Lo mejor de Rioja
lunes 2.nov.2015 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
No fue una edición más de la presentación de las nuevas añadas. Un acto que hasta el año pasado era una muestra difícilmente abordable y que ahora ha dado paso a la posibilidad de catar ordenada y tranquilamente lo más destacado de esa denominación de origen calificada. Una selección de los vinos de Rioja que mejores puntuaciones han obtenido en las guías especializadas con apenas excepciones: solo las dos o tres bodegas que no tenían botellas suficientes para estar presentes en un acto que se ha convertido ya en lo mejor de Rioja.
El sueño de ver reunidos a tintos como Amancio, Cirsion, Hiru, La Nieta, Macán o Trasnocho se convertía en realidad. Elegir entre mitos, categoría en la que se mueven, nunca fue sencillo y menos en este caso. Si bien, uno de ellos hablaba de especial elegancia desde el primer aroma y parecía reflejar, en todo momento, la tierra en que ha nacido. Contenida potencia y sensación de suavidad, hasta acercarse a la delicadeza, para un vino sabroso, lleno de notas frutales, recuerdos especiados y apuntes minerales envueltos en la huella tenue de su estancia, larga, en madera. Y como destacada virtud, la compañía constante de una sensación de frescor que vale más de lo que cuesta. Y eso que cada botella de este tinto redondo, equilibrado y casi perfecto, Aro 2010 de Bodegas Muga, cuesta unos cientos cincuenta euros.
Por mucho menos dinero, otra maravilla que destacaba – para sorpresa de quienes supieron apreciarlo - entre el conjunto. Su precio, en torno a diez euros. Su nombre, 3 Viñas 2009 de Bodegas Barón de Ley. Un blanco que, por el hecho de serlo, algunos considerarían un vino menor. Y que, sin embargo, se muestra sobrado de grandeza. Enamora por la belleza de su color amarillo que vira ya hacia el dorado. También por su estilizado diseño y por la nítida impresión de sus recuerdos a hinojo, miel, manzana, hierbas y frutos secos marcados por la limpia huella aromática de una de madera nueva que puede ser americana. Arraigada costumbre en Rioja que no hay motivo para desterrar. Esa ausencia de complejos permite igualmente incluir la leyenda reserva junto a la marca y apostar por variedades tradicionales: viura, malvasía y garnacha. Es fresco, vivo, alegre, moderno y hasta joven. Se encuentra en su mejor momento para el consumo aunque le queda mucha vida por delante que aprovechará para ampliar matices y complejidad. Seguirá siendo entonces el canto a una tierra privilegiada y uno de los tragos más placenteros que pueda encontrarse por ese dinero o por bastante más.