Nimes acoge por primera vez en la historia, la primera etapa de la Vuelta ciclista a España. Es también la primera vez que esta carrera se inicia en Francia. Una buena excusa para conocer esta histórica ciudad del sur de Francia, que muchos aseguran que es la más española de ese país. Y no es de extrañar... muchos refugiados españoles se instalaron allí al acabar la Guerra Civil.
La llegada a la ciudad suele hacerse por la estación del tren, allí nos espera Alejandro Álvarez Rodríguez, un joven español, experto en historia romana y que trabaja de guía turístico en la zona... Nos explica que "la fuente de la plaza Charles de Gaulle se concibió a finales del siglo XIX como lugar de bienvenida de la ciudad (entonces, por supuesto, tenía otro nombre). Cuando la gente salía de la estación, la primera visión que tenían era una explanada con una gran fuente, que les recibía". En la plaza encontramos 4 chorros de agua principales: dos hombres mayores que representan a los ríos Ródano y el Gardón y dos mujeres, Nemausa, una fuente natural de agua, que da nombre a la ciudad y Eure, que es el manantial que abastecía a la antigua urbe a través del acueducto romano. Nimes está estrechamente relacionada a ese imperio que conquistó el sur de Francia... donde el agua y la piedra mantienen una relación íntima. Alejandro nos hace de cicerone por esta ciudad plagada de historia... europea.
Ya desde la plaza vemos una de las joyas arquitectónicas de la ciudad. El anfiteatro, uno de los mejores conservados del mundo, en el que todavía celebran espectáculos taurinos y culturales. Los Juegos Romanos, que se celebran el primer fin de semana de mayo, se han convertido en un centro de interés turístico. En los últimos años, y siguiendo unas bases históricas avaladas por la universidad, se han simulado conflictos navales que se representaban en la época, como la de guerra de Actium, o la batalla de Aníbal, con elefantes incluidos. "En cierto sentido recuperan la funcionalidad del edificio, que se ha mantenido durante muchos siglos", insiste Alejandro. En sus famosas arenas lucharon gladiadores y actualmente, durante sus ferias torean reconocidas figuras del toreo, o actúan top ten de la música mundial.
De aquella época es también la Maison Carrée, un templo romano típico que se ha ido adaptando a las situaciones históricas. Se trata de un templo clásico, copiado del templo de Apolo en Roma y que los emperadores, especialmente Augusto, exportaron por todo el imperio.
Desde hace treinta años, la ciudad mantiene una estrecha relación entre las riquezas del pasado y el arte contemporáneo más puntero. Así que frente a la Casa cuadrada encontramos el Carré d'Art, obra de Norman Foster, que en 1993 transformó la zona para construir un edificio multicultural moderno con bibliotecas, mediateca y un museo de arte contemporáneo inspirado en el Centro Pompidou de París.
Paseando por las calles del centro histórico encontramos el ayuntamiento con su original reloj en forma de ocho... "la luz del so l-nos explica Alejandro- infiere sobre un punto distinto, dependiendo de la época del año. Por eso el mediodía reflejado en la pared no es el mismo en junio que en septiembre". Miremos donde miremos, en cualquier lugar de la calle encontramos el símbolo de la ciudad: un cocodrilo atado a una palmera. Está en las alcantarillas, en los bancos, en las señales turísticas... Es el símbolo que le regaló Augusto a la ciudad, poco después de la victoria de Actium. "Augusto que es un gran estratega y sabe convencer a las masas, va a vender la guerra contra Marco Antonio, no como una guerra civil, sino como una batalla contra la pérfida Cleopatra, que ha embrujado y hechizado al pobre, necio y borracho de Marco Antonio". Augusto no vende la victoria de Actium como la derrota de Marco Antonio, sino como la victoria contra Egipto y Oriente. Cleopatra está representada por el cocodrilo del Nilo encadenado a una palmera, que simboliza la victoria romana".
La catedral de San Castor ha sido reflejo de los enfrentamientos entre protestantes y católicos, que en el sur de Francia fueron especialmente intensas. " durante décadas a nada que hicieran los protestantes, saltaban los católicos que respondían con más agresividad y todos esos enfrentamientos acababan en tragedia en un bando y otro". La catedral ha sufrido muchos infortunios a lo largo de la historia, así que en ella se pueden ver diferentes estilos. Una parte románica, la parte alta de la torre gótica, la fachada destrozada por los protestantes y reconstruida por ellos mismos en el siglo XVII a regañadiente - la rehicieron parcialmente y mal-, a lo que hay que añadir un destrozo en el pórtico, en el siglo XIX cuando se rompió la entrada original para que los grandes señores pudieran entrar bajo palio en la catedral.
