Apuestas seguras
sábado 25.nov.2017 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Tienen en común la suavidad y la elegancia no siempre conseguidas con la tinta de toro. Y también, el marcado carácter y la generosa expresión frutal de esta variedad cuando está bien elaborada. Algo que resultaría imposible lograr con vendimias demasiado maduras, concentraciones excesivas y descubados tardíos.
La hora de Toro, y de su vidueño más representativo, parece haber llegado definitivamente. Aunque tal vez solo haya vuelto a primer plano para bodegueros que llevan 75 años, y tres generaciones, apostando por esa tierra como la familia Fariña.
Para conmemorar tan señalada fecha nos obsequian con un vino exquisito y refinado -Fariña 75 Aniversario 2014- cargado de recuerdos a frutos rojos (frambuesa, arándano y mora) entre los que se aprecian algunos apuntes florales. Lo envuelve un ligero frescor claramente matizado por notas a tostados, cacao y especias. Es el reflejo de un paisaje dibujado por viñedos prefiloxéricos y suelos arenosos expresado a base de color, aromas intensos, sabores nítidos, amables taninos, comedida potencia y sobrada elegancia. Un tinto profundo y al tiempo sutil que se queda tan solo a un paso de los más grandes de esa denominación de origen a un precio mucho más pequeño (18 euros).
Una buena parte de sus virtudes (refrescante, ligero, floral, frutal, fácil de entender y de beber) aparecen también, con otro estilo, en el vino joven de la casa. El Primero de Toro, un clásico entre los tintos de maceración carbónica, se presenta en esta añada de 2017 con ese equilibrio entre fuerza y ligereza que le invita a ser protagonista de la ya consolidada revolución que ha vivido la zona y de una modernidad, en su caso, perfectamente entendida. Su precio, 6 euros, lo convierte también en apuesta segura.