La gestión del ganado facilitaría la coexistencia con el lobo
martes 30.abr.2024 por Ángela Gonzalo del Moral 0 Comentarios
Los cuatro hermanos Valle de la Peña son la cuarta generación de pastores. Llevan décadas pastoreando sus ovejas, han sufrido los ataques de los lobos, pero desde que mantienen la presencia de uno de ellos durante el día y las encierran por la noche no han tenido problemas con esos animales salvajes.
"El problema no era del lobo, el problema era nuestro mi padre tenía las ovejas como actividad complementaria con otros ganaderos del pueblo, entonces las tenían ahí porque les daba lana, algún corderillo y unas ayudas europeas". Leandro Valle añade que "cuando se jubiló mi padre y nos dedicarnos al pastoreo, decidimos que así no lo que no íbamos a hacer es enfrentarnos al lobo y que tampoco teníamos las ovejas para que se las comiera".
Junto a sus hermanos y en el mismo lugar en el que encierran los animales reflexiona,"si el lobo está en la naturaleza, está por algo, no es un capricho y por lo tanto tendrá alguna función, así que lo que hicimos fue cambiar la manera de gestionar la ganadería y volvimos a ser pastores".
No todas las muertes del ganado son atribuibles al lobo. Los más letales son los perros asilvestrados que podrían ser los causantes de la mitad de los ataques. También provocan carnicerías las alimañas. Solo en 2019, en cuatro comunidades se atribuyeron al lobo unas 10.000 muertes en cuatro comunidades del noroeste de la península.
Pero se calcula que el lobo mata en España solo a un 0,01%, aunque se le achacan la mayoría de las muertes. La persecución del lobo no solo se produce en España, también en otros países europeos.
En Suiza, donde este animal está protegido, hay unos 40 ejemplares, los ganaderos de 23 pastos de montaña, están desarrollando un collar cargado de feromonas que mantiene al depredador fuera de los rebaños.
Hermanos Valle de la Peña. Foto: angelaGonzaloM
Gerald Rime se lo ha puesto a todo el rebaño "no hemos tenido más ataques, pero ahora los ataques se producen en otros lugares", mientras que el director del proyecto, David Staedler, dice que "no quieren dar falsas esperanzas, pero debemos investigar más y para eso hemos de trabajar conjuntamente con las autoridades y los agricultores".
La organización medioambientalista ASCEL (Asociación para la conservación y estudio del lobo ibérico), ha presentado varias denuncias judiciales contra el gobierno español para que este animal deje de estar en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Proteción Especial. Su presidente, Ignacio Martínez, recuerda la vigencia de la Convención de Berna y pide que se incluya en el Catálogo de especies amenazadas.
"Hemos podido demostrar que el lobo era el merecedor de la protección para ser incorporado al listado, y creemos que ese es un razonamiento técnico y objetivo, que no es una voluntad política como algunos se empeñan en manifestar y estamos discutiéndolo en los tribunales para ver si merece más protección".
Desde 2020 esta especie está incluida en el Listado de Especies de protección especial y los defensores de que se le vuelva a excluir y poder cazarlo, han hecho un frente común para que se les permita matarlo. Los ecologistas se oponen y aseguran que si los ganaderos toman medidas concretas, este animal puede convirir con las reses que pastan en las montañas.
Martínez dice que "el profesional que tiene un negocio privado si no quiere tener daños debe proteger el ganado, de lo contrario deberá hacer cuentas y saber si le compensa o no".
Hace poco más de medio año, la Comisión Europea reabrió el debate sobre la protección de estos animales, dando un paso atrás en sus políticas de protección medioambiental. Para muchos no pasó inadvertido que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, se implicara directamente en este cambio de política, después de que un lobo matara a Dolly, su poni, en una finca de la Baja Sajonia, aunque Bruselas siempre ha negado esta coincidencia.
"Me refiero a los grandes depredadores y la amenenaza que representan para nuestros animales.... decía von der Leyen. "Los agricultores llevan años diciendo que el creciente número de lobos en algunas zonas, supone un peligro para el ganado y las personas. Para identificarlas necesitamos que las asociaciones y autoridades locales compartan sus datos y sus preocupaciones. Esto guiará las acciones futuras para el manejo de la problemática del lobo".
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, defiende que hay que estudiar la situación real de este animal en España y en la Unión Europea. "La Comisión ha dicho desde el principio que se necesitan datos que avalen y nos permitan conocer y entender cuál es la situación del lobo en cada uno de los Estados miembros. Son datos que deben recogerse de los censos que queremos elaborar".
El aumento de la población lobuna en Europa no deja indiferente a nadie. Se ve con esperanza en algunos colectivos medioambientalistas y con preocupación entre ganaderos. "La convivencia es imposible porque no es que mate fauna salvaje, sino que mientras haya terneros siempre va a ir a lo más fácil".
