Los ayuntamientos alertan de que el reto demográfico es el gran problema de Europa
jueves 16.jun.2016 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Navalquejigo, un municipio de la sierra madrileña, situado cerca de El Escorial, tiene una larga historia. En sus tierras vivieron, primero romanos, y más tarde musulmanes. Ambos dejaron su impronta en algunos edificios históricos, incluso formó parte de la Cañada Real. En 1748 se convirtió en Ayuntamiento, pero la construcción del Monasterio de San Lorenzo y la capitalidad de Madrid, le restaron población en el siglo XVII. En un largo proceso de despoblamiento, a principios de los 90, y a pesar de tener una estación de cercanías, pasó a ser considerado un municipio abandonado.
Hace un año, el ayuntamiento tarraconense de Prat de Comte, puso un anuncio ofreciendo vivienda y trabajo para familias que quisieran irse a vivir con sus hijos. No tenían niños suficientes para poder continuar con la escuela abierta, y saben que si el colegio se cierra, será el principio del declive del municipio. Las alarmas siempre saltan, cuando se habla de cerrar un centro escolar local. Las familias acaban trasladándose a las ciudades cercanas y solo quedan los viejos. Los alcaldes siempre repiten, "un pueblo sin escuela es un pueblo sin vida".
Navalquejigo y Prat de Comte son un ejemplo claro de como el crecimiento de las ciudades ha comportado en el último medio siglo el despoblamiento de las zonas rurales, no solo en España sino en toda Europa. En 2014 Prat de Comte tenía censados 164 habitantes, 17 tenían menos de 14 años y medio centenar más de 65. La demografía es una espada de damocles sobre Europa. Tanto en las ciudades como en el campo.
El Comité de las Regiones, pide medidas para acabar con esta "sangría demográfica", como la describe Augusto Rollandin, presidente de la región del Valle de Aosta. Su colega, el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, ha presentado en el pleno del Comité, un estudio sobre los retos demográficos que afronta Europa y que "necesita unas medidas a escala europea que no pueden dilatarse más en el tiempo". Una opinión que comparte un reciente informe de la OCDE, y que considera "los problemas demográficos de Europa como el más grave reto al que se enfrenta la UE", como ha explicado a Canal Europa, la secretaria general adjunta de este organismo, Mari Kiviniemi, exprimera ministra de Finlandia. Kiviniemi aporta datos: "Desde el año 2000, la población de edad avanzada ha aumentado en los países de la OCDE cinco veces más que el resto de la población. Además, las regiones rurales están envejeciendo más rápidamente que las urbanas".
En los últimos 50 años, la esperanza de vida en el continente ha aumentado 8 años y las proyecciones demográficas dicen que volverá a aumentar 5 años hasta 2050. El proceso de envejecimiento, unido a la baja fertilidad de los años 70, será todavía más marcado en los próximos decenios.
En 2012, se celebró el "Año europeo del envejecimiento activo y de la solidaridad intergeneracional", en el que se recogieron algunas recomendaciones, pero que demostró que sigue sin tratarse a fondo esta problemática. Tres años más tarde, los responsables políticos de los entes locales y regionales echan en falta una mayor atención de la Comisión y el Consejo que "hasta ahora únicamente tienen en cuenta las consecuencias del envejecimiento en la sostenibilidad de los presupuestos de los Estados miembros" y piden que se "adopte una estrategia europea sobre el cambio demográfico para coordinar la acción de todas las administraciones europeas".
La emigración a las ciudades y el envejecimiento rural son las dos caras de un mismo problema y requieren políticas sociales diferentes. El aumento de jóvenes en las urbes supone mayor gasto en políticas de vivienda, educación, transporte y sanidad. El incremento de jubilados en los núcleos rurales, comporta un aumento de los gastos sanitarios y sociales, ya que muchas de esas personas acabaran siendo dependientes.
"La Comisión Europea debe hacer frente a los desafíos demográficos, que requiere atraer y retener población joven en todo el territorio, para fomentar un crecimiento equilibrado entre zonas densamente pobladas y otras con pérdida de población, favoreciendo la prestación de servicios públicos de calidad a todos los ciudadanos", ha explicado en el plenario del Comité, el presidente castellanoleonés.
El dictamen, elaborado por Herrera, cuenta con el apoyo de ocho regiones españolas, y ha sido refrendado por la mayoría de los miembros del CoR, que han hecho un llamamiento a favor de una estrategia europea integral que alinee distintas políticas de la UE, desde las de cohesión, innovación y empleo hasta las de transporte y desarrollo rural. Entre las recomendaciones figura el fomento de políticas de apoyo a las familias para lograr tasas de fertilidad más altas, el desarrollo de las infraestructuras de transportes y telecomunicaciones en las zonas rurales y escasamente pobladas, así como el apoyo a políticas de inmigración, basadas principalmente en empleo, que puedan atenuar las tendencias demográficas negativas.
Durante el decenio de bonanza económica, las deficiencias demográficas se compensaron con la llegada de inmigrantes, que fueron a vivir principalmente a las ciudades. El Comité pide a la UE que apoye "políticas de inmigración para atenuar las tendencias demográficas negativas con una visión amplia, que permita su integración y contibuya al desarrollo de una sociedad intercultural".
Hace unos años muchos pueblos se lanzaron a una campaña a la desesperada para encontrar familias jóvenes que quisieran vivir en el municipio y evitar colgar el cartel de "abandonado" o "pueblo fantasma". Ayuntamientos y gobiernos regionales saben que esa no es una solución a largo plazo, porque los jóvenes solo se quedarán si ven posibilidades de futuro para ellos y sus familias.