Hacer felices a los demás
jueves 8.jun.2017 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Pocas cosas pueden ser tan buena noticia y dar tanta alegría como que nos visite el champán. Y más si es una casa que destaca de principio a fin como Taittinger y que ha tenido en España, y parece que vuelve a tener, una notable presencia de la mano de su importador J. Chivite. Buena noticia, por razones obvias, para todos y especialmente para quienes han tenido el placer de escuchar, probar, comprobar y ahora contar.
Está claro que es uno de los dos reyes del aperitivo (el otro es el jerez). Y también que su versatilidad es comparable. El amplio camino que va desde el frescor del marisco a la potencia del jamón ibérico encuentra un champán para cada momento. La propuesta de la casa, un Brut Reserve que no merece ser considerado su gama básica porque está muy por encima de lo que se suele encontrarse en ese primer peldaño y un Prestige Rosé que tiene de delicado solo el color. Su sabor, intenso y profundo, viene marcado por el chorro generoso de pinot noir vinificado en tinto que se une al vino base elaborado con uvas blancas (chardonnay) y tintas (pinot noir y pinot meunier) vinificadas en blanco. Algo que se consigue separando rápidamente el mosto de los hollejos, la parte de la uva que contiene la materia colorante.
El resto de la exhibición, tres champanes de larga crianza y larga vida por delante: Prelude, Folies de la Marquetterie y Brut Millésimé 2009. Combinaciones casi a partes iguales de las dos variedades más nobles, pinot noir y chardonnay, procedentes de los más cotizados viñedos y elaboradas con mimo. El resultado, mucha elegancia combinada con un desbordante carácter y hasta un sorprendente y atractivo punto salvaje.
Como final de la velada un impresionante Comtes de Champagne 2006. Un blanc de blancs (solo chardonnay) nacido también de grandes viñedos y que únicamente se elabora en las mejores añadas. Lleva un pequeño porcentaje de vino criado o fermentado en barrica que potencia sus cualidades sin hacerle perder frescor, finura o delicadeza. Un champán para las grandes ocasiones que como el resto -o quizá un poco más- cumple con el objetivo de esta bodega, en palabras de Clovis Taittinger su actual responsable, de hacer felices a los demás.