Una curiosidad. Nîmes, con larga tradición textil, es el origen de los pantalones vaqueros o la tela Denim. Una de los motores económicos de la zona es la manufactura textil. Sus comerciantes, importaban algodón y más tarde el índigo, que compraban a los genoveses para azular los tejidos. Tejida de forma oblicua con dos hilos, se obtenía una ropa resistente, que se hizo muy popular entre mineros y cowboys durante el siglo XIX. Así nacieron los tejanos.
El mundo del toro está presente en varios acontecimientos a lo largo del año. En primavera y otoño celebran las carreras, un juego en el que el hombre se divierte con el toro intentando quitarle una escarapela, con varias borlas y cordones. A mediados de septiembre se celebra la segunda feria del año, aprovechando la Feria de las Vendimias, que sirven de clausura de la temporada taurina. Durante tres días la ciudad vibra al ritmo de corridas, encierros, charangas y fiesta.
Con una rica cocina que va desde la famosa boullabesa, una comida de pescadores pobres, convertida en un manjar, hasta la brandada de bacalao... "Se cuece y se deja pochar", nos explica Lola, hija de exiliados españoles, que acaba de ganar un premio gastronómico en Francia por su arte en condimentar la famosa oliva local picholine ... y nos acaba explicando que la brandada debe batirse como si fuera mayonesa... Entre los dulces destacamos la Minerve, un pastel típico muy parecido al roscón de reyes.
Esta es de forma rápida la historia de Nimes, una ciudad histórica, que busca ahora ser declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Compañía aérea: Air Nostrum (vuelo regional Madrid-Marsella +1h.)
Oficinas de turismo:
Provence-Alpes-Côte d'Azur #Provencetourism
Turismo de Marsella #ChooseMarseille
Bouches du Rhone Tourisme #MyProvence #Provencetourism
Turismo Arlès #arlestourisme
Turismo Luberon www.luberon-apt.fr #luberoncoeurdeProvence #destinationluberon
Alojamiento:
Résidence du Vieux Port **** (vistas fantásticas sobre el puerto viejo y Notre Dame de la Garde)
Hotel Le Cloitre (un antiguo convento remodelado y muy tranquilo junto al teatro romano) (también cuenta con restaurante www.facebook.com/louvreboitearles
Hotel Mas de Guilles (Lourmarin), un lugar en medio del campo con restaurante incluido.
Appart'City Nîmes Arènes **** (junto al anfiteatro romano y a la estación del tren) , un lugar para cenar "Aux Plaisirs des Halles"
Restaurante Le Poulpe (Marsella)
Restaurante Auberge de Carcarille
Cardiff ha ligado para siempre su nombre a una final de fútbol europeo. También a otras dos ciudades: Lyon y Madrid. Allí se han disputado los decisivos partidos de la Champions femenina, el jueves 1 de junio y la masculina el sábado 3.
Los vencedores: las jugadoras del Lyon y los del Real Madrid, tendrán para siempre su nombre en la memoria colectiva. También los aficionados de ambos equipos. Para una ciudad mediana, unos 300.000 habitantes, como es la capital galesa, acoger una competición de estas características le supone un gran esfuerzo logístico... pero le aporta unas ganacias económicas los días de la final y posteriormente cuando se convierten en un polo de atracción turístico. Celia Díaz, portavoz de la oficina de turismo de Gran Bretaña en Madrid, cree que el aficionado relaciona la ciudad con "una vivencia inolvidable, sobre todo si gana tu equipo, porque entonces te llevas para siempre un buen recuerdo y es muy bueno que la ciudad esté relacionada con una experiencia tan bonita".
Los 28 países de la Unión Europea vuelven a ser los que más deportistas envían a los Juegos Paralímpicos de Río, que finalizaran el 18 de septiembre. De los 4.350 participantes, 1.430 son europeos. Solo Luxemburgo no estará presente en la edición de Brasil. La otra gran ausente es Rusia, suspendida por su "aparente incapacidad para cumplir con el código antidopaje del CPI y el Código Mundial Antidopaje", según decisión del Comité Olímpico Internacional. En total participan 176 países y se compite en 22 disciplinas, algunas muy diferentes a las que se disputaron en agosto en los Juegos Olímpicos.
Los primeros paralímpicos se organizaron en Roma en 1960 y la mayoría de los países europeos han participado en todas las ediciones, aunque algunos lo han hecho bajo la bandera de la URSS, otros bajo la de la antigua Yugoslavia o Alemania, que lo hizo, primero como país unido, para participar posteriormente como dos países y en las seis últimas convocatorias, como país reunificado.
