Puentes, símbolo de desarrollo
lunes 3.sep.2018 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Casi dos décadas después de ser destruido por las bombas de la OTAN, el puente Zezelj, situado sobre el Danubio en la ciudad serbia de Novi Sad, se ha reabierto al tránsito este fin de semana. Fue uno de los siete puentes derrumbados durante la guerra de la antigua Yugoslavia. La solidez de aquella obra quedó demostrada en que las bombas de la OTAN cayeron en 12 ocasiones y no lo derrumbaron hasta el 23 de abril de 1999. En Serbia también acabaron en ruinas dos puentes más y un sinnúmero de hospitales, carreteras y ferrocarriles.
Veinte años más tarde, un puente de 474 metros vuelve a unir las dos orillas del Danubio y será crucial para el desarrollo del tráfico rodado de la ciudad a lo que hay que añadir la red ferroviaria de viajeros y mercancías que une Belgrado con la frontera con Hungría. Este puente mixto también cuenta con dos vías para bicicletas y peatones.
Los puentes han sido triste noticia este verano. Recién cumplidos los 50 años, el 14 de agosto se desmoronaba sobre Génova el viaducto Polcevera, conocido como Puente Morandi. Murieron 60 personas. Era uno de los principales puntos de tráfico de la capital de la Ligura italiana y a través de la autopista A10, -de la que formaba parte-, unía Francia con Italia, uno de los puntos de conexión más importantes de la península itálica con Europa. Se trata de un puente atirantado, una estructura similar a los puentes colgantes, con el tablero suspendido sobre varios pilones centrales. Ubicado entre los barrios genoveses de Sampierdarena y Cornigliano, muchos españoles que han entrado al país transalpino por carretera lo conocían, por ser el principal acceso al país transalpino en coche.
Europa unida por puentes
Este tipo de infraestructuras, de mayor o menor tamaño, construidos con materiales más primitivos o más sofisticados, cubren la geografía europea, y han permitido a lo largo de los siglos, superar los obstáculos físicos que imponían valles y ríos, para facilitar el desarrollo de países y zonas concretas... También para conquistar territorios, para cerrar el paso a los invasores, o para bloquear y aislar al enemigo en las guerras.
Los romanos los utilizaron de forma generalizada para construir calzadas bien comunicadas y permanentes. Pero fue a partir del siglo XIX, con la industrialización, cuando se levantaron importantes obras de ingeniería, algunas de las cuales todavía perduran, aunque han quedado en desuso o infrautilizadas, desde la segunda mitad del siglo XX.
La piedra y el ladrillo, dieron paso al acero y al hormigón en el siglo XIX y en la actualidad gana terreno la fibra de carbono. Viaductos, acueductos, túneles, puentes en todas sus modalidades (colgantes, circulatorios, ferroviarios, levadizos....)
El Puente de Europa (en alemán, Europabrücke), un viaducto de 777 metros sobre el valle Wipp, al sur de Innsbruck, en el Tirol austríaco, une el oeste de Austria e Italia a través de los Alpes, formando parte de la ruta principal entre el sureste de Alemania y el norte de Italia. Construido en la década del 60, durante años fue el más alto de Europa, hasta que en 2004, se levantó el viaducto de Millau, sobre el río Tarn en Francia, incluido en la autopista A-75.
Son los dos más altos de la Unión Europea, seguido del Kochertal alemán y el viaducto de Montabliz, en Cantabria, el cuarto más alto de la UE.
No son altos, pero sí largos. En 2006 se cumplieron 50 años de la entrada en funcionamiento del puente 25 de abril de Lisboa, que no solo une las orillas del gran río ibérico en la capital lusa, sino que se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad. Desde hace medio siglo es la principal vía de entrada y salida. A diario lo cruzan 150.000 vehículos y casi 160 trenes.
