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Solo blanco, solo Rioja

    jueves 15.jun.2017    por Ignacio Pérez Lorenz    0 Comentarios

Bodega


Si el vino es tinto, de crianza y de Rioja -en la simplificación de tantos y tantos españoles-, ¿qué sentido tiene construir una bodega en esa denominación de origen calificada para elaborar únicamente blancos? Inconformismo fue, sin dudar un instante, la respuesta de sus promotores. Ampliando esa primera consideración, el convencimiento de que hay un camino a seguir más allá de lo de siempre y la necesidad de que sus blancos no vean disputado ni espacio ni atenciones por vinos de otro color. Y así fue como el grupo Palacios Vinoteca, con tintos en Rioja (Proelio) y en Ribera (Trus) se NMSE2014 lanzó a la aventura de  crear Nivarius.


Sus armas: zonas frías, viñedos en altura, orientaciones al norte y en buena parte cepas viejas de variedades autóctonas o tradicionales de Rioja. Entre ellas maturana blanca, un antiguo vidueño que estuvo al borde de la extinción; un recién llegado, el tempranillo blanco, y una cepa veterana, viura o si se prefiere macabeo. Para elaborar, aportación limitadísima de la madera: fudres de 3.500 litros y barricas de 500. Con todo ello, añadiendo investigación y experiencia, se crean inicialmente vinos que expresan la suma de esas variedades y más tarde una colección de monovarietales que transmita fácilmente el carácter, la dimensión y los objetivos del proyecto.

NMB2015Entre los blancos de ensamblaje, Nivarius Edición Limitada 2014. Presencia  mayoritaria de viura procedente de viñedos casi centenarios con algo de maturana  y un toque de tempranillo. Una interesante combinación y un paladar especialmente intenso que marca el camino a seguir. Nivarius Maturana Blanca 2015 muestra tonos glicéricos y transmite una clara sensación de  untuosidad. Si bien es al llegar a la siguiente añada –todavía sin embotellar- cuando esta variedad, de lento madurar y escasa producción, muestra su enorme calidad. Acidez y frescor refuerzan los tonos a flores blancas y frutas de hueso, los recuerdos a miel y el delicioso final equilibrado entre notas dulces y amargas. Un vino para acompañar las comidas, fresco o hasta frío, pero no helado. Y también  para disfrutar en todo momento, más cuando sabes que cuesta unos 7,5 euros. Su calidad lo convierte en un anuncio de futuro y su precio en uno de los muchos regalos que ofrece este país.

Categorías: Actualidad , vinos

Ignacio Pérez Lorenz   15.jun.2017 17:06    

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Ignacio Pérez Lorenz

Bio Gastronomías

Pocas tentaciones tan gratificantes como dedicarse a observar lo que se cuece en los fogones patrios. Esa desbordante creatividad que nos ha llevado hasta el primer puesto de la renovación culinaria y que levanta admiración y pasiones más allá de nuestras fronteras.
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