Gran Bretaña es el país europeo que más preseas ha conseguido en las 14 ediciones que se han celebrado hasta ahora, obteniendo 1.642, seguida de Francia con .1010 medallas, Polonia, 691, Países Bajos 690 y España 619. Por supuesto no se pueden comparar los medalleros ya que muchos países no han participado en todas las ediciones. Solo siete naciones lo han hecho: Austria, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Irlanda, Italia y Países Bajos. Suecia inició su andadura paralímpica cuatro años más tarde en Tokio 1964.
España compitió por primera vez en los Juegos Paralímpicos en Tel Aviv en 1968. También Dinamarca inició su participación paralímpica ese año. En 1972, en los Juegos de Heidelberg, participaron por primera vez Polonia, Rumanía y Hungría. Grecia se estrenó en Toronto 1976, mientras que Bulgaria y Chipre lo hicieron en Seúl 1988. Fue en Barcelona 1992, cuando se estrenaron Croacia, Eslovenia y las repúblicas bálticas, Estonia, Lituania y Letonia. En Atlanta 1996 compitieron por primera vez separadas la República Checa y Eslovaquia.
Otros países han participado de forma alternativa. Es el caso de Finlandia, que con 270 medallas, estuvo ausente en Tokio 1964, o Portugal que se estrenó junto con España en Heidelberg 1972, pero no volvió a competir hasta 1984. Malta tiene siete medallas conquistadas en ocho participaciones. Estuvo en los primeros Juegos Paralímpicos de Roma 1960, pero se quedó fuera en Seúl y volvió en Pekín. Caso aparte es el alemán, que ha competido en ocho ocasiones como equipo único, en Roma 1960, Tokio 1964 y en las últimas seis ediciones, consiguiendo 660 medallas en total.
Sin duda una de las deportistas más laureadas en estos Juegos es la nadadora española Teresa Perales, que ha conseguido 22 medallas en las Olimpiadas, además de 17 Mundiales y 37 europeos.
El irlandés Jason Smyth, está considerado el Bolt de las Paralimpiadas, doble campeón en 100 y 200 metros en Pekín y Londres, espera conseguir el triplete en esta edición. También hay que estar atentos al italiano Alex Zanardi. Este ex piloto de Fórmula 1 y Indy Car, participa en handbike, la bicicleta cuyos pedales se mueven con las manos. Un accidente lo apartó de la competición de coches y encontró su sustitución en la bicicleta. Obtuvo dos medalals de oro en ruta y contrarreloj en Londres 2012, clasificación que espera repetir en Río.
Antes de inicarse, los paralímpicos de Río tienen un nombre propio. ¿Será esta la última carrera de la belga Marieke Vervoort? Su decisión no deja de ser un ejemplo de la lucha, coraje y fuerza de los 4.350 deportistas que participan en los paralímpicos de Río de Janeiro. A pesar de los problemas que estos deportistas se han encontrado en su vida, todos ellos han desafiado a su destino y han demostrado que tener problemas físicos no es el final de de nada, ni mucho menos de los sueños y deseos personales. Vervoot está en Río a pesar de sus insoportables dolores. Hace un tiempo anunció que competirá como los demás, pero ha decidido poner fin a su sufrimiento y ha firmado los papeles para someterse a la eutanasia. No ha decidido cuándo, pero sin duda es una decisión complicada, y que no está tomada a la ligera.
Vervoort tiene 37 años, fue campeona olímpica de 100 metros lisos en Londres 2012, a pesar de que tiene la mitad inferior de su cuerpo paralizado, disminuidas sus capacidades visuales un 20% y unos tremendos dolores que no le permiten dormir. En Río competirá en los 100 y los 400 metros.
Los Juegos Olímpicos de Río son ya historia. 3.700 deportistas europeos llegaron a principios de agosto con la ilusión de llevarse una medalla... o como mínimo un diploma olímpico. Más de trescientos treinta y dos han alcanzado ese sueño. El país europeo que más medallas ha conseguido ha sido el Reino Unido, que ha continuado con el éxito alcanzado en sus propias olimpiadas, hace 4 años en Londres. Alemania es el segundo que más preseas ha obtenido seguido de Francia, Italia, Países Bajos, Hungría y España.
Una de las heroínas ha sido la nadadora húngara, Katinka Hosszú, que con sus tres oros y una plata, es la cuarta deportista que más medallas se ha colgado en 2016. El británico, Max Whitlock es el segundo,con dos medallas de oro y una de bronce en gimnasia rítmica.
