Varsovia y la huella de la guerra
viernes 27.sep.2019 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Entrada de tanques en la ciudad a través de las calles Slaska y Pilsudskiego. Foto: angelaGonzaloM
El 27 de septiembre de 1939, Varsovia se rinde ante las tropas germanas. Polonia pasa a ser ocupada por los nazis. La campaña alemana, que se había iniciado en Gdansk a principios de ese mismo mes, había durado poco menos de cuatro semanas. En ese breve espacio de tiempo, Europa estaba inmersa, una vez más, en un destructivo conflicto bélico. Los varsovianos fueron las primeras víctimas de las más de 70 millones de personas que perdieron la vida en todo el mundo a lo largo de 6 años. Los refugiados que cruzaron las fronteras de Polonia fueron los primeros de 6 millones de europeos que huyeron de sus casas.
A principios de septiembre, el país era atacado por los alemanes en el oeste y a mediados de ese mismo mes les invadió por el este la Unión Soviética. Para muchos polacos regresaba el amargo recuerdo de épocas no muy lejanas, cuando el país desapareció del mapa, repartido entre sus vecinos prusianos, rusos y austrohúngaros.
La capital polaca representa como pocas, el drama de esa guerra en Europa. Poco años más tarde de recuperar su independencia, fue ocupado por los nazis, que instauraron en esa ciudad su política de genocidio, instaurando el gueto judío más grande de Europa. En 1944, la población se levantó en armas contra el invasor y al acabar la II Guerra Mundial, tras los acuerdos de Postdam y Yalta, formó parte de la órbita soviética. En 2004 ingresó en la Unión Europea.
Varsovia, la capital castigada por el nazismo
Es habitual visitar la ciudad comparando la destrucción y la reconstrucción de Varsovia. Foto: angelaGonzaloM
Como centenares de ciudades del continente quedó arrasada. Como explica la filóloga de español y guía turística, Mónika Michalek, "sufrió tres destrucciones, dos de ellas parciales y la última total. Solo quedaron en pie unos cuantos edificios, que eran los que utilizaban los mandos alemanes como viviendas o edificios logísticos militares".
Deportaciones, ejecuciones grupales y las persecuciones marcaron la insoportable opresión de los varsovianos durante los años de guerra, que sufrieron desde el primer día de la contienda, hasta unos meses antes de la caída de Berlín. Cuatro hechos dejaron una huella endeleble en su población y en la ciudad.
A pesar de la resistencia del ejército polaco y de los ciudadanos, la ciudad se rindió a principios de octubre. Se calcula que los germanos redujeron a escombros una décima parte de la ciudad, convirtiéndose en zonas que recordaban diariamente a los varsovianos el precio por su osadía, y reprimiendo futuros levantamientos.
En otoño de 1940, los nazis abren el mayor gueto de toda Europa: el de Varsovia. En poco tiempo, en un espacio reducido, en condiciones casi inhumanas, se hacinan más de 400.000 judíos, procedentes de la ciudad y de otras poblaciones. El perímetro se cerró primero con alambre y más tarde con un muro de 3 metros de alto. Alrededor de 100.000 personas murieron de hambre, otros 254.000 fueron enviados a campos de concentración y exterminio. Cualquier ayuda estaba castigada con la pena de muerte.
En enero de 1942, se adopta en Wannsee, la denominada solución final. Un detallado plan para concentrar y más tarde aniquilar a los judíos europeos. En Polonia se levantaron cuatro y la mayoría de los judíos de Varsovia fueron enviados al campo de concentración de Treblinka, situado al norte de la ciudad. La ciudad recuerda este acontecimiento histórico en el museo del Guetto. Allí se puede comprobar como en abril de 1943, protagonizó el primer levantamiento de la ciudad. Además de ejecuciones y deportaciones, una basta extensión de la ciudad quedó reducida a escombros y aumentó el terror en la ciudad.
Ante la insoportable situación y lideradas por Mordechaj Anielewicz, entre el 19 de abrily el 16 de mayo de 1943, las Organizaciones de Combate Judías lazaron una revuelta contra las deportaciones. Un mes más tarde el levantamiento fue finalmente aplastado por las tropas de las SS. Todo quedó arrasado. Tras la rebelión los judíos fueron brutalmente reprimidos en la primavera de 1943, y aumentó el terror en la ciudad.
75 años del levantamiento de Varsovia
El pasado 1 de agosto, como cada año... a las 5 de la tarde, las sirenas recordaban a las víctimas del levantamiento de Varsovia de 1944. Este año ha sido especial, se han cumplido 75 años. "Fue el precio que pagaron los varsovianos por defender su libertad", dijo el presidente polaco. Andrej Duda durante el acto de homenaje.
Entre el 1 de agosto y el 2 de octubre de 1944, la resistencia, a través del Ejército patriótico, lanzó la Operación Tempestad con un objetivo: liberar Polonia antes que lo hicieran los soldados soviéticos. Las cinco de la tarde del 1 de agosto quedó establecida como la hora W: la hora del levantamiento de Varsovia. Se sumaron unas 50.000 personas carentes del equipamiento y las armas necesarias. Solo un 10% de los insurrectos tenía un arma.
Frente a ellos 20.000 soldados armados y adiestrados, repartidos por puntos estratégicos. El armamento pesado y la artillería estaban a las afueras de la ciudad. Hombres, mujeres y niños, participaron de diferentes formas en la insurrección. Llevaban cinco años de una cruel ocupación y con la acción militar pretendían liberar el país durante el repliegue alemán y evitar que el ejército rojo tomara el control. Consiguieron resistir 63 días.
El barrio de Wola, vivió una de las páginas más crueles de la historia de Varsovia. Fue entre el 5 y 8 de agosto. En tres días asesinaron a más de 40.000 personas. Hubo ejecuciones en hospitales, fábricas y patios. Hoy en día muchas ellas siguen siendo víctimas anónimas.
El museo de la insurgencia (Burza, en polaco) ha recuperado documentación de la zona y muestra la dureza de aquellos meses y el monumento a los insurgentes, refleja el momento en el que unas 5.000 personas huyeron por las cloacas. Leszek Zukowski, era uno de ellos. Tenía 15 años y como si fuera una correa de transmisión, elevaba un mensaje a las nuevas generaciones, "debemos defender la libertad, fidelidad, honor, justicia, tolerancia y ayuda al débil".
Heinrich Himmler, el hombre a la sombra de Hitler lo dejó claro "Hay que matar a todos los habitantes de la ciudad. Queda terminantemente prohibido hacer prisioneros. Hay que reducir Varsovia a la nada. Daremos a Europa un ejemplo aterrador".
Monika Michalek recuerda que "los alemanes destruyeron Varsovia adrede, como castigo, como ejemplo para los otros pueblos", y añade que "se estima que hasta un 85% de la ciudad fue bombardeado". La varsoviana Agata Witoslawska, responsable de turismo de Polonia en España, cree que "se necesita tiempo y saber lo que pasó aquí para explicar porqué esta ciudad es así".
En la Varsovia del siglo XXI permanece la imagen del gueto, el casco antiguo o los palacios del camino real. Comparten espacio con edificaciones modernas. Los grandes rascacielos del centro financiero todavía no se han atrevido a superar la altura del Palacio de la Cultura y la Ciencia, un superviviente del poder soviético que durante cuatro décadas dominó Polonia desde su capital.
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