Una fórmula más respetuosa
martes 13.mar.2018 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Es joven, aromático, cítrico, frutal, muy agradable, fresco y hasta estilizado. Un vino teóricamente joven que parece huir de la imagen de esos blancos opulentos capaces de sorprender por su poderío. Virtudes a las que hay que añadir notas delicadamente amargas, cierta complejidad, una contenida sensación de volumen en boca y también su precio: 7,5 euros.
Viñas del Vero Chardonnay 2017 se beneficia de la ya larga trayectoria de esta bodega y de la todavía más larga historia de esa variedad en el Somontano. Han transcurrido 125 años desde la llegada de esa cepa borgoñona a los alrededores de Barbastro (Huesca) y posiblemente a este país. Acontecimiento que merecía no pasar desapercibido y que la bodega ha celebrado con una cata de varias añadas de este blanco. La oportunidad, puede que irrepetible, de comprobar su calidad y su evolución.
Muchos de aquellos vinos nacidos para ser consumidos en su primer o segundo año se muestran ahora sorprendentemente vivos y dispuestos a permitir su disfrute durante algún tiempo más. Especialmente la añada 2001, cálida y lluviosa, que ofrece suficiente frescor, descarada elegancia y los sorprendentes aromas (flores secas, trufa blanca) de los blancos elaborados con los viduños más nobles.
Los preparativos de esta cata y la elección de las mejores cosechas -las que crecen con el paso del tiempo- han permitido al equipo técnico que dirige José Ferrer rediseñar este vino. Aquellas añadas a las que se añadió un pequeño porcentaje de chardonnay fermentado en barrica no son hoy las más destacadas. Por ello, el presente y el futuro de este Viñas del Vero se escribe ya sin maderas y con una breve crianza sobre lías en depósito. Fórmula más respetuosa con el aroma y el carácter de la variedad pero que plantea como resultado un problema: invita a repetir.