Río nos ha dejado muchas imágenes. Una de las que más sorprendió fue la de la italiana, Elisa di Francisca, que celebró su medalla de plata en florete, mostrando una bandera europea. Se lo dedicó a las víctimas de los últimos atentados en varios países y destacó que "quería mostrar nuestra bandera como un mensaje. Europa existe y está unida. Y solo estando unidos, podemos superar ciertas barreras, ciertos miedos, sin hacer lo que intentan que hagamos, escondernos en nuestras casas por miedo. Hago referencia a lo que ha pasado en París, en Bruselas y otros sitios". Había comprado la bandera de las doce estrellas, unas horas antes en un mercadillo de la capital carioca. Los europeístas esperábamos que su ejemplo fuera recogido por otros deportistas de la Unión Europea, pero desgraciadamente ha sido la única.
Adelinde Cornelissen, la jinete holandesa, protagonizó otra de las acciones más comentadas. Bronce y plata en doma en los Juegos de Londres, abandonó la competición para no poner en peligro la vida de su caballo con síntomas de fiebre y afectado por la picadura de un insecto. El espíritu olímpico, un principio de respeto entre países y deportistas, que preside los JJ.OO., ha estado ausente de las gradas en algunos momentos. El pertiguista francés, Renaud Lavillenie, fue abucheado por los seguidores brasileños cuando disputaba el oro al local Thiago Braz, una situación similar vivió el equipo alemán de fútbol en la final contra los brasileños, donde la torcida, lo tomó como una revancha del último mundial de fútbol.
Los Juegos de Río han estado marcados por las denuncias de dopaje de los deportistas rusos, -lo que ha comportado que su representación en esta edición haya sido menor-, la presencia por primera vez de un equipo de refugiados o los abrazos entre atletas de países enemigos, como rusos y ucranianos o coreanos del norte y el sur.
También han sido las Olimpiadas del adiós, a dos mitos del deporte. El nadador estadounidense, Michael Phelps y el atleta jamaicano, Usain Bolt. Con sus nueve oros en tres olimpiadas, Bolt ha alcanzado al finlandés Paavo Nurmi. A despedida suena la gesta del mediofondista británico Mo Farah, que ha hecho doblete en 5.000 y 10.000 metros, en dos olimpiadas consecutivas... algo que hasta ahora solo había conseguido otro finlandés, Lasse Viren.
Y adiós también a la coordinadora del equipo de gimnasia femenino de Estados Unidos, la rumana Martha Karoly, de 73 años, que junto a su marido Bela Karoly, han protagonizado la gimnasia mundial en las últimas décadas. Ellos descubrieron a estrellas como Nadia Comaneci o Mary-Lou Retton. Los triunfos conseguidos por el equipo norteamericano en las últimas décadas han llegado siempre de su mano y dejan en herencia a otra crack indiscutible... Simone Biles, que se ha hecho con cuatro de los cinco oros a los que optaba, además de una medalla de bronce.
Las relaciones consanguíneas han estado muy presentes en las olimpiadas de 2016. 36 parejas de hermanos han participado en esta edición. Por primera vez en unos Juegos Olímpicos hemos visto competir a unas trillizas. Las estonias Luik han disputado la maratón femenina, como atletas son también las gemelas alemanas, Lisa y Anna Hahner. Los británicos se llevan la medalla en esta categoría de relaciones familiares. Del Reino Unido son los hermanos Brownlee. Los hemos visto exhaustos, abrazados en el suelo de Río tras quedar primero y segundo en el triatlón masculino.
Los jinetes Whitaker, ya han participado juntos en cuatro olimpiadas, Julia y Katie Reinprecht, forman parte del equipo de hockey, a ellas hay que añadir a las gimnastas Downie, los regatistas Richard y Peter Chambers... y los hermanos Paul y Mark Gleghorne, compiten en hockey pero el primero participa con la bandera irlandesa y el segundo con la británica. Irlandeses son también los regatistas Paul y Gary O'Donovan.
Otros hermanos representan a otros países. Es el caso de las gimnastas holandesas, Sanne y Lieke Wevers y los españoles Plà, Barbara y Pol, ambos especialistas en rugby femenino y masculino respectivamente. Los Borlée, son toda una saga en Bélgica. Olivia, fue la abanderada de su país y sus hermanos Kevin, Jonathan y Dylan, forman parte del equipo de atletismo.
Ahora nos toca esperar hasta los paralímpicos que se iniciaran el 7 de septiembre. Es el momento de otros deportistas que también sueñan con la gloria y las medallas.
