Los otros rosados... y blancos
miércoles 8.jun.2011 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Parece que llega por fin, tras amagar varias veces, el tiempo de los vinos frescos y refrescantes. Lo primero, por la agradable temperatura a la que se sirven y lo segundo, además, por su acidez.
Los sencillos e intrascendentes blancos que comenzaron a poblar este país hace treinta años han dado paso a complejas elaboraciones. A pesar de las prevenciones que pueda suscitar la fermentación y crianza en barrica, los resultados, en ocasiones, rozan la gloria. Para cualquier duda, Belondrade y Lurton 2008, un claro candidato al mejor blanco de este país. Y también la demostración de que ha sido un francés, Didier Belondrade, quien mejor ha entendido a la verdejo, la variedad característica de la Denominación de Origen Rueda.
Algo parecido ha ocurrido con los rosados. Y aunque el salto a la diversidad ( crianza sobre lías, toques de madera…) era difícil de imaginar, hay ejemplos más que notables. Prado Rey Fermentado en Barrica 2010 está también sobrado de grandeza.
Muy diferente - intenso, serio y goloso - ya que busca acompañar la más refinada cocina, el ultimo gastrovino creado por el tandem Elena Adell, enóloga de Alcorta, y Carme Ruscalleda del restaurante Sant Pau. El estuche incluye, además de una botella, todo lo necesario para seguir al pie de la letra las propuestas de la triestrellada cocinera: un recetario y dos botes de chutney. La salsa, una revisión de la receta india que combina tonos dulces, ácidos y picantes, admite, como desmostró en la presentación, las más variadas combinaciones. Para quien no quiera cocinar basta con disponer a modo de tabla varitas de pan, dados de queso fresco envueltos en anchoa y gajos de manzana verde. Para completarla, bastones de apio, zanahoria y otros vegetales crudos. Y a disfrutar - en adecuada compañía- .
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