El reencuentro con la garnacha
jueves 6.abr.2017 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Nació en España, se extendió por otros países y durante un tiempo perdió la batalla planteada por la llegada masiva a nuestro país de variedades foráneas. El eterno girar de toda creación artística -enología incluida- lleva camino de devolverle el puesto que merece o al menos establecer un equilibrio más justo.
La recuperación del protagonismo perdido por la garnacha coincide en el tiempo con la revisión de estilos y técnicas de elaboración. Extracción moderada, tinas de mayor tamaño que la habitual barrica bordelesa y, en ocasiones, crianza que combina el acero inoxidable con la madera (preferiblemente francesa) son la receta que parece ajustarse como un guante a las características de esta variedad.
Algo o mucho de todo esto tiene Garnatxa 2015 (14,25 euros) de Cérvoles Celler. Y además, la suerte de proceder de viñedos plantados a 700 metros de altura. Gracias a ello acidez y frescor equilibran la madurez de su fruta. El resultado exhibe recuerdos a fresa, caramelo, violeta y cassis junto a un discreto fondo mineral. En definitiva, un apetecible tinto lleno de virtudes: amable y sedoso; ligero y también intenso. Una invitación a repetir que incluye a quienes lo degustan y a quienes lo elaboran.