Culto a la personalidad
viernes 25.may.2018 por Ignacio Pérez Lorenz 0 Comentarios
Elegante, delicado, profundo, dominado por el frescor y con una descarada intensidad en sus recuerdos a hierbas aromáticas y a piel de uva. Es parte del saludo con que te recibe Santiago Ruiz 2017, un vino que hoy sigue marcando la diferencia y que fue décadas atrás protagonista del renacer del Rías Baixas.
Su patria, O Rosal: subzona de esa denominación de origen donde la albariño aparece acompañada, para ampliar su expresión, con pequeños porcentajes de loureiro, treixadura, godello y caiño blanco. El resultado obliga a disfrutar con respeto de una complejidad y equilibrio muy alejados de la exagerada facilidad de otros muchos blancos de cualquier parte de este país.
Hace ya tres años que la casa nos deleita además con otra versión de lo que puede ofrecer la zona. Lleva como marca el nombre de la hija menor del fundador, Rosa Ruiz, y se elabora sólo con las viejas cepas de albariño que rodean a la primitiva bodega. Al 2017 le acompañan la finura y categoría de la añada además de la diversidad de sus intensas notas cítricas. Un monovarietal que desvela a la primera impresión, por su paso de boca largo, serio y solvente, que procede de un retorcido viñedo - plantado hace 70 años- de escasa producción. La suma de todas las condiciones necesarias para dotar de grandeza a uva tan singular.
Son los dos únicos vinos, tan distintos y con tantas cosas en común, que nacen en ese precioso rincón adquirido tiempo atrás por Bodegas LAN. Una de las veteranas firmas riojanas que no deja de reinventarse o de renovarse si se prefiere el término. En tan solo ocho ediciones han convertido a su D-12, nacido casi como capricho bodeguero, en uno de los crianzas más
curiosos de Rioja.
Su historia parte de la costumbre de dirigir a un determinado depósito (en este caso el 12) los tintos recién fermentados más aromáticos y de mayor calidad. Hoy se ha convertido en una selección de tintos suavemente domados por barricas americanas y francesas para preservar todos sus matices. De esa forma LAN D-12 2014 transmite con alegría la potente sucesión de recuerdos a frutas rojas (fresas, arándanos), regaliz y flores (violeta) matizados por notas ahumadas, especias y coco.
También tinto, crianza y del 2104 pero completamente distinto, LAN Xtrème Ecológico. La necesidad de replantar una parte de Viña Lanciano, finca situada sobre un meandro del Ebro, ha dado origen a este proyecto. La primera cosecha, cinco hectáreas de tempranillo cultivadas en ecológico, ha permitido poner en el mercado tan solo 10.000 botellas de esta novedad cargada de futuro.
El privilegiado enclave, sumado a una cuidada elaboración, que incluye el estreno de barricas francesas, le permite exhibir profunda capa y desvelar su inclinación hacia la fruta negra, la fuerza y el carácter. Un vino sobradamente expresivo que anuncia larga vida y mejor evolución. Claro ejemplo, el más destacado de todos ellos, de ese culto a la personalidad con que este grupo distingue, con creciente firmeza, a cada una de sus etiquetas.