RoboCop, Made in America
viernes 14.feb.2014 por Juan Carrillo 0 Comentarios
Vi por primera vez Robocop en un cine que ya no existe.
Te hablo de la película de 1987, la de Paul Verhoeven. El estreno de una nueva versión (dirigida por el director brasileño José Padilha) me sirve de excusa para recordar el magnífico trabajo de dos maestros de los efectos visuales pre-digitales en la película original: Rob Bottin y Phil Tippett.
El diseño del traje de Robocop fue creado por Bottin, un genio excéntrico responsable también de las deformidades de los mutantes en Desafío Total (1990) o las criaturas monstruosas de The Thing (1982).
Bottin se inspiró en varios personajes del mundo del cómic para dar forma a su Robocop y durante meses propuso diferentes ideas que fueron rechazadas.
Como pasa demasiado a menudo, al final se retomó uno de los primeros conceptos y el traje definitivo fue entregado el mismo día del rodaje. El actor Peter Weller necesitó unas 10 horas para meterse en él, sólo para descubrir que apenas podía moverse.
Grande, pesado, industrial... americano. Una de las ideas principales de la película se veía así representada perfectamente en el diseño del protagonista.
Robocop no era un policía con un traje futurista. Era un policía al que, básicamente, unos científicos le pegaban la cabeza a un cuerpo de robot. E incluso su cerebro era en parte cibernético, lo que justificaba las dudas sobre su naturaleza humana.
Ésto lo alejaba de referencias como Iron Man y lo acercaba al de justicieros más hieráticos y desalmados como el Juez Dredd, que también tuvo mucho que ver en su diseño final.
Mientras Bottin creaba diferentes versiones del traje, dependiendo de la escena a rodar, Phil Tippett se encargaba de animar al robot malvado de la película: el ED-209.
Hace unas semanas, en la última edición de los premios Annie en Hollywood, Tippett fue homenajeado junto a Otomo y Spielberg por su contribución al mundo de la animación. Ya en sus primeros trabajos ganó fama con el stop-motion, la técnica del fotograma a fotograma, con la que consiguió su primer Oscar en 1984 gracias a El Retorno del Jedi, antes de pasarse a la animación digital.
Los tiempos han cambiado y el nuevo diseño de este Robocop del Siglo XXI tiene muy en cuenta las actuales tendencias de moda entre los superhéroes de acción, aunque José Padilha asegura que el nuevo aspecto del protagonista tiene una justificación dramática.
Ahora, 27 años después de la primera película, Robocop se inspira más que nunca en Iron Man pero también toma elementos de otros héroes modernos del cine, por lo que Internet no ha sido amable con su nuevo traje. No han corrido muchos riesgos, la verdad.
Yo sólo digo que en la pre-producción de Robocop 2 (1990) el director Irvin Kershner y Rob Bottin trabajaron duro para cambiar radicalmente la imagen del protagonista, y acabaron desistiendo. Bottin dijo entonces: "No puedes cambiar el traje. Sería como cambiarle el traje a Superman."