Gladiadores, idealizados por el cine y la literatura
lunes 12.sep.2022 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
La muestra Gladiadores, héroes del Coliseo, que se puede ver hasta principios de octubre en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) nos acerca a unos personajes envueltos en una aureola de misterio, fuerza, crueldad, y grandeza.
La imagen actual que tenemos de ellos es una visión romántica alejada de la realidad de estos esclavos que luchaban por su libertad que ha cruzado el tiempo de la historia a través de la mirada de escritores, pintores o cineastas. La literatura, el arte y el cine han actuado de ejes transmisores, recreando aquellas escenas que se vivían en los grandes coliseos romanos al principio de nuestra era.
Nos situamos en los subterráneos del anfiteatro. Un ambiente que impregnaba el aire de miedo y recorría el entramado de túneles, pasadizos, celdas, y rampas donde se escuchaban cadenas, susurros, las bravuconadas, los cascos de los caballos, los rugidos de las fieras enjauladas y donde llegaba el rumor de las gradas.
Los Juegos romanos estaban dedicados a las deidades. Se celebraban en septiembre y duraban como mínimo un día, aunque lo habituar era que duraran más. Los animales protagonizaban los espectáculos matutinos, a mediodía se organizaban las Noxii, ejecuciones de prisioneros o presos. En las grandes ciudades era tiempo de recrear batallas navales y por la tarde llegaba el espectáculo más esperado: los Munera o peleas de gladiadores.
Los juegos de la mañana tenían un sentido educativo y de grandeza. Se recreaban diferentes ecosistemas de los territorios más alejados del imperio para que los jóvenes y niños conocieran los lugares y los peligros que podrían encontrar si eran enviados a las legiones romanas. El historiador y arqueólogo, Alejandro Álvarez recuerda que era una demostración del poder de Roma.
"El romano aprende distintos ecosistemas de todo el Imperio pero el espectáculo tiene otra faceta muy importante: la publicitaria. Roma te está recreando y te está mostrando que ha llegado a todos los confines del mundo recreando para el espectador pequeños mini territorios. Recrea todo el mundo conocido y ensalza que Roma llega hasta los confines más remotos y no solo llega allí si no que conquista la zona, y te trae los animales vivos, que en algunas ocasiones puede ser muy complicado".
"Encima se puede permitir el lujo de matarlos en juegos para ti, empezando el proceso para los juegos del año que viene donde traerá otros animales, porque no necesita alimentarlos y mantenerlos durante muchos años. Este es el mensaje de poder que envía Roma en el que te dice que puede asumir este tipo de espectáculos y de cuán poderoso es el imperio".
Gladiadores después del combate por José Moreno Carbonero Foto: Wikipedia
El día de juegos es gratuito, y podían asistir extranjeros incluidos los esclavos y mujeres. Todos ellos instalados en el último piso del anfiteatro. Hacia el mediodía había una pausa, tiempo que aprovechaban los patricios para realizar negocios y se repartía comida entre los asistentes del último palco: el famoso pan y circo. En ese tiempo de descanso se apuntillaba a los animales malheridos y se retiraban los cadáveres. Pero también se ofrecían ejecuciones y castigos públicos.
Sabían que los ciudadanos se iban a quedar a verlo porque les daban de comer gratis, por eso tenía una faceta aleccionadora para enseñar lo que podía ocurrir si robabas o si el ciudadano acaba siendo un bandolero o un asesino.
Foto: Wikipedia
Y por la tarde el sonido de las trompetas anuncian el gran evento, el momento que todo el mundo quiere ver. Actúan las grandes estrellas: los gladiadores. Unos personajes que arrastran una imagen que nada tiene que ver con la realidad. Allí estaban los Retiarius, los Secutor, los Thraex, los Murmillo, cada tipo de luchador con su arma preferida. No eran musculados, sino mas bien regordetes con masas de grasa en su cuerpo para evitar que sufrieran graves heridas.
En el tríptico de la exposición alicantina nos recuerdan que los pulgares arriba para perdonar, pulgares abajo para decretar la muerte del vencido y la conocida frase “Ave César, los que van a morir te saludan”. Son tópicos popularizados por el cine que nunca se vieron ni escucharon en la arena del Coliseo, pero que hoy forman parte de nuestra peculiar visión sobre los gladiadores.
Foto: Wikipedia Yuntero
Las peleas muy pocas veces eran a vida o muerte. Un buen gladiador era una gran caja de ingresos para su propietario o lanista. "Los propietarios, nos dice Alejandro tenían un ludus, que es el nombre de la escuela de gladiadores. Si compra un grupo de esclavos o una serie de esclavos los tienen que entrenar para que sean buenos gladiadores, no lo sueltas a la arena a lo loco y en caso de que lo sueltes no te van a pagar prácticamente nada por ellos. Los tienes que entrenar y eso llevaba dos o tres años de entrenamiento como mínimo.
"Un buen gladiador está comiendo durante esos años de instrucción y es todo una inversión de dinero. Cuando ya está listo, cada vez que hace un combate, cobras por él, por eso la mayoría de los enfrentamientos no suelen ser a muerte de gladiadores, siempre que hablemos de profesionales porque no estamos hablando de otro tipo de espectáculos que se suele hacer con con prisioneros de guerra o con bandoleros". Con los gladiadores suelen ser combates a primera sangre, y son más acrobáticos, más preparados, en los cuales no va la vida normalmente en el gladiador, simplemente porque sale caro".
Quizá el más famoso de todos ellos fue Espartaco, cuya leyenda ha llegado hasta nuestros días gracias al cine. Porque algunos llegaban a ser auténticos referentes, o lo que hoy llamaríamos influencers. Se vendían todo tipo de objetos o perfumes relacionados con él. Modelos de sandalias, lámparas de aceite con su rostro, réplicas de sus espadas. Y también eran el atractivo de las actividades organizadas por la alta sociedad local.
Los patricios organizaban banquetes donde asistían los gladiadores, que en alguna ocasión participaban en un pequeño espectáculo privado, y así alardeaban ante sus amigos del poder que tenía. El patriciado local esperaba obtener un rédito político por lo que trataban de llevar a los mejores gladiadores del momento.
Son muchas las ciudades europeas con un importante pasado romano que actualmente recrean de forma más o menos rigurosa algunos aspectos de aquel dramático espectáculo protagonizado por los gladiadores. Una de ellas es Nimes, que organiza anualmente los juegos romanos, siguiendo unos estándares historicistas.
Cuenta con la participación de la Universidad por lo que no hay que imaginarse solo un espectáculo para que quede bonito, si no que se recrean los rituales de cualquiera de los pueblos representados cada año. "Saben muy bien lo que hacen y combinan la realidad histórica con el entretenimiento", asevera Alejandro.
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