Entre batallas
viernes 16.nov.2012 por Ignacio Pérez Lorenz 3 Comentarios
No es seguro que el jurado lo tuviera en cuenta pero presentar una manzanilla (frágil obra de arte) embotellada dos años antes no era la mejor receta. Con esa elección no resultaba fácil ganar un concurso en el que dominar el complejo mundo del jerez es fundamental. Si lo hizo, quedaban dos candidatos: la cocina técnica y preciosista del restaurante El Ermitaño en Zamora y el fresco entusiasmo de los representantes del madrileño Il Bambino.
Los vencedores, éstos últimos: el cocinero Ángel Vellón y el sumiller Iván Torres. La Copa Jerez premia las mejores combinaciones entre vinos y platos y ellos lo consiguieron a pesar de abrir fuego con el producto más difícil de armonizar: la alcachofa. La presentaron con una espuma de oloroso y un crujiente de jamón.
Y para acompañarla un fino, La Panesa, con cerca de 14 años de crianza biológica, explicaron. Algo que el presidente del jurado y del consejo regulador, Beltrán Domecq, tardó poco en calificar de imposible. El velo que forman las levaduras nunca se mantiene, aseguró con la autoridad que le infiere su puesto, su conocimiento y su vasta experiencia, más allá de siete años.
El sumiller no había hecho sino repetir lo que aseguran etiqueta y bodega. Quizá sería cuestión de que las bodegas no afirmen lo imposible. Y ya de paso, consideren al consumidor un aliado digno de conocer las características del producto que adquiere. Entre otras, y no la menos importante, la fecha de embotellado…Pero ese es otro debate. O quizá otra batalla perdida.
La batalla ganada, la que probablemente inclinó la balanza fue una tarrina de confit de pato acompañada por un palo cortado. Sublime combinación fue una de las frases escuchadas para describirlo.
Ya tenemos campeones nacionales. Ya van cinco ediciones de esta interesante Copa Jerez y ya se anuncia el enfrentamiento dentro de un año de los vencedores de siete países en la final internacional. Éxitos importantes que no deberían ocultar que la batalla entre el productor y el consumidor sigue siendo eso.
Ricardo Sevillano dijo
Que pedazo pinta, y como dice mi abuela,"mejor sabrá"!pues nada, habra que ir a Vallecas a probar estas joyitas!voy un monton a este restauante y se come y bebe enial, aparte de un trato exquisito.Os lo mereceis,chavales, Enhoabuena!!!
MERCEDES dijo
Discrepo de su primera apreciación en esta entrada y para ello le invito a que lea de palabras del mismo Antonio Barbadillo Mateos la exposición sobre su Sacristía Ab saca octubre del 2010.
http://www.losgrandesvinosdeespana.com/2011/04/manzanilla-sacristia-primera-saca-2010.html
Ignacio Pérez Lorenz dijo
Agradezco su participación en el blog y respeto enormemente su opinión. No sólo soy un admirador de esa manzanilla (y de los que creo son sus proveedores) sino que he adquirido botellas de casi todas sus sacas. Les animo a seguir siendo una alegría para los apasionados de este vino y a continuar ofreciéndolo sin filtrar. Así se respetan más sabores y aromas y siempre o casi siempre evoluciona mejor. Lo contrario de lo que suele ocurrir con la utilización de las llamadas medias botellas que por cierto me encantan. ¿Hasta cuándo evolucionan con elegancia por decirlo así? Es una de las cuestiones sobre las que elaboradores y clientes solemos discrepar.