Tesoros gastronómicos
jueves 17.mar.2016 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Tienen el aspecto marmóreo y ese rojo profundo que caracteriza a las vacas de edad interesante que han pastado en libertad. Además, las mejores piezas aparecen rodeadas de una gruesa capa de grasa completamente blanca salvo una corteza ligeramente amarilla. Están criadas en las ocho fincas, dedicadas casi en exclusiva a esta ganadería, que la Casa de Alba posee en Salamanca y son producto del cruce de una raza autóctona, morucha, con los primeros ejemplares de charolés llegados a España hace varias décadas.
El proyecto de Cayetano Martínez de Irujo de poner encima de la mesa los tesoros gastronómicos de la familia da así lo que podría parecer un paso más y es en realidad una seria llamada de atención. Son carnes excelsas, de textura sedosa y un sabor intenso pero suave y delicado. Se muestran muy distintas a las de otras razas criadas fuera de España: no cansan, ni resultan empalagosas, ni dejan un regusto a grasa en el paladar.
Para que eso ocurra, hay que probarlas en las mejores condiciones y ponerse en las manos de un experto de la talla de Josean Uriarte. Está considerado el mejor o uno de los mejores parrilleros de España y gobierna los fogones de un restaurante especializado, el asador La Esquina, del Grupo La Máquina. Verlo trabajar es un espectáculo: apuesta por el carbón de encina, una parrilla de varillas cilíndricas y sal gorda para cubrir cada cara de los cortes en cuanto se acerquen al fuego. Con tan solo esos elementos sustenta una teoría que algunos quizá consideren discutible pero que ofrece resultados incontestables.