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Vuelve El Bulli

FERRAN ADRIÀ

 

Fue en una de sus comparecencias de Madrid Fusión. Ferrán Adrià anunciaba el cierre de El Bulli pero no lo cerraba. Todavía permanecería abierto dos temporadas más sin la presión de cambiar la carta todos los años y sin la presión de estar pendiente del título de mejor restaurante del mundo. Un galardón que había ganado cinco veces, cuatro de ellas de manera consecutiva, y que ya no volvería a obtener. Por si fuera poco Ferran se libraba además de unos horarios imposibles asumidos religiosamente por él y no se sabe por cuánto tiempo más por su equipo y las parejas de su equipo. Todos además tendrían tiempo para dedicarlo a otros proyectos.

Ni Ferran, ni su hermano Albert, ni quienes fueron jefes de partida del restaurante (Mateu Casañas, Oriol Castro y Eduard Xatruch) han perdido el tiempo desde entonces. Conferencias y viajes por todo el mundo para Ferran y realidades y proyectos para él y para el resto. Hoy unos cuantos de los más prestigiosos locales de Barcelona, llevan las firmas de algunos de ellos. Y también, las más esperadas ponencias de cualquier congreso gastronómico.

Algo que no incluye al hombre que revolucionó la cocina. Ferran ha permanecido  al margen de esa pasarela  multicolor de luces y estrellas que son siempre los encuentros culinarios. Un silencio que MADRID FUSIÓNromperá en la próxima edición de Madrid Fusión para dar a conocer su futuro y el de su casa. Ese día un lleno con el cartel de no hay billetes está garantizado. El conocimiento enciclopédico de la cocina y de los productos, un centro de investigación y difusión de la ciencia, la técnica y la tecnología aplicadas a la cocina, un museo y un restaurante sin público o solo con esporádicos comensales son algunas de las alternativos posibles. La respuesta, en unas semanas.

Categorías: Actualidad , Ciencia , cocina , Gastronomía

Ignacio Pérez Lorenz   14.nov.2018 22:56    

Ciencia, investigación, arte y magia…

BODEGAS_TORRES-Microvinificaciones(2)
El camino a seguir, la investigación. Por ella apuesta, con decisión, Bodegas Torres que acaba de inaugurar en Pacs del Penedès (Barcelona) una bodega de micro vinificaciones (desde cinco hasta mil litros)  para realizar pruebas y ensayos destinados a varios de sus proyectos. Entre otros, la lucha contra el cambio climático o la recuperación de variedades ancestrales. Cepas sin identificar, en este último caso, que han aparecido, si pudiera decirse así, entre sus viñedos y que han demostrado en los primeros ensayos que pueden producir tintos o blancos de especial calidad. EDSC_4401l sabor del vino del futuro seguirá atrapado por ahora en los sueños y entre esas cuatro paredes.  

La lucha contra el cambio climático y la preservación de más de dos centenares de tipos de la variedad Tinta del País en la Ribera del Duero es la aportación de Bodegas La Horra al ímpetu investigador que parece extenderse por todas partes. Una experiencia similar a la ya realizada tiempo atrás con tempranillo por su bodega hermana, Roda, en Rioja. Son los
últimos pasos de una ciencia – la elaboración del vino – varias veces milenaria. Sus dos últimos siglos DSC_4480protagonizan una exposición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el Real Jardín Botánico de Madrid.   


 Al placer de recorrer el pabellón Villanueva de la mano de uno de los comisarios, Alfonso Carrascosa, se sumaba el de disfrutar a continuación de una cata de los vinos del Grupo Estévez. Dos personajes sobradamente conocidos para los apasionados del jerez completaron la terna: Álvaro Girón, historiador e investigador, abriendo plaza y el enólogo de la casa, Eduardo Ojeda, comentando doce elaboraciones: un resumen DSC_4483 del arte de crear vinos y de la magia del jerez.  


Por las copas fueron desfilando mostos recién fermentados, finos y manzanillas de varias criaderas y finalmente el producto acabado con su marca comercial. Es decir una más juvenil y alegre manzanilla, La Guita, y un más serio, intenso, punzante y casi contundente fino Inocente. Y como novedad inesperada, las primeras botellas de La Guita en Rama. Una manzanilla sin filtrar especialmente expresiva y aromática, que se suma a cuantos han seguido un camino que cada día gana más adeptos. Como despedida, y en un intento de demostrar la positiva evolución de estos vinos, botellas de manzanilla y fino embotellados tiempo DSC_4447atrás. Y tras la cata, un sobrero de suficiente arboladura, el amontillado Tío Diego, que recuerda por su solvencia – salvando tiempo y crianza -   al fino Inocente de cuyas soleras probablemente proceda. Su contenido precio apenas supera los diez euros. Solo por eso ya habría que quererlos.

 

 

 

 

Categorías: Actualidad , Ciencia , vinos

Ignacio Pérez Lorenz   27.oct.2015 08:58    

Ignacio Pérez Lorenz

Bio Gastronomías

Pocas tentaciones tan gratificantes como dedicarse a observar lo que se cuece en los fogones patrios. Esa desbordante creatividad que nos ha llevado hasta el primer puesto de la renovación culinaria y que levanta admiración y pasiones más allá de nuestras fronteras.
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