Disfrutar un poco más
Todo apunta en la misma dirección. Si hay un país en el que la comida callejera esté condenada a tener éxito ese es el nuestro. Clima y costumbres se dan la mano con creatividad y técnica. Y, sin embargo, no es nada fácil encontrar un puesto ambulante en el que comprar patatas fritas como ocurre en Francia o desde donuts y cafés hasta hamburguesas como en Estados Unidos. E imposible soñar con esas elaboraciones más complejas que se suceden en tantas calles y rincones de cualquier parte del mundo.
Comenzamos con tímidos intentos. Primero algún camión – inevitablemente rebautizado en inglés - que sorteaba las dificultades administrativas de c...