Todos de acuerdo
domingo 11.sep.2016 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Es posible que alguno no se lleve bien con su vecino. Quizá porque piense que sus vinos son mejores o su bodega más bonita. También por que al regar las macetas salpique a las suyas o haga ruido a la hora de la siesta. Cuestiones tan fundamentales como esas y otras parecidas impiden muchas veces que el mundo del vino llegue a acuerdos (interesantes). Algo parecido a lo que ocurre en determinados momentos y en determinadas cuestiones con los partidos políticos.
Y, sin embargo, las siete bodegas que ocupan el barrio de La Estación de Haro (Roda, La Rioja Alta, Muga, R.López de Heredia…) han sido capaces de entenderse y de construir unidos. Promueven algo tan nuevo y tan revolucionario como enseñar sus instalaciones y permitir, a cuantos quieran, probar sus vinos –magníficos muchos de ellos- por un precio más que razonable. Y además en un ambiente relajado o incluso divertido durante una jornada salpicada con todo tipo de actividades.
Habrá catas profundas, grandes y respetables especialistas y puede que hasta vinos cargados de historia. Pero al final, el público quiere pasárselo bien y probar aquello que al día siguiente puede encontrar en el mercado. Descubrir, con poca o ninguna ayuda, qué es lo que le gusta antes de lanzarse a comprarlo. Y actividades así, que deberían prodigarse por toda la geografía vitivinícola, son un oasis en un desierto.
Ya antes de abrir sus puertas, la segunda edición de La Cata del Barrio de la Estación ha conseguido cerradas ovaciones además de dejarnos a todos con la boca abierta. Algo así no ocurría desde que Curro se permitía cerrar alguna de sus tandas con una media verónica de cartel. Un instante, detenido el tiempo, capaz de poner al público, y a quienes no lo eran, en pie. Lo mismo que ocurrirá aquí pero solo con el público. Al resto del sector es muy difícil ponerlo en pie.