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Luz y paisaje en cuatro pintores europeos

    sábado 12.ago.2023    por Ángela Gonzalo del Moral    0 Comentarios

 

Cataluña._El_pescado _por_Joaquín_Sorolla

 

Coincidiendo con el centenario de la muerte de Joaquín Sorolla, vamos a hablar de cuatro paisajistas europeos muy diferentes en su manera de pintar y plasmar el entorno.

Junto a la ermita de Santa Cristina en Lloret de Mar, Joaquín Sorolla pintó uno de los últimos cuadros de la colección "Visión de España" que le había encargado el multimillonario Archer Huntington para decorar la biblioteca de la Sociedad Hispánica de América. Catorce paneles dedicados a varias regiones ibéricas, pintados al óleo sobre lienzo de diferentes tamaños.

En la Costa Brava, pintó el cuadro de Catalunya, dedicado a la pesca y al comercio, muy diferente del resto de la colección que reflejaban la fiesta y la celebración. El pintor lo consideró un cuadro difícil, pero con un paisaje espectacular. El lugar escogido es un pinar con el fondo de su amado Mediterráneo. Así lo describía a sus familiares "grandes pinos sobre la montaña, escollos claros de color y un mar azul y verde. Algo griego y estupendo".

 

 

"El cuadro está pintado desde desde la plaza de detrás de la ermita. Él buscó el paisaje aquí y los figurantes son de la Barceloneta fue a pintarlos allí, y el escenario lo buscó siguiendo la costa hasta que encontró este lugar y lo pintó", dice Jordi Rocas miembro y expresidente del Obrador de la ermita de Santa Cristina.

El trabajo se prolongó durante siete años y debía localizar el entorno y los personajes que quería retratar. Una España irreal y llena de estereotipos, una postal, que se convirtió en la primera gran campaña de turismo de nuestro país.

 

Eugène Boudin, el pintor que buscó la luz en el mar

 

1920px-The_Beach_at_Villerville _Eugène_Boudin _1864Eugène Boudin/ Playa en Villerville(1864)/Galería Nacional de Arte de Washington

 

Una luminosidad muy diferente del mediterráneo de Sorolla es la costa atlántica que influyó en Eugène Boudin. Fue el pintor que descubrió los efectos lumínicos a un joven Claude Monet. Le enseñó a pintar directamente del natural y a reflejar la luz en los cuadros.

"El impresionismo, que es un movimiento que surge como reacción al clasicismo que era la pintura realizada en interiores,  en el taller de los artistas, libera la pintura y la lleva al aire libre", nos dice Adeline.

"Y qué mejor para pintar en esta región que el cielo. Se ve en 360 grados, con unos maravillosos amaneceres en los que el sol no aparece de golpe y  se mantiene un juego con las nubes. Las nubes, el mar y el sol hacen unos reflejos extraordinarios".

Adeline nos explica que el paisaje normando, sus costumbres, sus calles, iglesias y mercados formarían una temática típica en su pintura. Pero fue a partir de 1860 cuando los grupos de veraneantes en las playas de Trouville-sur-mer fueron los personajes principales de sus cuadros. La ciudad que atrajo a los ricos parisinos en la Belle Epoque, está muy cerca de Deauville, la población en la que Boudin vivió una parte de su vida.

El mar, con el que mantenía un fuerte vínculo, pues comenzó a trabajar de marinero siendo muy joven, fue uno de los protagonistas de sus obras.

Para muchos pintores impresionistas el paisaje fue, sin duda, un lugar de inspiración. Con él aprendieron a estudiar la luz del día, sus variaciones según la hora, la época del año y la posición del sol.

 

Claude Monet, el mar y los jardines

 

Sol nacienteImpresión, salida del sol/Museo Marmottan de París/Wikipedia

 

Claude Monet, también reflejó los paisajes marineros en sus cuadros. Influenciado no solo por Boudin, sino también por los paisajistas ingleses y holandeses. Su primera gran obra fue "Impresión: salida del sol", donde destaca la intensa bruma que funde los colores y las formas, difuminando los astilleros y jugando con las barcas.

Como Sorolla, al principio de su vida artística, el mar era para Monet un instrumento de ocio para la burguesía. Luego llegarían los escarpados acantilados de la costa normanda. y empezaría a pintar cada objeto, obra arquitectónica o paisaje de múltiples maneras. Una de sus composiciones más seriadas fue la Manneporte, una roca de los acantilados de Étretat que tiene forma de elefante.

 

 

Luego llegaría la fascinación por la costa bretona, más violenta y feroz que su nativa Normandía, con una pincelada gruesa, potente, que aumenta el efecto violento de una tormenta.

En su búsqueda de paisajes, Claude Monet descubre la tranquilidad de las plantas y organiza su jardín de Giverny, con los nenúfares como protagonistas de sus cuadros. Dispuso las flores según los colores y la situación del sol. Las de tonos más fríos al este y la más cálidas al oeste, dependiendo del amanecer o al atardecer. 

Monet_-_NenúfaresClaude Monet/Nenúfares/Wikipedia

 

Margarita nos explica que el jardín, no hay que verlo como un simple estanque, sino mirar hacia el fondo de la balsa de agua para descubrir los reflejos de los sauces o de los nenúfares.

"Las personas miran al estanque como yo lo miré durante años:  un estanque. Pero cuando uno empieza a mirarlo como si fuera un espejo, se tiene otra experiencia, porque ahí se ven los reflejos de los árboles, de los sauces llorones, de las flores y esos pintores impresionistas estaban fascinados por mostrar los reflejos como recrearlo en una en una tela en un papel y sobre todo como reflejar la luz".

 

Munch y 'el grito' de la naturaleza 

 

The_Scream_by_Edvard_Munch _1893_-_Nasjonalgalleriet
El grito/Museo Munch de Oslo/Wikipedia

 

La naturaleza grita en el cuadro más famoso del noruego Edvard Munch. Aunque se trata de una obra existencialista el pintor se inspiró en un atardecer teñido de rojo sangre sobre el azul oscuro de la ciudad de Oslo. El escenario de la pintura es el que habitualmente ven los ciudadanos de la capital noruega desde la colina de Ekeberg. Contrariamente a lo que siempre se había creído el hombre que aparece en el cuadro no está gritando, sino que aterrorizado se protege del estruendo del grito de la naturaleza. 

El director del museo Munch de Oslo, Stein Olav Henrichsen, dice que "The Skrik", el grito, es seguramente la obra más comentada de la historia del arte, y creo que la gente siente que Munch tiene mucho que enseñarnos casi 80 años después de su muerte". Un cuadro que podría ser hoy tan actual como cuando lo pintó en aquel lejano 1883. Hace ahora 130 años.

Sorolla, Boudin, Monet y Munch son solo algunos de los paisajistas que descubren y reinventan la naturaleza que les rodea.

 

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Categorías: Actualidad , Viajes

Ángela Gonzalo del Moral   12.ago.2023 20:41    

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