15 posts de mayo 2010

Epílogo de MOC2-Ecuatorial: de vuelta a casa

(Fotos de Marc Gasser Rubinat)

Anteayer llegamos por avión a España provenientes de Cabo Verde. Algunos al Instituto de Investigaciones Mariñas del CSIC en Vigo, otros a la Universidad de Las Palmas en Gran Canaria, y al Instituto Espñaol de Oceanografía en Tenerife, y la mayoría al Institut de Ciències del Mar del CSIC en Barcelona. Ha sido llegar y, a marchas forzadas, todavía con cierto mareo de tierra (ese que al despertarte, en la mañana, hace que el suelo se tambalée de lado a lado), entrar en la rutina del trabajo. Han sido casi 50 días fuera del lugar de trabajo y, a pesar de que internet te permite resolver la mayoría de los temas, hay muchos "fuegos que apagar", tanto personales como profesionales (vivir en un barco es, en cierta medida, un escape de la realidad).


Antes de dejar el Hespérides os prometí que, ya en casa, os haría un breve resumen de lo que hemos aprendido durante esta campaña. Lo voy a intentar a la carrera, pues en mi escritorio me aguardan varios "fuegos ardiendo", y ya desde ahora os advierto que me voy a dejar muchas cosas en el tintero. Mi énfasis será en la física del océano Atlánticpo ecuatorial, que era el objetivo central de la campaña, por lo que pido disculpas por dejar de lado muchos aspectos biogeoquímicos que hemos investigado, específicamente sobre la composición e materia orgánica e inorgánica, acidez, producción primaria y respiración, comunidad planctónica. Quizás más adelante, con la ayuda de alguno de mis compañeros de la campaña, me atreva a decir algo, pero no de momento.

Mi primera sorpresa ha sido ver la gran intensidad y profundidad de la Corriente de Brasil, una corriente que conecta los hemisferios sur y norte del océano Atlántico y que es responsable del transporte de grandes cantidades de calor, sal, y nutrientes inorgánicos y orgánicos, hacia el hemisferio norte. Ha llamado mucho mi atención ver la extraoprdinaria complejidad de las distintas masas de agua que aparecen en esta región, convirtiéndola en un centro neurálgico donde se conectan aguas de origen austral, subtropical y tropical el Atlántico Sur.

Un poco más al norte, en la región ecuatorial, la corriente de Brasil se divide y parte sigue hacia el Atlántico norte mientras que otra parte gira hacia el este, en forma de contracorriente profunda a lo largo del mismo ecuador. En este margen occidental la capa de mezcla es profunda y muy estable debido a un máximo subsuperficial salado, de modo que las aguas profundas no alcanzan la superficie del océano. Lo que si hay es una importante dilución de sal en la capa de mezcla, parte proveniente de la Corriente de Brasil y parte que viene del giro tropical del hemisferio norte. Por debajo de la capa de mezcla es llamativo que a poca profundidad nos encontramos con aguas muy frías de oigen antártico, mostrando que el Atlántico ecuatorial realmente hace del receptor final de la cinta transportadora.


En las aguas centrales e intermedias de la sección 7,5ºN contrasta la gran variabilidad de masas de agua que se aprecian en el margen occidental con la relativa homogeneidad del margen oriental. En el margen occidental destaca la presencia de agua antartica intermedia, que también alcanza en menor medida el margen oriental, y de agua antártica profunda. En el margen oriental aparece claramente un mínimo de oxígeno en aguas centrales, que refleja que esas aguas tienen largos tiempos de residencia y al tiempo reciben aportaciones de materia orgánica, proveniente del continente africano y la región ecuatorial oriental, que se remineraliza con el tiempo. Estas aguas anóxicas son transportadas por las corrientes ecuatoriales hacia el oeste donde se mezclan en distintos estratos con aguas mucho más oxigenadas.

Esta sección 7,5ºN tiene la particularidad de que transporta gran cantidad de calor hacia el hemisferio norte, en gran parte calor que se ha incorporado a la región ecuatorial entre unos 5ºS y 7ºN. De ahí la importancia de ver como este transporte ha ido cambiando en el pasado, en tanto que un aumento en este flujo sin duda implicará una mayor incorporación de la energía solar que incide en el planeta, posible prolegómeno el cambio climático. En estas próximas semanas haremos los cálculos necesarios para determinar si esto es así.


