Otro cuento de Navidad
sábado 13.ene.2018 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Flotando en el ambiente el recuerdo de los encuentros escalonados a lo largo de los últimos años. Aquellas catas en Vinoble o esa especie de última cena en una bodega de Sanlúcar de Barrameda horas después de la despedida oficial de quien fuera su máximo responsable… Y también, la visita a esas suaves colinas de Sauternes donde reina de manera incuestionable, cuando la niebla lo permite, Château d’Yquem.
Todo eso y algunas cosas más, como las aventuras de los propietarios de Atrio en pos de salvar una botella herida, una de las más bellas historias del mundo del vino en este y en aquel país, se dieron cita en torno a ese mito con la idea de demostrar su versatilidad gastronómica. El reto de dejar claro que hay un más allá de esa sobradamente conocida danza que foie gras e Yquem interpretan a la perfección lo asumió Iñigo Pérez en Urrechu Velázquez. Para la ocasión, un menú largo y ancho, que permitía despejar cualquier duda.
Pierre Lurton, de Château d’Yquem y François Passaga, de FAP Grand Cru, empresa importadora de grandes vinos del mundo y propietaria de viñedos en las más prestigiosas zonas, abrieron camino con “Y” de Yquem. El carácter y la originalidad de esas uvas recogidas con antelación para preservar su acidez permiten acompañar platos refrescantes como una ensalada de bogavante.
A partir de allí, una sucesión de sensaciones al pasar por las añadas 2014, 2007, 2005 y 1990. La evolución de un blanco licoroso que va creando reflejos dorados y tonos a membrillo en el 2007, una envidiable complejidad en el 2005 o recuerdos a naranja escarchada en el 1990. En todos los casos, un vino mágico y sobrado de futuro que inevitablemente se situó por delante de pescados y aves a las que acompañó con corrección y soltura. Y que se fue arriba cuando lo sometieron a la siempre difícil prueba de entenderse con quesos de varios estilos. En ese momento se mostró capaz de multiplicar la admiración suscitada y reclamar, con firmeza, su puesto en toda mesa que se considere de lujo. Un mágico sueño que parecía vestido de regalo de Reyes o de otro cuento - muy distinto al original- de Navidad