Hallazgos fortuitos de restos arqueológicos
Muchos descubrimientos están relacionados con alguna casualidad o han sido fortuitos. No solo los científicos, también los artísticos e históricos. Por eso hemos recopilado tres casos que han coincidido en el tiempo, también de forma imprevista.
El escuadrón de arte de los carabineros ha revelado el hallazgo de urnas y sarcófagos etruscos confiscados a traficantes en la región de Umbría, y que fueron descubiertos por un granjero que los encontró ocultos en su terreno de cultivo. Se encontraban entre una serie de valiosos artefactos antiguos que estaban a punto de vender en el mercado negro. Están valorados en unos ocho millones de euros.
"La investigación se inició por una información confidencial sobre la existencia de una excavación realizada por una empresa constructora durante los trabajos de extracción de tierra", explicaba la fiscal del caso.
La policía italiana asegura que es una de las recuperaciones de objetos etruscos más importantes realizados nunca y ahora están en proceso de restauración.
"Es emocionante tocar por primera vez una obra de arte de esta gran importancia, me siento privilegiada", dice la restauradora. "Me permite ver la evolución de las técnicas utilizadas a lo largo de los años".
Los sarcófagos encontrados, uno de los cuales mantiene un esqueleto en el interior, podrían pertenecer a dos princesas etruscas que aparecen junto con un ajuar funerario completo con escenas de batallas y caza talladas en las urnas.
El electricista que encontró unos frescos en un falso techo
Un electricista italiano ha descubierto unos frescos del siglo XVII ocultos detrás de un falso techo en la Villa Farnesina en Roma. Las obras han permanecido ocultas durante dos siglos en el techo abovedado de una antigua vivienda.
El operario abrió una trampilla en el techo de esta villa renacentista para revisar unos cables eléctricos y descubrió una obra de arte. Unos querubines en vuelo y una escena otoñal que han mantenido el brillo a lo largo de los siglos. También había un bajorrelieve del escudo de armas de los Farnese.
"Lo primero que vi fue el paisaje detrás de mí y este querubín. Luego encontré otra trampilla, fui a buscar una lámpara para tener más claridad y cuando la encendí salió esta maravilla de frescos".
La Villa Farnesina, una joya de la arquitectura renacentista situada a orillas del río Tíber, es conocido por los frescos de Rafael que decoran el interior del edificio. La obra de arte descubierta formaba parte del antiguo techo de lo que fue sala de estar de Agostino Chigi, un rico banquero y mecenas que mandó construirlo.
Los frescos fueron realizados, muy probablemente, por el pintor-restaurador barroco Carlo Maratta y sus alumnos Girolamo Troppa y Françoise Simonot.
Mensaje en una botella
En Escocia, otra casualidad ha permitido encontrar una botella con un mensaje de hace 132 años. La nota escrita a mano está fechada en 1892 y revela el nombre de los ingenieros que instalaron una nueva lente en el faro que estaban rehabilitando.
El faro de Stranraer se terminó de construir en 1815, el mismo día en que Napoleón Bonaparte se rendía en la batalla de Waterloo. Desde entonces, el elemento arquitectónico se ha mantenido firme contra los mares agitados del suroeste de Escocia, alertando a los marineros para que se alejaran de la peligrosa costa.
"Siempre nos preguntamos cómo era la vida de la gente que vivía y trabajaba aquí y tener esta conexión con ellos", dice la propietaria del faro de Corsewall, hoy en día convertido en un hotel. "Ahora vemos su letra y nos preguntamos por qué pusieron en el mensaje en una botella bajo una tabla del suelo"
Uno de los técnicos que hallaron el mensaje "Fue como si las personas que lo escribieron estuvieran aquí con nosotros, podíamos sentirlos. De hecho, siempre hay una especie de presencia en un faro tan antiguo como éste".
"Lo más curioso es que estamos rehabilitando la misma lente que los ingenieros que aparecen en la carta estuvieron instalando hace más de 130 años".
Nueva visión de la Fontana di Trevi
Estos días, que se habla de la reapertura de un edificio emblemático en Europa, la catedral de Notre-Dame, rehabilitada después del incendio de 2019, otro monumento icónico, que atrae cada año a miles de turistas está de renovación: la fontana de Trevi en Roma.
La fuente barroca, del siglo XVIII, terminada en 1762, forma parte de la fachada del Palazzo Poli y, famosa también, por el cine, necesita un mantenimiento constante porque la piedra de color claro sufre decoloración.
Ahora está entre andamios y una pasarela que permite a muchos turistas el privilegio de acercarse para admirar la armonía de sus detalles y todos los elementos que la componen.
"En la pasarela puede haber unas 130 personas a la vez. Se ha instalado para que la gente se acerque a la obra de arte y puedan pasar frente a la Fontana di Trevi", dice la directora de los trabajos de mantenimiento. Cada día recibe la visita de más de 10.000 personas.
La restauración del monumento debería estar finalizada antes del 24 de diciembre, en que se iniciará el Jubileo, luego se retirará la pasarela, aunque el ayuntamiento romano estudia poder volver a instalarla de forma permanente a partir de la primavera. De momento para acceder a ella hay que reservar la entrada en línea y pagar dos euros que dan derecho a disfrutar de 30 minutos junto al monumento.
"Esta medida nos permite regular el flujo de visitantes para que puedan admirarla sin sufrir la masificación habitual y permite tomar una fotografía muy diferente a la que todo el mundo conoce".
Aunque es tradición arrojar una moneda a la fuente para asegurarse un futuro regreso a la ciudad eterna, en estos momentos en que la obra arquitectónica está vacía de agua, se ha impuesto una multa de 50 euros para quien arroje una moneda a la fuente vacía.
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