Los países bálticos celebran el centenario de su independencia
domingo 25.feb.2018 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Este sábado en el puerto de Tallin las sirenas de los barcos se unen a las celebraciones del centenario de la independencia de Estonia. La revolución de los soviets en 1917, permitió a Finlandia, Lituania, Estonia y Letonia liberarse del imperio zarista. El primero en conseguirlo fue Finlandia a finales de diciembre de aquel mismo año.... en 2018 lo harían las repúblicas bálticas, que este año conmemoran ese centenario. En febrero declaraban su independencia Lituania y Estonia y en noviembre Letonia.
"A principios del siglo pasado mirábamos con gran esperanza al futuro, y teníamos un apoyo débil, pero ahora vemos claramente que amigos y aliados nos apoyan de manera decidida", explica la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite.
Firmantes del acta de independencia de Lituania / Foto Wikipedia
Lituania, Letonia y Estonia, lo aprendimos de carrerrilla, y a menudo creemos, erróneamente, que son países iguales. Tanto, que con frecuencia confundimos a Letonia con Lituania. Si vamos a los tópicos se dice de los letones que nunca sabes que opinan, los estonios son reticentes a expresar sus sentimientos, marcados por la experiencia de años de la KGB, mientras a los lituanos se les considera los más latinos de las tres repúblicas. Y si visitamos sus centros históricos, veremos que en Tallin prevalece lo medieval, en Vilna el barroco y en Riga el modernismo. El letón es una lengua indoeuropea, el lituano procede del sánscrito y el estonio tiene más relación con el finlandés. Lituania es mayoritariamente católica, en Letonia y Estonia son más ortodoxos o protestantes.
Esas son sus diferencias socioculturales, pero comparten una historia común. Empezando por la independencia de 1917, hace 100 años. Años más tarde, en 1939, por el acuerdo Molotov-Ribbentrop, Hitler y Stalin se repartieron Polonia para el primero y los bálticos para el segundo. Pero durante la Segunda Guerra Mundial fueron invadidos por Alemania y tras la contienda volvieron a formar parte de las Repúblicas Socialistas Soviéticas. Fue entonces cuando comenzó un probema social, que llega hasta nuestros días. Stalin deportó a una gran parte de población báltica a Rusia, mientras colonizaba con minorías rusas los tres países sobre todo las grandes ciudades y sus zonas industriales.
Actualmente en Estonia un 28% de la población es de origen ruso, un poco menos de la mitad casi el 40% viven en la capital. En Letonia son el 30%, y en Lituania el porcentaje es del 8%. En muchos casos, estas minorías, denuncian que se sienten marginadas de la vida política y social.
Además las tres repúblicas deben superar una deuda con su pasado. Las relaciones de muchos ciudadanos con el espionaje soviético. En Letonia se calcula que unas 30.000 personas colaboraron de una forma u otra con la KGB. En los últimos años los letones presionan para que se abran los archivos y conocer quienes eran los informantes, pero las élites políticas temen
que se descubrabn casos de colabora-cionismo entre ellos. En Lituania los publicaron y aumentaron las dudas sobre violación del derecho a la intimidad de los implicados.
Ese uno de los puntos que tensiona las relaciones con su vecino del Este. Aunque Rusia es uno de sus principales socios exportadores, desconfían de que no tenga tentaciones de atacarlos como hizo en Crimea ante la crisis ucraniana, aprovechandose de su fragilidad. Los responsables políticos recuerdan también que en 2008, las fuerzas rusas entraron en Georgia para apoyar a los separatistas abjasos y de Osetia del Sur, ocupando el 20 por ciento del territorio georgiano.
Puerta de Viru (Tallín) Foto Wikipedia
Durante todo el siglo XX los tres países compartieron una historia común. En 1991 recuperaron su independencia y en 2004, ingresaron a la vez en la Unión Europea y la OTAN, y los tres forman parte de la eurozona. Desde entonces cada país ha desarrollado su propia personalidad.
En su reciente visita a España, el ministro de asuntos exteriores de Lituania, Linas Linkevicius, ha defendido el valor que tiene la Unión Europea. "Debemos pertenecer a una alianza colectiva, con responsabilidades comunes, lo que facilita una mayor eficiencia en la distribuión de recursos".
Ante las reticencias de Moscú, en 2004, cuando los países Bálticos ingresaron en la UE, la OTAN puso en marcha la polícia aérea en la zona, desplegando una misión militar permanente en la que participan varios ejércitos aliados como España, Francia, Alemania o el Reino Unido. Pero la alarma volvió a saltar en septiembre de 2017. Rusia realizó uno de los ejercicios militares más importantes desde la II Guerra Mundial, en el que participaron unos 13.000 efectivos.
El ministro de exteriores lituano, comparte la misma opinión que sus homólogos letonios y estonios. "Si uno está solo, dice el ministro lituano de exteriores, no puede hacer casi nada, en cambio si se comparten responsabilidades tanto en la OTAN como en la Unión Europea, se tiene una mayor percepción de seguridad. La OTAN, añade, nos garantiza seguridad, sobre todo ante vecinos imprevisibles".
Un siglo después de su independencia y a pesar de los recelos, los países bálticos deben aprender a convivir con el gigante ruso.