Otro de los eternos debates es el alto coste de las instalaciones deportivas y el uso posterior de las mismas. La ciudad alemana de Hamburgo, que también competía por los Juegos de 2024, decidió en referéndum retirar su candidatura. Casi el 52% de los votantes consideraron que los 7.400 millones de euros que iba a invertir la ciudad era un gasto que debía ir destinado a otros recursos sociales. Como Hamburgo, Munich también rechazó en referendum acoger los Juegos de invierno de 2022. De esta manera Alemania cumplirá más de 43 años sin organizar unos Juegos Olímpicos.
Se celebra el 230 aniversario de la primera ascensión al Mont Blanc, que con sus 4.810 metros de altura es el pico más alto de la Unión Europea y uno de los lugares más visitados del mundo. El 8 de agosto de 1786 dos aficionados bien entrenados de Chamonix, Jacques Balmat y el doctor Michel Gabriel Paccard, consiguieron subir hasta la cumbre pasando por Grands Mulets y bajaron sanos y salvos, consiguiendo una gesta para el montañismo internacional. Detrás de ellos fueron otros expedicionarios y con el tiempo, llegaron excursionistas de otros países, viajeros románticos, turistas, esquiadores, hoteleros y empresarios, convirtiendo la ciudad en un parque temático sobre la montaña. Chamonix ha acogido también los primeros Juegos Olímpicos de invierno en 1924.
El macizo del Mont Blanc, está situado entre los valles italianos de Aosta y la Alta Saboya francesa. Se considera que el monte Dolent (3.823 m) es la cumbre común de Francia, Suiza e Italia, y puede verse muy bien desde la cima Grands Montets. Chamonix es la ciudad más importante de la zona. Está rodeada de unas 28 cumbres de más de 4.000 metros de altura, con bosques de pinos, agujas de piedra, glaciares, neveros y torrentes. El mal tiempo, también está muy presente, y a veces es imposible ver durante varios días la cima de la mítica montaña. En sus casi 180 kilómetros cuadrados, se contabilizan un centenar de glaciares, cada uno con su nombre.
Durante el verano hay unas 300 salidas diarias para subir a alguna de las cimas, con la consiguiente masificación, a la que hay que añadir las visitas de los turistas que utilizan el teleférico para llegar hasta el mirador de la Aiguille du Midi y cruzar hasta Italia en largas colas interminables, aunque el paisaje bien merece ese esfuerzo. En Chamonix se puede coger el teleférico y un sistema de cabinas cableadas o teleféricos para alcanzar el mirador situado a unos 4.000 metros de altitud, y desde allí se puede cruzar con cabinas por el glaciar de Vallée Blance en dirección a la parte italiana, disfrutando de una vista espectacular del macizo alpino pasando por la punta Helbronner y l'Aiguille du Midi. Los que quieran cruzar desde la ciudad francesa de Chamonix (Alta Saboya) a la italiana de Courmayeur (Valle de Aosta), pasarán un primer tramo hasta "Plan de l'Aiguille", para continuar viaje hasta Aiguille du Midi (el punto más alto), seguirán por la "Punta Helbronner hasta el refugio Torino y de ahí bajarán al "Pavillon di Monte Frety".
Otro medio de transporte es el tren cremallera rojo que sale de Montvers y que funciona desde hace más de un siglo. Al final del recorrido se puede ver la Mar de glace, de unos seis kilómetros, los glaciares de Argentiére y Bossons y una cueva de hielo. También el tranvía del Mont Blanc sube desde Saint-Gervais-les-Bains al glaciar de Bionnassay y para los menos osados, hay unos 17 kilómetros de senderos que recorren el valle de los Alpes Occidentales, o pasear junto al río Arve. Además desde 1965 se puede circular por el túnel del Mont Blanc, que atraviesa en un cuarto de hora, los pasos del Gran y pequeño San Bernardo.
Subir al Mont Blanc es una actividad de riesgo que muchos ignoran. Cada año se producen unas 50 muertes en todo el macizo y se realizan unos 1.200 rescates, para lo que en muchas ocasiones es necesario utilizar helicópteros, que no siempre pueden llegar hasta la persona accidentada por dificultades de visibilidad. Hasta el siglo XVIII se le llamaba la "Montaña maldita", rodeada de tabúes y leyendas que atemorizaban a los lugareños.
Hay una idea extendida de que el Mont Blanc es fácil, pero subir no es excursionismo, es alpinismo. No todo el mundo puede hacerlo y eso hay que tenerlo en cuenta. Los alpinistas consideran que los últimos metros de la ascensión son fáciles, pero para llegar allí hay que superar tramos que requieren dominar técnicas básicas de montañismo. Estos pasos son perfectamente asequibles para escaladores expertos, pero no son aptos para novatos. El material imprescindible debe incluir crampones, piolet, casco, arnés, cuerda y mosquetones. Pero además de llevarlo, hay que saber como utilizarlo.
