Madridajes
viernes 7.nov.2014 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
No es solo un hallazgo semántico. Es también el nacimiento de una placentera fórmula que combina y potencia dos grandes productos madrileños. Y un recorrido de su mano por más de una treintena de fogones. En todos ellos se podrá disfrutar del vino y la carne de Madrid durante treinta días a
precios razonables.
La carne es una chuleta de ternera de La Finca de Jiménez Barbero. El vino, Initio 2008, una nueva añada - presentada para la ocasión - de Las Moradas, bodega de San Martín de Valdeiglesias.Una zona donde las garnachas rozan el cielo gracias al frescor de su altura, el granito descompuesto de sus suelos y la influencia de los vientos. Todo ello se traduce en unos vinos potentes,
expresivos y de enorme personalidad que contemplan sin inmutarse el paso del tiempo. Pura gloria.
Probada y aprobada la experiencia, y ya solo para amantes de sensaciones fuertes nada como un cuchillo bien afilado, una tabla y un pedazo de solomillo o de otros cortes escogidos de esa llamada por sus propietarios carne de la felicidad. Se debe servir convenientemente picada (siempre a mano) y con un ligero aderezo como toda preparación que incluya unas gotas (nunca más de unas pocas gotas) de salsa Worcestershire.
El resto, unos toques al gusto de sal, pimienta negra, tabasco y quizá mostaza o mayonesa. Algunos optarán por añadirle pequeños cortes de pepinillos, cebolletas o alcaparras y otros por coronarla con una yema de huevo de gallinas que anden también sobradas de felicidad. Un hilo de un aceite elegante nunca le hará daño. El resultado nos besará en la boca si se acompaña de Las Luces 2007. Es el gran vino de esa bodega, elaborado solo en años especiales, y que tardará poco en competir con lo más grande de este país. Al tiempo.