Originariamente pensado para cuatro carriles, actualmente cuenta con seis y en 1999 se inauguró la línea de tren. Como todas las infraestructuras que unen distancias geográficas, el puente cambio a la capital y al país, mejorando, no solo la comunicación entre las dos orillas, sino potenciando el crecimiento de barrios y la economía del sur de Portugal.
Cerca de él, y construido como su alternativa, encontramos otro de los grandes puentes europeos: el Vasco de Gama, inaugurado para la Expo de Lisboa de 1998. Con sus casi 17 km de longitud, une Lisboa con Setúbal atravesando el llamado Mar de la Paja, en la desembocadura del Tajo, un estuario natural en el que la construcción del puente tuvo un gran impacto medioambiental, lo que suscitó cierta polémica.
En Dinamarca, el puente del Gran Belt conecta a lo largo de 16 kilómetros las islas de Selandia y Fionia, su entrada en funcionamiento reemplazó los servicios de transbordadores utilizados durante más de un siglo, reduciendo el tiempo de viaje que pasa de una hora a diez minutos. En ese mismo país, a principios del siglo XXI, se inauguró el puente-túnel de Oresund, que conecta Copenhague con la ciudad sueca de Malmö, convirtiéndose en el combinado tren-carretera más largo de Europa. Por él pasa la ruta internacional europea E20. Las lanzaderas ferroviarias unen las dos ciudades en 25 minutos. y acercan Suecia y Finlandia al continente.
Los expertos señalan que el puente sueco-danés ha cambiado el mapa de Europa. Solo 16 kilómetros separan geográficamente Dinamarca de Suecia partiendo en dos a la Unión Europea e incomunicando por tren y carretera a los dos países nórdicos comunitarios: Suecia y Finlandia. Incluso su impacto es mayor que el que consiguió el Eurotúnel bajo el canal de la Mancha. Principalmente porque allí, todavía sigue siendo más barato viajar en ferri que en tren.
Otras dos infraestructuras geoestratégicas para Europa son el puente de Estambul, que conecta el continente europeo con el asiático por el sureste y el eurotunel en el oeste. Es el tercer túnel más largo del mundo, tras el de Seikán y el Gotardo. Los 50 kilómetros que separan Gran Bretaña del continente, se transforman en 35 minutos, que rompen perfectamente con el euroescepticismo reflejado en la famosa frase británica "niebla en el canal, el continente aislado".
Este año está de aniversario el puente de Portugalete, o transbordador de Bizkaia, que lleva 125 años cumpliendo con su labor de conectar las dos orillas de la ría de Bilbao, sobre el Ibaizabal. Los puentes transbordadores han sido emblema de la revolución industrial, El arquitecto Le Corbusier, defendía que eran "las estructuras más elegantes del siglo XX". Se crearon para movilizar personas y mercancías a gran escala, y llegaron a construirse 20 alrededor del todo el mundo, de los cuales sólo quedan ocho. El de Portugalete, que une esta ciudad y Getxo, fue el primero en levantarse en todo el mundo. Desde hace más de una década es Patrimonio de la Humanidad. De ese tipo, en Europa solo quedan los británicos Warrington y Newport, los alemanes Osten y Rendsburg y el francés Rochefort.
Los puentes se convirtieron en uno de los grandes monumentos de la Revolución Industrial y uno de los pocos supervivientes representativos de aquella era. Durante la segunda mitad del siglo XIX el hierro era considerado el más poderoso símbolo del progreso de la Historia, era el material con el que se construían las máquinas, los barcos, los ferrocarriles, las grandes cubiertas y las torres como la de Eiffel, las enormes salas de Exposiciones Universales y, sobre todo, los nuevos puentes de Europa y América cada vez más esbeltos y audaces.
En la reapertura adel puente Zezelj, de Novi Sad, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, dijo que "la destrucción de esa infraestructura fue la muestra de que el mejor hormigón armado sucumbe cuando se junta lo peor en la política, la de los adversarios y la propia". Y añadió que "la nueva obra enseña cómo se construye la union, con una buena política en ambos lados".