La picapoll por enseña
jueves 7.may.2015 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Su bandera es la picapoll. Y también la del resto de la Denominación de Origen Pla de Bages. Una variedad que solo comparte cierto parecido, como explica Ramón Roqueta responsable de Bodegas Abadal, con su homónima francesa. La edad de esas cepas y la selección de sus clones, eliminando los más productivos, ha permitido avanzar en la elaboración de un interesante blanco. Abadal Picapoll 2014 (10 euros) es delicadamente aromático, fresco, complejo (anís, hinojo, manzana y otras frutas) y sobre todo original.
Con las cepas más viejas, siete meses de crianza sobre lías y varios años de reposo en botella se logra una muy distinta y sorprendente expresión de la picapoll. La ofrece claramente definida a partir de su tercer año. Ocurre ya de esa manera en la añada 2011 de Nuat (26 euros) y, en menor medida, con la del 2012. En estos casos la acidez deja de ser evidente para envolverse en la intensidad de sus tonos amielados y su exquisita finura. Una descripción que se ajustaría más a un vino de postre y que, sin embargo, se corresponde con un blanco seco de infinitas combinaciones gastronómicas. Versatilidad realzada por su elegancia, su frescor cítrico y el perfume de las hierbas aromáticas.
La amplia gama de esta bodega ha recorrido, al igual que los especialistas, los aficionados y los restantes elaboradores de casi todo el país, una buena parte del mapa varietal antes de regresar a sus orígenes. Un viaje que ha dejado conocimientos y huellas de indudable valor en ocasiones. El interesante Abadal Crianza 2011 (10 euros) refleja el carácter del merlot adaptado a estos pagos combinado con algo de cabernet. Aunque es Abadal 3.9 del 2009 (19 euros) el que se eleva por encima del resto. Una cabernet sauvignon bien asentada, como en tantos otros lugares, recibe aquí - agradecida - la aportación de una variedad más próxima a ese clima como es la syrah. El resultado, un vino intenso, maduro, equilibrado y profundo cargado de recuerdos a frutos negros, notas balsámicas, trufas, especias y apuntes minerales. Disfrutarlo significa plantearse como duda metódica la existencia, en esto del vino, de verdades universales.