Equilibrio y grandeza

 

Tiene esa sutil elegancia que nace de la combinación de los mejores albariños con  el paso del tiempo. Una práctica que levanta pasiones entre aficionados y expertos y que todavía encuentra reticencias en muchos consumidores empeñados en que los blancos deben ser del año.

Pazo de Señorans Colección 2013 (19 euros) ha tenido una larga crianza en botella, tras unos meses sobre lías, que amplía sus sensaciones en boca, matiza sus aromas y mantiene su maravillosa acidez. Un blanco que añade madurez a la juventud de sus notas florales, retoca sus tonos cítricos y envuelve ese conjunto en recuerdos a miel. Todo ello le permite presentarse como pocas veces lo hace un vino: sin la menor arista y con un final más que largo sobre el que retorna constantemente todo tipo de fruta.

Sería el hermano que acapara todos los elogios si no le acompañara en su llegada al mercado una de las mejores añadas de esta bodega. Pazo de Señorans 2016 (13 euros) muestra también finura y elegancia pero marcada por la pujanza de su relativa juventud. Su crianza sobre lías en depósito de acero inoxidable y unos meses de reposo en botella han sido suficientes para redondear su poderosa sensación de volumen en boca.

Sorprende por su frescura y por su intensidad aromática. Destacan unos claros recuerdos a hinojo acompañados del perfume de las flores blancas y las notas de manzana, lima y limón. Complejidad que refuerzan impresiones dulces en su entrada y amargas en su final. Una lograda demostración de equilibrio y grandeza que lo convierte una vez más -pero esta especialmente- en uno de los mejores blancos del país.