También es imprescindible saber leer la climatología cambiante de esta montaña. Los rescatistas contabilizan miles de personas que suben a pesar de que la meteorología sea adversa, sin tener en cuenta que ese paisaje maravilloso en una mañana soleada puede convertirse en un auténtico infierno de niebla y frío. Por eso además de tener una preparación técnica adecuada, es necesaria una buena preparación física. Si no es así acabarás agotado o sufriendo mal de altura debido a una mala aclimatación a la altitud.
Los responsables de seguridad de la zona recuerdan que existe un 70% de posibilidades de alcanzar la cima si se va con guía de montaña y un 30% si se hace por cuenta propia. La primera apuesta es cara, unos 1.000 euros por ascensión, más la pernoctación en el refugio. La segunda tiene muchos riesgos innecesarios.
Del 22 al 28 de agosto se celebrará la novena "Petite trotte à Léon" (PTL), una de las cinco pruebas propuestas en el marco del UTMB. Se trata de una prueba de ultra resistencia pedestre que se realiza en equipos de dos o tres personas, con altas exigencias a nivel técnico, físico y mental. La Ultra-Trail de Mont-Blanc es la prueba de trail running más prestigiosa de Europa y está previsto que participen unos trescientos corredores a través de 290 kilómetros dando una gran vuelta por el macizo que permite descubrir lugares de difícil acceso y muy poco conocidos. Recorrerán la cascada de seracs del glaciar del Trient, las aristas entre el Mont Fallère y el col Sérena o descender por el Mont Chétif, a la altura de Courmayeur, con las legendarias paredes de la cara sur de Mont-Blanc. Para recorrer estos caminos de los Alpes franceses, suizos e italianos, se precisa gran sentido de la orientación. El punto de partida es la ciudad de Chamonix y los participantes recorrerán 19 municipios, 71 glaciares, 7 valles y 400 cimas. Los mejores lo recorren en menos de 14 horas, pero la mayoría necesitan 30 o 45 horas.
La primera expedición incorporaba en su afán un objetivo científico. Jacques Balmat era un joven buscador de cristales y guía de montaña, y Michel Gabriel Paccard, era un investigador aficionado. Estuvieron a punto de morir en varias ocasiones, pero Balmat y Paccard alcanzaron la cima, la tarde del 8 de agosto y permanecieron durante media hora en lo más alto de la montaña para que el doctor pudiera comprobar la acción de la presión atmosférica con el barómetro de Torricelli, confirmando así la teoría de Blaise Pascal sobre la reducción de la presión cuando se aumenta la altitud.
A lo largo de la historia, se han realizado muchas expediciones científicas en todo el macizo, para investigar sobre la flora y la fauna de la zona pero sobre todo para analizar el comportamiento de los glaciares, especialmente en los últimos años en que muchos de ellos han entrado en retroceso. Para ello se han instalado varios observatorios, como el Vallot, en recuerdo del botánico y meteorólogo Joseph Vallot, el de Janssen, que lleva el nombre de un famoso astrónomo francés y otro subterráneo, que acoge un observatorio situado a más de 1.700 metros de profundidad, donde se recogen datos sobre radiación cósmica.
Durante este mes de agosto, doce especialistas franceses, italianos y rusos pasarán varios días a 4.300 metros de altitud para extraer tres barras de hielo de 140 metros de largo, lo que supone varias toneladas, que serán depositadas en cajas aislantes. Los científicos temen que los glaciares que están situados a menos de 3.500 metros de altitud en los Alpes desaparezcan antes de que acabe este siglo. Los investigadores podrán estudiar en particular la evolución de la contaminación o de la actividad industrial a nivel europeo a lo largo de unos cien años.
Por eso el objetivo de esta expedición, y de otras que se realizan en varios lugares del mundo, es conservar durante siglos "la memoria del hielo", una "materia prima" extremadamente valiosa para los científicos.
Preocupa el ritmo al que se derrite el glaciar del Ródano, uno de los más grandes de la cordillera europea. Los expertos están preocupados porque pierde entre cinco y siete metros de espesor cada año. Las autoridades suizas han decidido cubrirlo con mantas, para ralentizar ese avance reduciendo la licuación un setenta por ciento. Desde 1850 ha perdido dos tercios de su volumen permanente y se calcula que si sigue a este ritmo, a finales del siglo XXI solo quedará un diez por ciento de su actual volumen. Este glaciar acumula una enorme cantidad de agua dulce vital para Europa.