En 2019, según datos del diario La Opinion de A Coruña, las indemnizaciones en Galicia, Cantabria, Asturias y Castilla León ascendieron a casi 3 millones 700.000 euros. Casi dos millones en esta última comunidad autónoma. "El 80% de los ganaderos que lo gestionamos bien, no tenemos ataques o apenas contabilizamos alguno y si los tenemos, nos pagan muy bien y muy rápido, en el caso de ovejas 200 euros y a nosotros en junio del año pasado nos mató un añojo y nos pagaron 1.900 euros por un animal de un año".
En la finca Gallego de Crespes en la salmantina población de Larrodrigo también se han tomado acciones de protección del ganado ovino y vacuno gestionando su pastoreo.
Como señala Inka Martí, ellos han reducido casi a cero los ataques de éste cánido tomando varias medidas de protección como son los pastores eléctricos y la presencia de mastines, y esperan la llegada de nuevos animales salvajes para reforzar la biodiversidad de la dehesa.
"Tenemos una pareja de águila imperial y el lince está cerca, porque ya se ha visto en otras zonas próximas a nosotros, esperemos que también pronto llegue aquí. Tenemos búhos reales, cigüeña negra, o sea, todo tipo de especies que están en vías de extinción".
Según un estudio realizado por la Asociación Lobo Aragón, la persecución de este animal provocó su desaparición en gran parte de Europa occidental y central. En Inglaterra se erradicó en el siglo XVI, en Irlanda en el XVIII y a finales del XIX se consideraba casi extinto en toda Francia. En ese país, solo en 10 años, entre 1818 y 1829 se abatieron más de 10.700 animales y en España a mediados de ese mismo siglo unos 15.000.
Los últimos lobos en Suiza los cazaron en la década de los 40 y a finales de los 80 del siglo XX, y este depredador se considera que había desaparecido por completo en Europa central.
Solo quedaban ejemplares en las penínsulas mediterráneas y en la escandinava, aunque vivían muy fragmentados. En los Abruzzos italianos quedaban unos 200, en Noruega y Suecia, una decena.
Tras algunas reintroducciones de animales actualmente el lobo está presente en unos 26 estados miembros de la Unión Europea, además de Rusia y países balcánicos.
En los últimos años los científicos han podido comprobar como esta especie puede moverse entre países. En 2023 se localizó en la comarca leridana de la Alta Ribagorça un animal que había recorrido en tres años unos 1.240 kilómetros en un viaje iniciado en Alemania, pasando por Francia.
También encontraron otro ejemplar que había transitado unos 1.000 kilómetros entre Noruega y Finlandia y otro que casi llegó a los 900 caminando entre Alemania y Bielorrusia.
En 2013 se hizo el seguimiento de Slavc, marcado en la población eslovena de Kozina, y se comprobó que cruzó cuatro países, Eslovenia, Croacia, Italia y Austria, en total más de 800 kilómetros, cruzando zonas habitadas por humanos e infraestructuras peligrosas como carreteras, autopistas o vías de tren.
La dispersión, que siguen estos cánidos salvajes es posible tras la estricta protección legal que se inició en varios países en los años 70 y la recolonización realizada entre Italia y los Alpes y en las llanuras de Alemania y el oeste de Polonia.
En España se calcula que existen unos 1.500 ejemplares o unos 300 grupos familiares, localizados principalmente en Galicia, Asturias, Cantabria y el norte de Castilla y León.
La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) celebraba que se atendieran a sus demandas y se reflexionara sobre el estatus del lobo y sus efectos en la ganadería. Entidades ambientalistas como la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL), con unos 400 socios y que trabaja en la conservación de estos animales desde el año 2000, se oponen frontalmente a la desprotección del animal.
Valle de Valdivielso. Foto: angelaGonzaloM
Dicen que la especie todavía no se ha recuperado de forma significativa y piden una mejor gestión ganadera para evitar ataques a los rebaños y que diezmar las manadas de lobos consigue un efecto contrario aumentando los ataques. Porque, aseguran, que al diezmar las manadas, se vuelven más vulnerables, aumentan los animales solitarios y se ven obligados a cazar presas más fáciles como el ganado, para poder sobrevivir.
Los conservacionistas denuncian que hay un fraude sistemático en las compensaciones económicas de los ganaderos con muchas denuncias que se relacionan con el lobo y que en realidad las protagonizan perros salvajes. Por eso creen que si aumentan las medidas de protección del ganado con perros guardianes, apriscos o refugios, más presencia humana en vez de dejar en libertad al ganado o pastores eléctricos, se reduce -en gran parte- el problema.
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