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La parte por el todo

    lunes 5.jun.2017    por Ignacio Pérez Lorenz    0 Comentarios

Probar aquellas primeras botellas de Montebaco (en el pasado siglo por mal que suene) era conocer un poco mejor la Ribera del Duero. Esa bodega y esa denominación de origen, creada unos años antes, daban de forma parecida sus primeros pasos. Nuevo proyecto, joven enólogo y otra forma de entender DSC_2807la enología y la viticultura en el primer caso. En el segundo, similares fórmulas al menos en las bodegas más comprometidas con la modernización de esa zona.

Por las mismas razones escuchar hoy a César Muñoz, director técnico casi desde los comienzos de esa empresa, y catar añadas que recorran dos décadas de sus elaboraciones permite también revivir la trayectoria de la Ribera del Duero. Veintitrés años después de la primera vendimia en esa finca escondida entre Valbuena de Duero y Pesquera, Montebaco 94 nos habla de aquellos vinos sorprendentes, llenos de color y fuerza y de aquellos comienzos difíciles sin demasiados medios. Son recuerdos que Selección Especial 2012reproducen las siguientes añadas hasta cruzar el nuevo milenio.

La siguiente fase, alentada por la crítica del momento, viene marcada por la madurez, la extracción y la concentración. Algo así como una competición entre bodegas de cada zona y de unas zonas contra otras. Durante esos años los vinos de César Muñoz, probablemente por la altitud de sus viñedos, se distinguen por un halo de frescor. Es así  hasta que el péndulo que marca la constante evolución de todo movimiento artístico retorna hacia una enología menos intervencionista; hacia vinos más naturales que buscan reflejar la expresión de variedad, suelo y clima.

2012 es una cosecha recibida con precaución en la Ribera del Duero  y que más tarde, en palabras de los mejores elaboradores “da la cara maravillosamente”. Una buena prueba de esa  positiva evolución es Montebaco Selección Especial 2012. Un vino que seduce desde la primera impresión por su dulce carga de aromas a frambuesa, moras y regaliz matizados por notas a especias, cacao y café amargo. Destaca además por la agradable sensación arenosa que transmiten sus taninos, la huella suave de la madera y el equilibrio entre elegancia y fuerza. El final de un rápido resumen, por 27 euros, de la historia de la bodega y de la historia de la denominación de origen si tomamos una vez más la parte por el todo. ¿Juego semántico o realidad comprobable? Para escuchar -alta y clara- la respuesta, imprescindible copa, sacacorchos y botella. 

Categorías: Actualidad , vinos

Ignacio Pérez Lorenz    5.jun.2017 11:10    

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Ignacio Pérez Lorenz

Bio Gastronomías

Pocas tentaciones tan gratificantes como dedicarse a observar lo que se cuece en los fogones patrios. Esa desbordante creatividad que nos ha llevado hasta el primer puesto de la renovación culinaria y que levanta admiración y pasiones más allá de nuestras fronteras.
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