Bloomsday, celebrando la literatura irlandesa
domingo 18.jun.2023 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
James Joyce uno de los escritores más importantes del siglo XX, nunca fue nominado al Nobel de Literatura. Pero cada 16 de junio el mundo recuerda una de sus obras más conocidas y difíciles. El Bloomsday es un homenaje a su personaje: Ulises y a una ciudad, Dublín.
El escritor irlandés escogió la fecha del 16 de junio de 1922, para publicar su novela Ulises, porque era el mismo día, pero de 1904, en que tuvo el primer encuentro sentimental con Nora Barnacle, que posteriormente sería su esposa. El libro sigue la vida y los pensamientos de Leopold Bloom, así como los de Stephen y otros personajes, reales y ficticios, desde las 8 de la mañana de ese día hasta las primeras horas de la mañana siguiente.
Cincuenta años más tarde de aquel día, un grupo de escritores instauraron el Bloomsday en honor a su personaje central, Leopold Bloom. El Centro Cultural James Joyce de la capital irlandesa, siguió el ejemplo organizando un festival que, desde 1994, sigue sus pasos por diversos lugares de Dublín y que invita a todos a vestirse de época, al estilo edwardiano. Una de las prendas más características es el sombrero de paja, un sombrero de verano icónico y de moda en aquella época. Para las mujeres una pamela
Desde 2010 es ciudad literaria de la Unesco, y en la actualidad hay centenares de ciudades del mundo que organizan diferentes actos unidas como en un cordón umbilical con Dublín.
Fionnuala Gallagher, engalanada para la ocasión y representante del James Joyce Centre, la entidad, que organiza diferentes actos a lo largo de toda la semana, destaca la creatividad de miles de personas en el mundo que se inspiran en alguna de las líneas que el novelista escribió para plasmarlo de múltiples maneras.
"Todos los que participan de una forma u otra ponen en marcha su imaginación. Cogen un personaje pequeñito y una vida entera y de eso hacen una película, un corto, una danza, una canción. Es como un volcán de creatividad", nos dice Fionnuala.
El James Joyce Center trabaja con varios teatros, museos, bibliotecas, salas de arte, y otras instituciones y colectivos en Dublín para dar a conocer la vida y el trabajo del literato.
Madrid organizó el viernes 16, una jornada especial, igual que hicieron otras ciudades españolas como Lugo, Zaragoza, Pamplona, La Línea de la Concepción o Málaga donde hubo actuaciones callejeras, talleres, conferencias, citas gastronómicas o lecturas. Un día compartido por muchas ciudades en los cinco continentes.
En la cuesta de Moyano, junto a la estación de Atocha de Madrid, el actor Jonathan Mellor sentado sobre la tapa de un váter releía uno de los capítulos de la magna obra. Un fragmento del capítulo cuatro que ocurre en un lavabo. Además de este lugar, estrechamente ligado a los libros antiguos y de coleccionista, los organizadores prepararon una ruta gemela para unir las capitales irlandesa y española transformando algunos espacios madrileños.
El Instituto Homeopático y Hospital de San José se convirtió en la maternidad de Dublín, la Biblioteca Nacional de España en su homóloga irlandesa, la farmacia Juanse se convirtió en la Sweny -donde Leopold encargó una crema facial para su esposa Molly-, el Bar Corazón representó los pubs dublineses y el recorrido acabó en la Plaza Santa Ana, con el monólogo de Molly Bloom. Su ya famoso "Si dije si quiero Sí".
"Fue un texto que leí cuando estaba en la universidad y me costó mucho entrar en él, porque la métrica, la originalidad, la redacción del texto era muy complicada. Sin comas, a veces sin puntos y en otras ocasiones cambiando de registro, Pero merece la pena, yo lo recomiendo muchísimo porque cuando llegas al final es una apoteosis, es una música. Es un placer leer Ulises y el monólogo de Molly Bloom ya es el remate final, que nos puede dejar llorando a todos los que hemos llegado hasta allí", nos dice Pilar Ortega, periodista especializada en cultura y turismo.
La comisaria de la jornada madrileña, Giselle Etchevery Walker, también reconoce que a pesar de ser una obra complicada de leer, tiene muchos matices por descubrir. "Puede ser un libro caótico difícil de leer, es un libro muy sofisticado, sin embargo, yo los animo a que se acerquen a él de cualquier forma, Lo que hacen los escritores es encontrar una lengua propia, una voz propia, y este es un libro que te permite ver cómo se articula la palabra para encontrar esa propia voz".
"Tiene unos fragmentos que relatan una cotidianidad, de una forma muy seria pero que se vuelve absolutamente humorística", añade Etchevery. Estamos hablando de libros. Estamos también representándolo, y sobre todo estamos hablando de esta gran obra de James Joyce".
"Le estamos dando voz con cada una de estas personas que completan todo ese paisaje que hemos organizado, y que se va dibujando con cada una de las paradas que se han preparado".
Para Pilar Ortega, detrás la dificultad de la novela existe también un mundo poético y musical. "Entras como en una obra de arte, es una obra de arte Te dejas mecer por las palabras, te dejas mecer por la métrica y de repente te cambia toda la sonoridad del texto".
"A mí, la verdad, es que me fascinó. Creo que hay poca gente en mi entorno que haya llegado al final del libro, aunque mucha gente lo ha intentado, pero yo creo que lo más difícil está al principio, luego ya entras y entras como la corriente de un río, te dejas llevar y llegas al mar".
En 2022 se cumplió el centenario de la publicación de Ulises, sin duda una de las obras más vanguardistas y rompedoras de la literatura universal, que lleva el clásico de Homero, la Odisea, y su personaje, al Dublín de principios del siglo XX. James Joyce, autor de obras como Dublineses o la semiautobiográfica Retrato del artista adolescente, nunca fue nominado al premio Nobel de Literatura.
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