Jeanne Moreau, un mito del cine europeo
lunes 31.jul.2017 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Orson Welles, consideraba a Jeanne Moreau, "la mejor actriz del mundo". Presente en el mundo del espectáculo de Francia y Europa durante 65 años, la gran dama de la cinematografía gala ha fallecido en París a los 89 años. Abanderada de la "Nouvelle Vague", trabajó con los mejores directores de cine de su país como François Truffaut, Louis Malle o André Téchiné, y había estado a las órdenes de Luis Buñuel en "Diario de una camarera". Fue la primera mujer académica de Bellas Artes de Francia.
La inolvidable intérprete de "Tourbillon" en la trágica "Jules y Jim", esta actriz de belleza sensual, inimitable voz grave y políglota, fascinó a los grandes directores de su época. A Welles en "Una historia inmortal", a Buñuel en "Journal d'une femme de chambre" a Antonioni en "La Notte", a Losey en "Eva" . También al mundo del cine que la reconocío con el César por "La vieille qui marchait dans la mer" y la mejor interpretación femenina de Cannes en 1960 por "Moderato Cantabile" de Peter Brook. Un festival al que estaba muy unida, donde presidió el jurado en dos ediciones, en 1975 y 1995 y en el que había sido maestra de ceremonias varias ocasiones. En 1998 recibió el Oscar honorífico y diez años más tarde el Super César de honor.
Debutó en 1947 en el Festival de Aviñón, con la obra "La terrasse de midi", y diez año más tarde le llegó su oportunidad para entrar en el cine por la puerta grande. Luis Malle le ofreció el papel protagonista de "Ascensor para el cadalso". Esta mujer libre y actriz ecléctica ha participado en 130 películas a las órdenes de los más renombrados realizadores del cine como Orson Welles, Elia Kazan, Wim Wenders o Rainer Werner Fassbinder. Como cantante interpretó algunas de las canciones de las películas en las que había participado como "Le tourbillon" en "Jules et Jim".
El cine galo recuerda a su mito
"Jeanne la francesa", como se le conocía en el extranjero, se había convertido en la mejor embajadora del cine francés. En 1997 recibió el premio Donosti y explicaba que "estoy condenada a la destrucción como todo ser humano, pero antes de llegar al final del camino en la vida me he dedicado a experimentar, a mirar, a ver que hacen los otros e interesarme por la vida". Unifrance, el organismo encargado de la promoción del cine galo en el exterior ha mostrado una "tristeza que no acabará nunca, pero la alegría de recordarla siempre con nosotros".
La ministra de cultura Françoise Nyssen, ha publicado también en twitter que "se ha apagado, pero la voz, el genio, la visión de esta artista persisten". Su antecesor, Jack Lang, la ha definido como una "actriz que se comía el escenario con su belleza, su sensualidad y su autoridad moral y su carácter". Para Brigitte Bardot, tenía una "personalidad fuera de lo común" y se ha lamentado de que "el torbellino de la vida se la ha llevado demasiado pronto", mientras que el presidente de honor del Festival de Cannes, Gilles Jacob, la ha definido como "una de esas actrices para las que independientemente de su gloria, la clase y la elegancia moral son un arte de vida".
En 2011 regresó al festival de Aviñón, con la obra "Condamné à mort", de Jean Genet. Se autodefinía como "mística y frívola" capaz de preocuparse por el drama de los refugiados de Darfur y mostarse al mismo tiempo amante de la elegancia y las cosas bellas. Comparaba la vida como un jardín "descuidado, que se nos da al nacer", y que hay que dejar bonito en el momento de abandonar la tierra".