Modernidad y frescor
viernes 12.jun.2015 por Ignacio Pérez Lorenz 1 Comentarios
Son tres elaboraciones sorprendentes. Una exhibición de modernidad arrancada a la tierra del Somontano por un veterano e inquieto enólogo, Jesús Astrain. La nueva gama de Bodega Pirineos parece creada para satisfacer los deseos del numeroso grupo de consumidores que busca vinos afrutados, frescos, suaves y fáciles de entender. Y que exige, además de que se ajusten a ese diseño, que se vendan por debajo de diez euros, el precio máximo que muchos aficionados están dispuestos a pagar. En este caso cumplen todas esas condiciones y una de ellas, la del precio, sobradamente: tan solo cuestan cinco euros.
La intensidad y el frescor cítrico de la chardonnay (lima, limón) se combinan en un blanco joven con las aportaciones delicadas y florales de dos de las variedades de mayor intensidad y complejidad
aromática: gewürztraminer y sauvignon blanc. El resultado un vino con la presencia atenuada de notas a pomelo, maracuyá y otras frutas tropicales pero ajeno a la fácil intrascendencia del dulzor y del excesivo exotismo aromático. Pirineos blanco se muestra, por el contrario, seco, serio, con sensación de volumen y unas deliciosas notas amargas que equilibran el conjunto.
También hay un cierto magisterio en el dominio de los amargos en el Pirineos rosado. Con tempranillo y un poco de cabernet sauvignon se apuesta por tonos muy pálidos, casi tanto frescor como en un blanco y de nuevo una mínima cantidad de azúcar residual. La fruta roja (frambuesa, fresa salvaje), que aparece matizada por notas florales, inicia un perfil largo, estilizado y enormemente refrescante. Las cocinas exóticas acabarán encontrando en esta botella un perfecto aliado.
La colección se cierra con un tinto singular. Un merlot que se aleja y mucho del habitual perfil mediterráneo que esta variedad ofrece con frecuencia en nuestro país. Una breve estancia de cuatro meses en barrica ha permitido preservar casi intactos sus aromas a fruta fresca envueltos ahora en recuerdos nítidos a café, moka y cassis. Un tinto sobrado de color, con nobles taninos, buena estructura y llamativa concentración. El pequeño porcentaje de syrah que lleva le dota de mayor complejidad y le ayuda a mostrarse redondo y con un tacto casi sedoso. Solo necesita unos meses más de reposo en botella para salir a buscar, elegante e intenso, a todos esos consumidores para los que ha nacido cargado de futuro.
Filly dijo
Muy bien explicado si señor. Felicidades.