Hitler, Hitchcock,Truffaut y Lale
domingo 6.mar.2016 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Las salas de cine nos ofrecen estas semanas la posibilidad de ver tres películas europeas, de gran factura. La alemana "13 minutos para matar a Hitler", la estadounidense "Hitchock/Truffaut" y la franco-turco-alemana "Mustang".
Desde 1921, cuando Hitler lideró el partido nacionalsocialista, y hasta el final de la guerra (se suicidó en su búnker de Berlín, el 30 de abril de 1945), hubo unos 40 intentos de asesinarlo, pero todos fracasaron. Incluso oficiales del ejército dejaron de apoyarle por considerarlo un peligro para su propio país. Uno de los primeros en ver ese peligro fue George Elser. Su plan, igual que la operación Valkiria , llevada al cine por Brian Singer en 2008, son los dos atentados más famosos contra Hitler.
Elser es un nombre desconocido para la mayoría de los ciudadanos, pero fue un símbolo de esa reducida resistencia alemana al nazismo. Intentó frenar su avance colocando una bomba en una cervecería de Munich, donde Hitler se reunía con altos cargos de su partido, entre los que se encontraban Joseph Goebbels, Heinrich Himmler y Reinhard Heydrich. El cierre del aeropuerto de la ciudad bávara a causa de la nieve hizo que adelantara su salida de la ciudad y consiguiera salvarse.
El héroe anónimo lo tenía todo calculado pero falló por 13 minutos. El director alemán, Oliver Hirschbiegel, reivindica a este carpintero anónimo que acabó torturado en el campo de concentración de Daschau, sin que nadie creyera que había actuado en solitario. "Fue un hombre que tuvo mucho valor, que cuando todo el mundo callaba no pudo hacer otra cosa que actuar. Yo creo que él hubiera cambiado el rumbo de la historia", explicaba el realizador germano a "Canal Europa".
Junto a él reivindica el papel de otros miembros de la resistencia antinazi, que fue omitida en su país e ignorada frente al resto de grupos resistentes en otros países europeos. "Era un sistema opresivo, que creía y veneraba la violencia, y él sabía que la única forma de pararlo era de forma violenta. El no creía en la violencia, la menospreciaba, le daba asco, y para dar este paso tuvo que luchar contra su propia conciencia, actuar en contra de su propia moral, de sus propios principios". Y Hischbiegel nos recuerda que "él actúa por motivos totalmente altruistas. No quería dar lecciones, no quería crear un nuevo sistema político, es apolítico, Esel simplemente quería impedir que el tirano matara"
Con este largometraje el director alemán vuelve a retratar los últimos días del nazismo, como ya hiciera en "El hundimiento", candidata al Óscar en 2005, en la que relataba los últimos días del dictador en el búnker de Berlín.
MUSTANG
Los Mustang son caballos andaluces y berberiscos que simbolizan la libertad y la vida en manada. En América del Norte eran capturados para conducir el ganado y acabaron encerrados en rodeos. La directora franco-turca, Deniz Gamze Ergüven, explota esa idea asociando a sus cinco protagonistas con la belleza, la libertad, la fuga y lo indómito. Con esa fuerza nos traslada a un pequeño pueblo, situado al norte de Turquía, frente al Mediterráneo.
La cineasta elige contar la historia de cinco hermanas turcas, en plena adolescencia. Inesperadamente para ellas, cambió la vida de las cinco jóvenes que pasaron de sus mejores sueños, a vivir inmersas en una oscura realidad. Gamze Ergüven escoge la mirada y la voz -en off- de la más joven, la rebelde e irreverente Lale, e inyecta en su película un humor salvador, un dinamismo reivindicativo y un optimismo luminoso que sirven de contrapeso frente a los aspectos más sombríos del relato. Todo aparece ante nuestros ojos en un guión lleno de ritmo y discretamente inspirado en la estructura clásica de los cuentos, donde la heroína debe pasar una serie de pruebas para conseguir liberarse.
La coproducción franco-turca-alemana, ha conseguido importantes premios de la cinematografía europea a lo largo de 2015, entre ellos el Goya a mejor película extranjera. No pudo hacer lo mismo con el Óscar a la película de habla no inglesa, que fue para la húngara, "El hijo de Saúl".
Hitchcock/Truffaut
Los amantes del cine tienen una oportunidad excepcional de conocer la visión que Alfred Hitchcock tenía de su propias películas. El maestro del suspense, concedió en 1966, una entrevista a François Truffaut, un joven y futuro director francés, en aquella época crítico de la cine de la prestigiosa revista Cahiers du Cinema. Las 50 horas de grabación, con preguntas exhaustivas repasando cada película del cineasta británico-estadounidense, se convirtieron en una de las entrevistas más famosas de la historia del cine, y ahora nos llega en forma de documental. Un británico y un francés hablan de cine. Un autor consagrado y un jóven crítico desgranan la manera de ver el cine del maestro del suspense. Uno venía del cine mudo y otro lo reinventaría con la "nouvelle vague".
Medio siglo después de la publicación del libro "El cine según Hitchcock" de François Truffaut, el realizador estadounidense Kent Jones se basa en ese mítico encuentro para presentar el documental "Hitchcock/Truffaut". Repasa el cine de ambos con la colaboración de algunos de los mejores directores actuales como Martin Scorsese, David Fincher, Kiyoshi Kurosawa o Richard Linklater, que comparten con el público sus pensamientos sobre el maestro del suspense. La película recoge muchos detalles de aquel encuentro introduciendo al espectador en la relación del director de "Psicosis" con los actores, las curiosidades de sus rodajes o las técnicas que utilizaba para filmar sus escenas.
Unas explicaciones que acaban convertidas en auténticas clases magistrales de cinematografía. De ella extraemos una lección sobre suspense. "Nosotros estamos hablando, acaso hay una bomba debajo de la mesa y nuestra conversación es muy anodina, no sucede nada especial y de repente: bum, explosión. El público queda sorprendido, pero antes de estarlo se le ha mostrado una escena anodina, desprovista de interés. Examinemos ahora el suspense. La bomba está debajo de la mesa y el público lo sabe, probablemente porque ha visto que un anarquista la ponía. El público sabe que la bomba estallará a la una y es la una menos cuarto (hay un reloj en el decorado); la misma conversación anodina se vuelve de repente muy interesante porque el público participa de la escena. Tiene ganas de decir a los personajes que están en la pantalla: “¡No deberías contar cosas tan banales, hay una bomba debajo de la mesa y pronto va a estallar!”
Un sincero Hitchcock se muestra orgulloso de películas como "Encadenados" o "La sombra de una duda" y severo con otras como "La soga" o "Pánico en la escena". Un documental imprescindible no solo en las escuelas de cine , si no para todos los cinéfilos.
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