Nos encontramos ya inmersos en los trigésimos primeros Juegos Olímpicos. Los países europeos son los que más atletas han desplazado hasta Río de Janeiro. Los 28 países miembros de la Unión Europa, han enviado a 3.700 deportistas. Alemania, con 425 es el país que más competidores aporta, seguido de Francia, Reino Unido, Italia y España. De todos ellos destaca como curiosidad, la presencia por primera vez de unas trillizas. Las estonias Liuk competirán en la maratón del 14 de agosto, aunque con pocas posibilidades de alzarse con una medalla.
Más anécdotas olímpicas europeas. Kosovo disputa sus primeros juegos olímpicos, y se estrenan los atletas nacidos en el siglo XXI. Por primera vez en la historia, compite el equipo olímpico de refugiados. 10 atletas han sido escogidos para representar a 60 millones de refugiados en el mundo. Entre ellos se encuentra Yusra Mardini, una nadadora siria, que tras sobrevivir a la travesía del Mediterráneo, ahora entrena en el club de natación Spandau 04 de Berlín, donde está acogida. Su compatriota, Majedddin Ghazal, saltador de altura, entrena en Mónaco, lejos también de su Damasco natal.
Además hay doce deportistas marroquíes que compiten bajo banderas europeas. Dos boxeadores, un judoka y una futbolista, competirán por Francia; tres taekwondistas y una martoniana, lo harán por Bélgica, dos corredores de mediofondo (Ilias Fifa y Abdelaziz Merzougui) por España y otros dos competiran bajo la bandera de Reino Unido e Italia, respectivamente. Algunos han nacido en Europa y otros se han nacionalizado.
Los nombres de varios deportistas europeos están ya en el olímpo de los Juegos. La gimnasta rumana, Nadia Comaneci, considerada una de las mejores del siglo XX, fue la primera en conseguir un 10 en unos Juegos, en Montreal, en su palmarés hay 5 oros olímpicos y 3 platas. El nadador austríaco-rumano, Johnny Weissmuller, fue el primero en bajar de los 60 segundos en 100 metros libres, Consiguió cinco oros olímpicos y 67 récords mundiales. en el medio fondo han destacado el atleta checo, Emil Zatopek, que logró 4 oros y un broce olímpico y el finlandés Paavo Nurmi, con 12 medallas, 9 de oro y 3 de plata. Doce medallas obtuvo también la alemana Birgit Fischer en piragüismo, mientras que su compatriota la patinadora y ciclista Christa Luding-Rothenburger es la única deportista que ha conseguido medallas tanto en juegos de verano, en Seúl, como de invierno en Calgary y Albertville.
Todos ellos son historia, pero cada olímpiada tiene a sus héroes. En Río, igual que pasó hace cuatro años en Londres, los nombres por excelencia son Usain Bolt y Phelps, pero a ellos esperan unir sus nombres una serie de deportistas europeos. La nadadora húngara Hosszu ha roto récord mundial en Rio, Mireia Belmonte espera repetir, e incluso mejorar sus éxitos de Londres y la atleta holandesa Dafne Schippers busca su primer oro olímpico en 3 pruebas, mientras el judoca francés, Tedy Riner, oro hace cuatro años, espera repetir en esta edición. Seguro que durante los 18 días de competición salta alguna sorpresa.
Una de las tradiciones de los Juegos Olímpicos que comenzaron en Barcelona'92, son las casas nacionales, que tienen como objetivo difundir la cultura y la hospitalidad de cada país participante, haciendo que sus compatriotas se sientan literalmente en su casa. Son un lugar de encuentro para ver las competiciones en vivo en pantallas gigantes y reunir a los aficionados, además pueden ver de cerca a sus ídolos que van allí a celebrar sus victorias.
La iniciativa fue de los holandeses. Su portavoz en Río explica que esa es la diversión de los holandeses, no importa a qué distancia estén de su país, siempre aparecen. Una de las que tiene mejores vistas es la danesa en plena playa de Ipanema. "Creo, que esta localización es el mejor sueño que podemos tener", explica Jan Olsen, mientras que el portavoz de la casa suiza, explica que llevan realizando esta iniciativa desde 1998, "Es mi décima casa, y aunque queríamos hacer una cosa muy suiza, pequeña y bonita, aquí en Brasil hay que hacer las cosas a lo grande".
