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Hay días mas complicados que otros...

Pareciera que los problemas siempre vienen de la mano. No me voy a quejar pues hemos obtenido muy buenos resultados y confío en que tendremos tiempo para completar los principales objetivos de la campaña pero llama la atención que haya días que todo anda sobre ruedas y en cambio otros días pareciera que vamos hacia atrás, como los cangrejos... Supongo que es parte de la vida, sea en un barco o fuera, hay días que al terminar piensas que hubiera sido mejor quedarse en casa.

Empecemos con el cambio en el tiempo. No nos vamos a quejar de que tenemos mal tiempo pero llevamos 3 días que ya no es lo mismo. Estamos todavía en el Atlántico occidental y la zona de convergencia intertropical está un poco más al norte de lo habitual, lo que hace que nos lleguen vientos alísios de 20 nudos que producen un oleaje corto (generado localmente), bastante incómodo tanto por el cabeceo que le da al barco como porque nos obliga a ir mas despacio de lo que quisiéramos. A pesar de ello la actividad en el barco no se detiene y todos seguimos trabajando duro, los instrumentos siguen entrando al agua cada 30 millas náuticas y los datos se van procesando en tiempo cuasi real.

(Un inciso: como jefe de campaña mi camara está cuatro pisos por encima de la cubierta principal. A mi, afortunadamente, no me molesta el movimiento del barco pero indudablemente que aquí, desde donde ahora les escribo, se mueve más que los laboratorios que se encuentran 4 y 5 pisos más abajo. En mi cámara además de un camarote tengo un despacho y una sala de reuniones que usamos con frecuencia. Tener la reunión en esta sala ha resultado ser una buena estrategia: los científicos, que están menos acostumbrados que yo al movimiento del cuarto piso, no suelen disfrutar de la reuniones largas. Es una buena oportunidad para hacer propuestas que son rápidamente aceptadas, todo en aras de la eficiencia... o quizás simplemente para abreviar la reunión...)

Pues, tal como os decía, si todo fuese este empeoramiento del tiempo no pasaría nada, aquí seguimos trabajando como si nada. Lo que ocurre es que esto han sido las nubes, después ha llegado la tormenta. Anteanoche tuvimos un buen susto. Sobre las 4 de la mañana el chigre se quedó sin electricidad de modo que la roseta quedó en caida libre durante 3 minutos. (La roseta del barco se muestra en las fotos que acompañan este post: se trata de una estructura en la que se encuentran 24 botellas de 12 litros cada una y numerosos sensores para medida de propiedades de la columna de agua; las fotos que os muestro aquí son de hace varios días, todavía con buena mar). Afortunadamente Jose Antonio Pozo, que estaba de turno, reaccionó rápidamente y pudo accionar el freno manual. En esos 3 minutos la roseta cayó casi 400 m y quedó a unos 2900 m de profundidad. Al poco rato pudimos reestablecer la corriente y se decidió subir el equipo a bordo lo antes posible para asegurarnos que no volvería a ocurrir el problema. A primera vista la consecuencia fue que se identificó un posible problema de seguridad, que de momento esta resuelto, y que la estación oceanográfica quedó a medio hacer. Nada demasiado grave.

Sin embargo en la siguiente estación, ayer en la mañana, empezamos a tener problemas de comunicación con los equipos en profundidad. Al llegar arriba se hicieron pruebas y se decidió que era necesario cambiar la conexión entre el cable y la roseta, posiblemente afectada por la sacudida del día anterior. Esto toma varias horas, pero afortunadamente Jose Antonio Pozo y Javier Vallo hicieron la mayor parte de los arreglos necesarios entre dos estaciones y no perdimos mucho tiempo adicional.

Y hoy, parar rematar, Verónica Benítez se dió cuenta que uno de los sensores de salinidad del equipo empezaba a derivar. Afortunadamente estos sensores vienen duplicados y uno de ellos seguía funcionando bien. Se decidió inmediatamente reemplazar este sensor, y de nuevo José y Javier, junto con Eugenio Fraile, hicieron la operación. La lectura positiva es que cualquier problema se detecta y soluciona rápidamente, la parte negativa son las pérdidas de tiempo.

Parece que ahora todo va bien (toco madera). Seguramente se trata del cambio de vientos que necesitamos para escapar de estos pequeños problemas, no graves pero si incómodos en tanto que ocasionan tensión y se acumulan los retrasos. A partir de mañana seguro que si, viento en popa!!!

Fotos de Marc Gasser Rubinat. En la primera vemos a la marinera Jenny en la maniobra de echar la roseta al agua. En la segunda Celia Marrasé y Elisa Fernández (de espaldas) están tomando muestras de agua para su posterior análisis. En la tercera vemos a Javier Vallo dejando la roseta preparada de camino a otra estación.

3 Comentarios

hagan el favor de subir las pensiones politicos de las personas con discapacidad

ya que yo y otros creemos en ustedes apoyennos

Bueno, eso pasa a menudo, x horas de uso de equipos x posiblidades de que haya averias, hay que darle descanso a los equipos, buque y por supuesto dotación, falta les hace...

Eso es asi..

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La Expedición Malaspina 2010 ya ha comenzado su singladura gracias al impulso del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC. Es la mayor expedición marina de la historia que pretende evaluar el impacto del cambio global en el Océano y estudiar su biodiversidad.
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