Más efectos colaterales de la guerra de Ucrania
lunes 14.nov.2022 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
El personal de los famosos baños de la cueva Miskolctapoca en Hungría, apagó las luces hace unos días. La centenaria instalación térmica ha sucumbido a la crisis moderna de las subida de precios del gas. El sistema de cuevas ha sido excavado por el agua en la dura roca caliza durante miles de años.
Esta caverna se calentaba de forma natural durante la época romana, pero en los últimos años depende del gas para aumentar la temperatura de las pisicinas y las cuevas, sobre todo en invierno.
Miskolctapolca formada por cinco salas de baño y sus laberínticos pasadizos, es una de las muchas empresas europeas que han visto como las facturas de energía ascendían de forma desorbitada. "Si no cerramos, la factura del último trimestre ascenderá a casi 140.000 euros adicionales", dice su directora.
El precio del gas no es el único motivo de cierre, tan solo la gota que colma el vaso. Desde hace cuatro años está en pérdidas y sus ingresos el año pasado no superaron a los de antes de la pandemia.
Pero el cierre de este balneario húngaro, "también arrastrará a otras empresas de la zona", dice uno de los usuarios de las instalaciones.
Kosovo entrega carbón a los ciudadanos para pasar el invierno
Foto: wikipedia Bujar I Gashi
El gobierno de Kosovo ha ordenado a su única compañía eléctrica, la Corporación de Energía de Kosovo, que entregue decenas de miles de toneladas de carbón a sus trabajadores para que calienten sus hogares, mientras el país se prepara para más cortes de electricidad durante los próximos meses. El gobierno cree que la medida ayudará a los trabajadores a hacer frente a la subida de los precios de la energía, así como a reducir la demanda de electricidad, principal fuente de calefacción en Kosovo. Unos 3.600 trabajadores recibirán un camión de carbón cada uno, de unas 10 toneladas. Una tonelada cuesta unos 100 euros y el salario medio es de 400.
Una decisión críticada por los ecologistas. "Ese carbón nunca se quema bien. Habrá contaminación interior para los trabajadoresque viven en esas casas, pero también libera mucho polvo en el aire que afecta a la salud de los trabajadores y sus familias, y a la calidad del aire para sus vecinos, la comunidad y su ciudad."
La práctica de donar carbón en Kosovo existió hasta 2018, cuando se interrumpió para frenar la contaminación.
El país es rico en lignito, un carbón blando de bajo contenido energético que genera contaminación tóxica cuando se quema.
Los datos oficiales muestran que Kosovo tiene las quintas mayores reservas mundiales de lignito, con 1214.000 millones de toneladas. Pero gran parte de ese carbón debe permanecer bajo tierra, ya que Kosovo se ha comprometido a dejar de utilizar este combustible para 2050.
Cooperación espacial en horas bajas tras la guerra de Ucrania
Las sanciones a Rusia tras la invasión de Ucrania, ha demostrado que la dependencia europea con ese país va más allá del gas y la energía. El espacio es uno de los afectados. La ESA ha suspendido su cooperación con Roscosmos, que se encargaba del lanzamiento de naves Soyuz, y que ha obligado a modificar algunos programas de la Agencia espacial europea como ExoMars, la misión a Marte y que afecta a la compra de componentes como titanio y otras materias primas fundamentales para la investigación espacial.
"Espero que, en el futuro, los astronautas europeos tengan la oportunidad de volar a bordo de nuestros propios cohetes y naves espaciales aunque por supuesto, la cooperación internacional sigue siendo el elemento más importante en lo que respecta a los viajes espaciales tripulados".
Es un deseo de la astronauta italiana, Samantha Cristoforetti que hace unos días regresaba a la tierra después de pasar 6 meses en la Estación Espacial Internacional y realizar su primer paseo en el espacio.
"Ha sido genial volver a exprimentar el reingreso a la atmósfera, es una viaje bastante salvaje pero también muy sorprendente", dice la capitana de la Fuerza Aérea Italiana en su segunda experiencia espacial.
Durante su viaje, la milanesa ha participado en la investigación sobre cambios inducidos por la microgravedad en células humanas similares al envejecimiento y en salud gastrointestinal y del sistema inmunológico. Además de experimentar sobre el comportamiento del fuego y el combustible en ingravidez y el cultivo de plantas en el aire en vez de tierra.
"Ha sido agridulce decir adiós a mi hogar en el espacio" ha dicho Cristoforetti, que durante los 170 días en orbita de la tierra ha tenido la posibilidad de ver puestas de sol cada 45 minutos. La Estación Espacil tarda 90 minutos en dar la vuelta a la tierra.
A partir de ahora la capitana italiana se se dedicará a seleccionar a los nuevo astronautas europeos. La ESA tiene siete cosmonautas en activo y en noviembre se seleccionará a los nuevos viajeros del espacio, incluidos dos parastronautas.
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