Cuestión de justicia
domingo 8.abr.2018 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Lo tiene todo. Empezando por el título nunca concedido de ser probablemente la uva francesa mejor adaptada a nuestro territorio. Al menos cuando la chardonnay se ha plantado en el norte de España, más concretamente en Navarra, y ha sido mimada por el equipo técnico de Chivite. Especialmente la cosecha 2015: la última vendimiada por Denis Dubourdie, el enólogo bordelés que ha llevado a este vino, Chivite Colección 125 Blanco, a la cima que ocupa.
Cuenta también con otra distinción nunca concedida y es la de ser el vino que más se semeja a lo logrado con esa variedad en su lugar de origen, es decir Borgoña. Especialmente -de nuevo- este 2015 que a base de elegancia llega a parecer hasta ligero y delicado. Algo que sorprende y mucho en un chardonnay fermentado en barrica francesa que ha soportado con alegría once meses de crianza.
Una demostración de carácter de la que han salido con vida los aromas a flores blancas, las notas cítricas y el vibrante frescor que acompaña a las toques ahumados y a un final mínimamente amargo. Un blanco cargado de sensaciones intensas que exhibe complejidad, longitud, volumen y redondez sobre el fondo sugerente de un constante recuerdo a sus lías.
En definitiva, un vino envidiable a pesar de su precio (55 euros) que se ha convertido en la mejor despedida posible para el hombre que lo hizo grande y a quien se le rinde homenaje con esta añada. Si bien los más cabales de entre sus muchos admiradores lo seguirán teniendo presente cada vez que disfruten -en cualquier momento, en cualquier lugar- de una de estas botellas. Cuestión de justicia.