En total hay 52 casas temáticas, algunas cerradas al público, pero la mayoría con entrada gratuita. Hay además programación musical, gastronomía típica, fiestas y actividades culturales. Chequia, Hungría, Francia, Dinamarca, Alemania, Austria, Portugal, Reino Unido o Finlandia, han organizado esta especie de zonas nacionales de fans. Todos ellos quieren vivir el eslogan de estas olimpiadas, "Vive tu pasión", y lo quieren hacer con los 11.000 deportistas que compiten representando a 206 países.
Para muchos europeos, el fútbol simboliza la masculinidad.El deporte se presenta a menudo como una actividad de socialización de los hombres, de la que se excluyen, o se autoexcluyen, las mujeres. Sin embargo es el deporte que más europeas practican y en algunos estudios se considera que son "el futuro del fútbol", por su potencial crecimiento, principalmente porque los márgenes de progresión entre los hombres son más limitados.
"El fútbol es para hombres y no para mujeres", este estereotipo sexista está presente en muchos niveles: entre el público, en los medios de comunicación y en los círculos de toma de decisiones. El fútbol femenino contó con una importante número de jugadoras durante la Primera Guerra Mundial, sobre todo en Francia y Reino Unido. En 1920, los equipos de Dick Kerr y Saint Helen se enfrentaron en Liverpool ante más de 53.000 espectadores. Un éxito que alarmó a las autoridades futbolísticas y al año siguiente se prohibió que las mujeres jugaran en cualquier campo del Reino Unido. Una decisión que siguieron otros países, lo que llevó a que perdieran influencia en los organismos internacionales. En las últimas décadas las instancias más importantes de este deporte han convertido en prioritario el desarrollo del fútbol femenino.
En 1960 la UEFA recomendó a las ligas nacionales que lo potenciarán. Aún así, medio siglo después, todas las competiciones, desde las ligas, hasta los campeonatos internacionales, mantienen la hegemonía masculina. En los últimos 30 años, ha aumentado el número de jugadoras, principalmente en Dinamarca, Reino Unido, Francia, Alemania, Suecia y Holanda. En 2014 había más de un millón en todos los países inscritos en este organismo deportivo. De los tres deportes mayoritarios, el 56% de las jugadoras practican fútbol, 28% volleyball y 26% balonmano.
Francia acogerá en 2019 el Campeonato del Mundo femenino, en 1995 Noruega fue la sede y en 2011 Alemania. Noruega ha ganado este campeonato en 1995 y Alemania en 2003 y 2007. También se disputarán partidos en las Olimpiadas, aunque las audiencias televisivas son menores que las competiciones masculinas. En el Mundial de 2011, las audiencias medias fueron de 13 millones de espectadores por partido, aunque unos 250 millones vieron al menos 20 minutos y 408 millones, tan solo 3 minutos. Curiosamente, a más de la mitad de las europeas no les interesa para nada el fútbol femenino, si a eso se añade que la asistencia a los estadios es muy limitada y a las televisiones no les atrae un deporte minoritario, por lo que no lo potencian, acaba convirtiéndose en "un pez que se muerde la cola".
El último mundial, celebrado en 2015 en Canadá, donde Estados Unidos se proclamó campeona por tercera vez, se convirtió en un evento de clara progresión ascendente, aumentando significativamente el seguimiento por televisión, la asistencia a los estadios y la repercusión mediática, sobre todo en los medios digitales y redes sociales, lo que podría ser un buen inicio para atraer mayor inversión hacia el futbol femenino mundial.
Este deporte tiene también un techo de cristal para las mujeres. Por ejemplo, el segundo lugar más importante de la Asociación de Fútbol de Francia lo ocupa Brigitte Henriques y solo una mujer pertenece al comité ejecutivo de la UEFA (Karen Espelund). En 2015, Sandra Schwedler fue elegida presidenta del FC St Pauli, la única mujer en ocupar actualmente un puesto importante en un club profesional en toda la Unión Europea. También es muy limitada la participación femenina en otras instancias futbolísticas, como entrenadoras o árbritos. Actualmente hay unas 21.000 entrenadoras en la UE, pero únicamente el 16% de ellas entrena equipos femeninos, y los masculinos solos son entrenados por hombres, a excepción de Corinne Diacre, que ha dirigido esta temporada al Clermont, un equipo de la segunda división de fútbol de Francia. De las 7.461 árbritros de la UEFA, la mayoría son alemanas, italianas o británicas. En Francia hay 27 y en España 15. Son pocas, pero en varios países ya hay mujeres arbitrando partidos de las tres principales divisiones de fútbol masculino.
Un estudio de la Unión Europea concluye que, aunque cada vez hay más mujeres interesadas en practicarlo o ser simples espectadoras, la igualdad en el fútbol todavía está muy lejos de conseguirse.