Ya solo me queda despedirme, no sin antes agradecer a toda la tripulación del BIO Hespérides, con el comandante Juan Antonio Aguilar al frente, y al personal técnico de la Unitat de Tecnología Marina, dirigidor por José Antonio Pozo, que han sido el motor de esta campaña. Y también agradecer a todos y cada uno de mis compañeros en el buque, todos han puesto el mayor entusiasmo en el trabajo, todo son agradecimientos sin ningun reproche. Por supuesto que, mirando atrás, es fácil ver las cosas que se podrían haber evitado o mejorado, pero ante todo valoro el esfuerzo realizado, que ha sido mayúsculo, y, solo después, los logros obtenidos, que ciertamente han sido muchos y van a ser todavía más a lo largo de las próximas semanas. Así pues mi mayor agradecimiento para Verónica Benítez Barrios, Paola Castellanos Ossa, Mariona Claret Cortés, Patricia de la Fuente Gamero, José Francisco Domínguez Yanes, Alicia Duró Sans, José Escánez Escánez, Mikhail Emelianov Kolomitski, Mara Estrada Miyares, Noelia Fajar González, Elisa Fernández Guallart, Fiz Fernández Pérez, Pilar Fernández-Vallejo Caminals, Eugenio Fraile Nuez, Marc Gasser Rubinat, Pedro Llanillo del Río, Celia Marrasé Peña, Evan Mason, María Pastor Mollà, Jesús Peña Izquierdo, Rocío Rodríguez Marroyo, Angel Rodríguez Santana, Miquel Rosell Fieschi, Joaquín Salvador Castiella, Svenja Schulte, Marco Talona y Evarist Vázquez Domínguez.


Para terminar me queda solo agradecer a RTVE por poner a nuestra disposición la fantástica oportunidad de tener este blog y al departamento de comunicación del CSIC por empujar y apoyar esta iniciativa.

La campaña concluida, gracias

Ayer en la mañana entramos en el puerto de Mindelo, en la Isla de Sao Vicente del archipiélago de Cabo Verde. Mindelo es una pequeña ciudad, tranquila, en una isla pequeña, de alrededor de unos 10 x 15 km, con una vegetación tipo sabana. Es el final de una campaña de cerca de 42 días, con salida en Fortaleza, navegación por el océano ecuatorial, al oeste de 32ºW y entre 5ºS y 7,5ºN, una gran radial a lo largo de 7,5ºN desde las costas de Brasil en fontera con Guyana y las costas de Sierra Leona en frontera con Guinea. Aproximadamente unas 6000 millas de navegación durante las cuales hemos medido en continuo la velocidad de la corriente hasta 500 m y la temperatura-salinidad-fluorescencia del agua superficial, y sobre todo hemos hecho 110 estaciones oceanográficas con mediciones y toma de muestras para muy diversos análisis, unas 60 estaciones XBT, una decena de estaciones de medidas de turbulencia y disipación de energía, y hemos lanzado 12 boyas instrumentadas a la deriva que estarán dándonos información diversa durante el próximo año.


Hemos aprendido muchas cosas que trataré de contaros en un último mensaje ya desde Barcelona, pero no quiero dejar Mindelo sin enviaros un último mensaje desde el BIO Hespérides, de agradecimiento por habernos seguido y apoyado, de ilusión también para todos aquellos chicos y maestros que desde diversas escuelas han vivido un poco más de cerca esta expedición. Para nosotros ha sido una experiencia inolvidable, un momento intenso en nuestras vidas, un continuo aprendizaje personal y profesional, con sus momentos más duros pero sobre todo en un ambiente de trabajo excelente. Quiero desde aquí agradecer a toda la tripulación del BIO Hespérides, con el comandante Juan Antonio Aguilar a su cabeza, por el gran trabajo realizado. También a los técnicos UTM, de la Unitat de Tecnología Marina, que son pieza fundamental de este engranaje. Y a todos mis compañeros científicos, mas o menos veteranos, que han vivido con pasión y sin descanso esta etapa. En especial mi mensaje de agradecimiento y ánimo a los chicos jóvenes, estoy seguro que han aprendido mucho y tengo la confianza de que se llevan consigo el espíritu de descubrimiento que creo que nos ha acompañado durante toda esta travesía, un espírito de ilusión y sorpresa, de generosidad y trabajo en grupo.

Fotos, como de costumbre, de Marc Gasser Rubinat. Gràcies Marc!

Tenemos un ganador en el concurso de preguntas, Carlos C por sus respuestas entusiastas a la primera tanda de preguntas. Si se pone en contacto conmigo le mandaremos su merecido diploma ([email protected]). Abrazos para todos!

Hespérides, Buenas Noches…

Por: Miquel Rosell y Paola Castellanos

Fotos: Marc Gasser



Un aire nostálgico sobreviene arriba y abajo, el recuerdo de la ilusión en los pasillos desde Barcelona, se pasea por los corredores del barco. EL inicio de una idea que se percibe en los perfiles, se cuantifica con los números y se visualiza en los colores que reflejan órdenes de magnitud. Variables, o indicadores del océano, la comunicación del científico buscando respuestas o admirándose con la realidad. Una alegría que embarga el haber culminado con satisfacción los objetivos, y la nostalgia de saborear el final.

