El F.I.B. (Festival Internacional de Benicassim) y los hermanos Morán.
El otro día leí en el periódico que los hermanos Morán han vendido por completo sus acciones del FIB al empresario irlandés Vince Power:
http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/noticia.asp?pkid=507721
Es una noticia que no sé a vosotros, pero a mí me produce cierta tristeza.
Supongo que como dice la canción, son los ciclos de la vida (ahí va un video casero de un seguidor que he encontrado hoy en youtube):
http://www.youtube.com/watch?v=zYDOWv1-43A
Yo, que he asistido a todas las ediciones de FIB excepto a una y que además he participado como artista, puedo dar fe de todos estos años del festival más festival de cuantos se celebran en nuestro país.
Este verano asistí a la que va a ser la última edición tutelada por los hermanos Morán.
Parece que no hay vuelta atrás, pero sí, es el final de una época. En el verano de la mayor crisis mundial que uno (y todos) pueda recordar, el festival batió todos los récords, sobre todo de público ¡Y qué público!
Joder, nunca me habían duchado con cerveza tantas veces, ni había tenido que sortear tantas meadas en mi vida. ¿Qué coño les pasa a estos ingleses? ¿Por qué no hacen sus necesidades en el baño y no en medio de un concierto de Oasis (R.I.P)?
Sí, que está claro que es bueno que se internacionalice el evento y bla bla bla, pero no lo es tanto que pierda su identidad como festival. Una entidad ganada a lo largo de todas esas ediciones que han dirigido sabiamente los hermanos Morán. Y es ahora cuando ya no están, al ver la noticia de que venden, de que se van, que me surgen cierta pesadumbre y nostalgia. No voy a ocultar que me siento muy agradecido a todas las oportunidades que nos dieron como banda, sobre todo porque sé de dónde venían ellos y hasta dónde han llegado. La primera vez que fui a la sala Maravillas me pedí una cerveza que me sirvió Miguel Morán, el cual, muy amablemente me invitó. Vamos, que esta gente arriesgó (no sólo por invitarnos a unas cervezas), hizo lo que le gustaba, como le gustaba y triunfó plenamente. Fueron pioneros y un ejemplo para otros muchos, o al menos así lo veo yo desde la perspectiva que da el tiempo, a día de hoy.
Otra anécdota: En la edición de 2003 un manager ,que ya no tenemos, cometió un error que podría calificar de “berlanguiano”. Nos pidió uno por uno la acreditación para pasar a un amigo a la zona de backstage y todos le dijimos que no. Todos excepto Mark, que es una buena persona y era novato entonces, por lo que no supo o no se atrevió a decir que no. Al amigo de nuestro ex-manager lo pararon los de seguridad y le quitaron la acreditación y claro, Mark se quedó dentro sin ella. No podía salir y no podía mostrarse mucho en público, así que ahí estaba, escondidito en un rincón del jardín del backstage. Estábamos quedando fatal, así que tanto él como yo nos fuimos a hablar con Jose Morán. Imaginaos que en medio de la vorágine de un festival el pase de uno de los grupos pequeñitos, sí, uno de los pases de LHR, es interceptado por seguridad y eso llega a los oídos de la dirección del festival (preocupada en esos momentos por si Beck esto o Blur lo otro). Joder, fue horrible la sensación. Ahora me río, pero entonces me quería morir. Habíamos tocado de puta madre en el escenario Verde ( la tercera vez que lo hacíamos y siempre con una actitud superprofesional) y ahora estábamos haciendo el ridículo y con la boina puesta. Pues nada; nos dirijimos a Jose Morán, que nos atendió amablemente, le hizo un nuevo pase a Mark y nos dijo textualmente “Tranquilos, no pasa nada; ahora a disfrutar del festival”, Y eso hicimos. No vio nuestro concierto porque estaba currando, pero se sorprendió al ver la gente que se interesaba por nosotros, al otro lado de las vallas mientras hacíamos la prueba de sonido y nos felicitó porque sabía que nuestro concierto había sido un éxito (al menos para nosotros, así fue). Ahí fue cuando a Marcos Collantes le empezó a rondar la idea de ficharnos, cosa que hizo unos meses después (eso ya os lo cuento otro día).
Los Morán (también Joako Ezpeleta y Luis Calvo al principio) apostaron por los grupos independientes de aquí cuando nadie, en grandes eventos, lo hacía, y muy al contrario de lo que muchos puedan pensar, yo creo que la gente eso lo valoraba.
Lo que me he encontrado este verano es un festival muy extraño. Uno se siente en el extranjero y me parece a mí que para una banda de fuera debe ser extraño tocar en España y que la mayoría de público no sea de aquí. Además por regla general los guiris pasan de los artistas nacionales (y no me vale de nada eso de que son una mierda, porque el concierto de Morente, paradigma de calidad, estaba medio vacio). ¿Globalización? Puede, pero que nadie me niegue que ya no es lo mismo. Molará más o menos, pero igual no es. Y no tiene nada que ver con la edad que tengas o la música que te guste. Es simplemente que ha cambiado la esencia y cómo no, ese cambio también ha llegado ya, de manera total, a la propiedad del festival.
Ojalá sigan contando con bandas de aquí y se sigan celebrando muchas más ediciones. Para los valencianos es “nuestro festival” y creo, lo seguirá siendo. También pienso que el público nacional seguirá respondiendo, pero eso sí, de forma elegante. Qué queréis que os diga, a mí me gustaba cómo la gente se ponía (o se sigue poniendo) sus mejores galas para acudir a la zona de conciertos. Me gustaba más eso que pandillas de hooligans en bañador descontrolando a más no poder. Pero, claro, como se suele decir, para gustos colores (de bañador en este caso).
Lo más importante, por encima de todo, es la música, y en eso esperemos que sigan haciendo carteles apetecibles, en los que como antaño, sigan brillando las clases medias por encima de los grandes nombres, necesarios también. Gracias a esos grandes nombres podremos ver de cerca a otros más pequeños y no menos interesantes.
Incluso pudimos ver a grupos como éste ;)
http://www.youtube.com/watch?v=RlzXX_0xlEk
¿Qué opináis vosotros?
Jorge