Necroturismo en Europa: tres cementerios populares
jueves 1.nov.2018 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
El necroturismo o tanturismo está en augue. Cada vez hay más turistas que buscan lugares relacionados con la muerte o el ocultismo, de buscar historias y leyendas desconocidas.
Los cementerios militares, o donde hay enterrados famosos escritores o músicos populares son algunos de los Top Ten. Cementerios rurales o urbanos, de montaña o junto a la playa. Un turismo que se refuerza con la ruta europea de cementerios singulares,
El cementerio parisino de Père-Lachaise, nombre del confesor de Luis XIV, es el mayor cementerio de la capital francesa y el más famosos. De sus 70.000 tumbas destaca la de Jim Morrison, que tiene una lápida sencilla y un epitafio en griego, Hay más músicos, Chopin, Rossini, Bizet o las dos divas del siglo XX: Edith Piaf y María Callas. Entre sus ilustres vecinos están Marcel Proust, Cyrano de Bergerac, Honoré de Balzac y Oscar Wilde. O pintores como Jacques Louis David, Pisarro, Delacroix, Ingres o Modigliani.
Entre las más curiosas encontramos la de Abelardo y Eloísa, que protagonizaron un romance trágico en la Edad Media o la del joven Victor Noir, que aparece con cierta parte del cuerpo desgastada, desde que comenzó a difundirse que al tocársela se solucionaban los problemas de fecundidad.
El cementerio acoge una fosa común, la de 147 comuneros del París de la Revolución francesa y diversos monumentos dedicados a los españoles, griegos, polacos, italianos o combatientes norteafricanos que murieron en la Segunda Guerra Mundial. También a las víctimas de los campos de concentración. La entrada es gratis, pero es aconsejable comprar un mapa para localizar todos estos lugares de interés.
A punto de celebrar la firma del armisticio, que punto fin a la primera Guerra Mundial. Son muchos los cementerios exparcidos por toda Europa que acogen tumbas de soldados muertos en la contienda. En Alemania hay una organización que se encarga de conservar la de los alemanes caídos en las dos guerras. Se calcula que hay más de 2 millones de tumbas en unos 800 cementerios de Europa. Cerca de Verdún, donde se fraguó una de las batallas más largas y crueles, está el cementerio de Douaumont.
Estos cementerios suponen una atracción turística, donde unos visitan a sus héroes nacionales, y la mayoría de los turistas descubren los horrores y la sinrazón de las guerras.
El Día de Todos los Santos es una de las tradiciones más representativas de Polonia. El cementerio de Powazki, con tumbas del siglo XVIII, es el más grande del país, con más de 1 millón de tumbas. Aunque no hay reyes, -están enterrados en la catedral de Wawel en Cracovia-, sí tiene una avenida de los nobles. En su interior hay catacumbas y la iglesia de san Carlos Borromeo, con un gran valor simbólico, ya que fue destruida por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Foto: Twitter @ewarsaw
Allí descansa uno de los referentes mundiales del periodismo, Ryszard Kapuscinski, y los amantes del cine, encontrarán la del pianista Wladyslaw, siempre llena de flores. Está enterrada parte de la historia de la Polonia moderna, con todas sus paradojas. Hay poetas, doctores, disidentes, dictadores comunistas, judíos, antisemitas.....
El mejor día para visitarlo es el 1 de noviembre, ya que a los colores ocres del otoño se les une la de miles de velas encendidas entre las sepulturas.
En España algunos de los camposantos más visitados son los de la Almudena de Madrid, el de la Soledad de Huelva, San Fernando de Sevilla, el inglés de Málaga, el de Montjüic de Barcelona, el de San Sebastián o el de Valencia. Christian Andersen, describió el de Montjuic como una ciudad amurallada habitada por los muertos.
Hay quien dice que en el de San Fernando de Sevilla los muertos están más vivos que en ningún otro lugar, con estatuas como la de Juanita Reina, Antonio Machín o la impresionante imaginería funeraria de la tumba de Joselito, obra del escultor Mariano Benlliure.
Y en el de la Almudena, el pórtico de estilo modernista con tres arcos en el centro sirve de entrada al hogar de cinco millones de difuntos. Como en todos los cementerios civiles hay políticos, escritores, pensadores... y sobre todo.. gente del pueblo.
Se han convertido en ciudades en miniatura, y cada vez son más los visitantes que se adentran en sus calles para descubrir riquezas esculturales o venerar a algún personaje histórico.