiendo de esa premisa, vemos el Barça de Guardiola. Lillo es un técnico que no entiende de egos ni de estrellas,que trata a los futbolistas como personas de lunes a viernes y como profesionales el día de partido. Y de nuevo pensé en Pep y en la falta de feeling con Ibra y Eto'o.