La “libertad” digital.
Ya llevamos unos añitos con esto de Internet y se empiezan a poder sacar ciertas conclusiones sobre el impacto que ha tenido en la música.
Ésta es la mía, basada básicamente en mi propia observación, nada importante... No tengo estudios ni carrera jeje...
Como grupo en activo que somos hemos tenido que adaptarnos y no hay día en que no se actualice nuestra web (cada vez menos vista), nuestro Facebook (cada vez más visto), nuestro creciente y reciente Twitter, y demás inventos cibernéticos.
Reconociendo muchas de sus ventajas: Inmediatez, comodidad y ahorro de papel en la comunicación con nuestro público, facilidad para escuchar o vernos o fácil interacción con el público, están apareciendo, al menos a mi entender, puntos preocupantes en esta relación.
Más a veces es menos.
Hay una escena en una película de abogados (una en que unos abogados denuncian a una gran compañía automovilística y estos utilizan todo su poder para impedir que la demanda llegue a buen puerto) en la que salía Susan Sarandon si mal no recuerdo. Pues bien, hay un momento en que el juez ordena a los malvados dueños de la compañía que le proporcionen todos los documentos que la acusación les solicita. Estos, al verse acorralados deciden darle a la defensa los documentos que solicitan, pero, bajo la excusa de no tenerlos bien ordenados, mezclados con otros millones de documentos.
Puede que sea un ejemplo cogido por los pelos, pero es obvio que demasiada información puede ser en la práctica “no” información”.
En Internet pasa exactamente lo mismo. Eres libre de abrirte una web, un blog o un myspace pero otra cosa es que alguien lo mire...
En ese sentido y a pesar de que se citen hasta la saciedad ejemplos de cómo triunfar en myspace me parecen bastante discutibles. Artic Monkeys suelen citarse mucho en estos casos y es obvio que hubieran triunfado de cualquier manera, con o sin Myspace son buenos, jóvenes y guapos y así casi todo el resto de los ejemplares triunfadores virtuales. La red impulsa con mucha menos frecuencia que sepulta.
El poder del titular, menos es más.
Twitter es el claro ejemplo, hasta tiene un límite establecido de letras. Esto resume una realidad de la Internet que está apoyada en diversas estadísticas: la gente lee decenas de titulares al día y apenas profundiza en nada. Se lee y escribe más que nunca, pero también peor.
Cualquier información interesante y reposada tiene que competir con otras miles mucho más actuales, espectaculares y atractivas.
Esto se aplica perfectamente a la relación de las nuevas generaciones con la música. Hoy en día la gente es más fan de canciones que de grupos. Yo que pincho de vez en cuando lo tengo comprobadísimo: se conocen canciones, no grupos.
Hoy en día para que un grupo triunfe no hay nada mejor que proporcionar al mundo un titular atractivo: “Que le den por culo a tus amigos” va a tener a igual promoción muchas más visitas que una tranquila canción sin título impactante.
Es necesario, más necesario que nunca, dar un titular para que alguien elija "clickarte" dentro de la maraña de información existente.
Un ejemplo: el enlace Facebook más comentado, votado y compartido que hemos tenido nunca en LHR fue un enlace muy políticamente incorrecto que subió Jorge hace un tiempo. No fue una canción nueva, una letra nueva, un video o una entrevista. Fue una tontería que era mucho menos importante pero mucho más impactante.
Crecimiento exponencial.
Que a nadie le quepa la menor duda. Internet hace más famoso al famoso y más desconocido al desconocido.
La capacidad de generar visitas manda en el mundo virtual. Así pues si un redactor sube una noticia sobre, por ejemplo “el perro de Bono muerde a este mismo” va a obtener una palmadita en la espalda de su jefe, encantado con el número de visitas que esta noticia va a generar (y que se puede comprobar inmediatamente en los datos que proporciona el servidor), más que si sube un interesante artículo sobre The Feelies.
Lo famoso o impactante se "linkea" y la bola de nieve se hace más grande.
El público manda cada vez más y cada vez más rápido.
En las webs de muchos periódicos gratuitos y programas de tele de estos de mensajitos es conocido que tienen un becario polemizando para obtener más visitas. Nosotros mismos lo hemos sufrido en nuestras carnes.
Además los promotores o “promocioneros” se fijan en los números de amigos en Facebook o visitas a la web para programar o seleccionar grupos para sus campañas. El famoso se hace más famoso y entrar en esa rueda es cada vez más difícil.
Jijí, jajá.
No nos engañemos, todos nos hemos partido el culo viendo a Ramoncín destrozar a Nirvana y demás chorradas.
Los videos más visitados en youtube son tonterías y si uno se descuida y hace caso al aluvión de links existente puede acabar el día habiendo leído dos noticias falsas (muy graciosas eso sí) de Noticias del Mundo, haciendo una estadística estúpida con publicidad encubierta o visionando un burro excitado persiguiendo a un buen hombre en el youtube.
Es más fácil tener visitas en un video si te caes que si haces la más emocionante y maravillosa interpretación de una canción. Que se lo digan a Alaska.
Desaparecer o no existir.
Maravilloso lo del Spotify, lo de Itunes etc.. Sí. Pero… Y quién no está ahí? Básicamente no existe.
No todo el mundo es aceptado en Spotify o Itunes. Los grupo pequeños, que no generan visitas o simplemente no aceptan sus condiciones, acabarán por ser invisibles a niveles prácticos al no estar en las redes que marcan el presente de la música.
¿Y los grupos que ya no existen y no interesan a casi nadie? En 10 años serán imposibles de encontrar, a nivel práctico ya lo son.
Como siempre el pueblo decide, pero entre lo que tiene a mano y lo que se la da.
Pau