Monjitas on line
Por un lado sesudos empresarios han puesto en marcha la teletorrija. Una moto, un café como obsequio y un radio de acción limitado son las tres soportes que hacen posible llevar este dulce típico de la Semana Santa hasta la mesa de su casa o de su trabajo. La condición necesaria es vivir en Madrid y en un barrio dentro de la M-30, una autovía de circunvalación a pesar de que el ayuntamiento se ponga pesadísimo llamándola calle. La calidad, viniendo de eso que los carteles llamaban la acreditada pastelería El Riojano, parece garantizada.
Ellas, las monjitas, han llegado más lejos deshaciendo por distancia el posible empate que en el tiempo...