Canadá y Europa, atracción común
martes 18.jul.2017 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Lo hemos visto con calcetines arcoiris durante el desfile del Orgullo Gay o con inscripciones en árabe para felicitar a la población musulmana al finalizar el Ramadán, se ha fotografiado con la cantante colombiana, Shakira tras hablar de la educación de las niñas... Estamos hablando del político de moda, el primer ministro canadiense Justin Trudeau. Su fama ha puesto a su país en la portada de los medios de comunicación y redes sociales. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la tensión de las relaciones entre los dos vecinos americanos, ha llevado a Ottawa a acercarse más a Europa.
En febrero, Trudeau visitó el Parlamento Europeo en Estrasburgo. En la eurocámara se declaró un ferviente admirador de los logros conseguidos por la Unión Europea y recordó su papel como potencia internacional de referencia. “La UE es un logro extraordinario. Un modelo de cooperación pacífica. Es vital para resolver los desafíos a los que nos enfrentamos en la comunidad internacional” “El mundo entero se beneficia de una Europa fuerte”.
Las relaciones entre Europa y Canadá se remontan al año 1.000 cuando pueblos vikingos desembarcaron en las costas de ese país. Más tarde llegarían franceses e ingleses, que conquistaron sus tierras, y este mes de julio se cumplen 150 años de la independencia de Canadá. La celebración coincide con la aprobación del acuerdo de librecomercio entre la Unión Europea y Ottawa.
Unos días antes de la visita del premier canadiense la eurocámara aprobó el Tratado de Libre Comercio conocido como CETA, un acuerdo no exento de polémica a ambos lados del Atlántico, como reconoce a "Canal Europa" el embajador canadiense en España, Matthew Levin. "En Canadá ha habido críticas, aunque menos que en Europa..... Como gobierno respetamos que haya versiones discrepantes sobre estos acuerdos. Son iniciativas de mucho calado, y vemos normal que haya críticas. Seguimos pensando que es un excelente acuerdo, para los intereses de Canadá, pero también para Europa y sus estados miembros".
A Canadá el Tratado le permite reducir su dependencia económica de Estados Unidos y a la UE, incrementar el comercio un 20% y ahorrar unos 500 millones anuales en aranceles. Los detractores critican que se da más poder a las multinacionales y se reducen las políticas públicas. Levin destaca que es el acuerdo económico más ambicioso que ha firmado su país. "Y no solo es su ambición comercial y económica, sino que hay elementos que no estaban en acuerdos anteriores y que forman parte de una agenda comercial progresista. Es una nueva manera de abordar la globalización. Nunca antes habíamos tenido un capítulo dedicado a las obligaciones en la protección del medioambiente. Hay un capítulo dedicado al desarrollo sostenible y otro que trata sobre el derecho legítmo de los estados a reglamentar el interés público".
Considerado por muchos como el país de las segundas oportunidades, se habla de él como un ejemplo de convivencia multicultural y multiétnico. Aunque nunca todo es perfecto. Los indígenas se quejan de que siempre han sido olvidados por los políticos. En 2008 el gobierno les pidió perdón oficialmente por que a finales del siglo XIX, unos 150.000 niños fueron internados a la fuerza en centros de menores donde muchos sufrieron abusos sexuales y físicos. Se calcula que la mitad murieron de tuberculosis y enfermedades. La disculpa oficial supuso el inicio de la reconciliación entre los canadienses.
Para el Matthew Levin, ese reconocimiento es un ejemplo más del compromiso de su país con los derechos humanos. El embajador destaca que en el acuerdo de libre comercio se ha pactado un mecanismo de cooperación que recoge compromisos globales. "Hay un capítulo dedicado al desarrollo sostenible y otro que trata sobre el derecho legítmo de los estados a reglamentar el interés público. Vemos que es una agenda muy progresista, y por eso pensamos que los sectores que critican el acuerdo tal vez no tengan conciencia de estos elementos. Seguimos estando convencidos de que el comercio y la integración económica son fundamentales para nuestra prosperidad"
El gobierno Trudeau ha sido uno de los máximos avaladores del Tratado de París, firmado en diciembre de 2015. En la lucha contra el cambio climático Canadá forma parte del Consejo del Ártico, en el que participan también Dinamarca, Finlandia, Suecia y la Unión Europea.
Los dos colaboran también en materia aerospacial. Es el único país no europeo que forma parte de la Agencia Espacial Europea. Por cierto que la exastronauta, Julie Payette, de 53 años, fue la primera mujer y el primer canadiense, en viajar a la Estación Espacial Internacional y será a partir de septiembre la gobernadora general de Canadá.
En 2015, en plena campaña electoral y en medio de una crisis mundial de refugiados, el actual primer ministro, entonces candidato, se comprometió a acoger a unos 25.000 sirios que huían de la guerra. Una cifra pequeña en relación al millón que acogió Alemania. "Lanzámos un mensaje de diversidad al mundo. Lo veíamos como oportunidad, para nuestro país, no con miedo, porque la experiencia de Canadá en sucesivas oleadas de refugiados coincidiendo con diferentes crisis internacionales, ha sido que la llegada de todos estos grupos ha contribuido positivamente a construir el Canadá de hoy. No queremos comparar nuestra situación a la de nuestros socios europeos, porque tenemos otra geografía, que nos permite una cierta situación privilegiada, tenemos más control sobre las personas que llegan y eso nos facilita tener otro marco de actuación".
La acogida de inmigrantes, en la década de los 60, revolucionó la política social del país. Se aprobó la Inmigration Act, una ley que convertía a Canadá en el primer país en seleccionar a los inmigrantes por baremos profesionales. Actualmente el 22% de la población es extranjera. La inclusión social y cultural, forman la base de la acogida. Para Matthew Levin, "a través de nuestra experiencia de 40 años tenemos un modelo de "patrocinio privado", eso significa participación de la ciudadanía y de las comunidades. Se hacen cargo de familias enteras, las acogen y dan respuesta a sus necesidades económicas, educativas, sanitarias o de vivienda, con lo que las integran en la sociedad. Frente a lo que podríamos llamar una burocracia fría, hay una acogida real".
Este país con seis husos horarios, tiene unas dimensiones totalmente diferentes a las europeas. El total de la superficie del país norteamericano, es tres veces el de todos los estados miembro, pero la población europea es 12 veces más numerosa que canadiense. En el ámbito medioambiental, tiene 2 millones de lagos, el 60% de los que existen en el mundo y el 9% de su superficie total es agua dulce. Dos regiones muy diferentes pero que, a pesar de las críticas, en los últimos años se han comprometido a aumentar la cooperación mútua.
Escucha la entrevista entera con el embajador Matthew Levin
Entrevista a Matthew Levin, embajador de Canadá en España (transcripción)