Aun está presente el entusiasmo con el que al encontrarnos en las reuniones de trabajo nos imaginábamos como iría a ser esta aventura. A bordo se inicia el viaje 43 días en la mar. Ya al otro lado del Atlántico, los recuerdos y la nostalgia asaltan los corazones que han compartido mucho más que una mera travesía. Entre mamparos, no es posible sólo trabajar. Aquí, además, se vive. Y en el vivir, una multiplicidad de caracteres y de formas de ser converge en un espacio confinado que obliga a la comprensión, a la empatía. Escapar no se puede, y en el compartir se descubren paisajes mentales diversos, en un contexto en el que el cotidiano es, aparentemente, monótono.

Fuera, el mar. Siempre extenso, siempre profundo. Pero nunca el mismo. A veces más azul, a veces verde; unos días tan profundo que se oscurece a la vista dando una sensación de voracidad al mirarlo desde la borda. Las nubes y el color del cielo se espejan en la superficie oceánica en un acto narcisista del que las aguas se nutren, adoptando nuevos colores y formas. En los infinitos matices del azul se despliega la ilimitación de lo marino, que nos recuerda que todo cambia, a pesar de la aparente monotonía de nuestro viaje.

De la misma forma, se descubren los matices personales, y uno no es el mismo habiendo dormido o estando cansado, trabajando o de risas, en proa o en popa, un día de sol o de lluvia. Aquí no es posible esconderse, y cuarenta y tres días de travesía generan un vínculo involuntario fruto de los secretos que el convivir revela, a pesar de querer custodiarlos. Fricciones en las que crecemos en cuestionarnos a nosotros mismos frente a la alteridad de la mirada ajena.

Nos vamos, y nuestro paso por el buque es uno más. Pero el paso del buque por nuestras vidas deja una huella, en algunos más indeleble que en otros, pero siempre una pisada que nos lleva hacia delante. Habrá otras campañas, y algunos de nosotros nos encontraremos en un mañana hoy lejano que cuando pasé será un ayer, igual que hoy es un mañana de ayer, que vemos dejando atrás a cada momento. Instantes compartidos bajo un mismo techo, que, al menos durante unos días, nos ha mantenido unidos en un objetivo común, en lucha por una meta que ha sido un punto de encuentro por encima de las divergencias puntuales. Hemos hecho del Tu y del Yo un Nosotros.

Se nos va el océano ecuatorial, acercándonos a las costas Africanas, dejamos atrás las nubes que cierran el horizonte, la calma de los 0 grados, la percepción de ese océano que se mueve en vertical transmitiendo quietud en superficie, adiós a los alisios, que con su brisa marina mostró la fuerza que tiene sobre el mar .. Una llegada apreciada por todos, el regreso al hogar, con el adiós a este trozo de vida construida a bordo. Se encuentran la nostalgia y la alegría en el puerto de Mindelo.

Por última vez: Hespérides, buenas noches. Nos vamos con el legado de MOC2 y el legado que cada uno guarda en su lugar más intimo.


Evan, Marcos, Marco, Paola y el Domo de Guinea

Ya hace unas 30 horas que concluimos la sección 7,5ºN y pusimos rumbo hacia las Islas de Cabo Verde. Durante este trayectro, el último de nuestra campaña, pasaremos por una de las regiones anóxicas características de nuestro planeta, el Domo de Guinea. Anóxicas quiere decir que tiene una baja concentración de oxígeno disuelto. Esto ocurren en las aguas centrales, aproximadamente entre 100 y 600 m de profundidad, motivada por una circulación relativamente lenta y cerrada que resulta en un tiempo de residencia de las aguas bastante alto. Durante todo este tiempo que las aguas giran en esta región, de aproximadamente 1000 x 1000 km de superficie, una importante fraccción de la materia orgánica disuelta tiene tiempo a remineralizarse, ocasionando la disminución en el oxígeno disuelto y un aumento en la cantidad de nutrientes inorgánicos. Estas aguas ricas en nutrientes sostienen alta producción primaria en aquellas épocas donde los vientos se intensifican y los nutrientes se acercan a la superficie, hacia verano y otoño del hemisferio norte.

Ya vamos muy justos de tiempo por lo que en este trayecto haremos un reducido número de estaciones. Anoche hicimos el ultimo CTD, el número 110, y dentro de apenas unos minutos lanzaremos nuestro último XBT... de hecho voy a dejaros un momento para ver como va la cosa... ya vuelvo... Aquí estoy de nuevo, son las 14:14 horas en España (3 horas menos en el barco) y acabamos de lanzar nuestro último sensor de temperatura que ha alcanzado casi 1000 m de profundidad. El barco sigue tomando datos en continuo, especialmente la velocidad de los primeros 500 m de la columna de agua, mientras nos vamos acercando a Mindelo. Ahora mismo nos separan unas 200 millas náuticas.

Mañana o pasado creo que os enviaré el último post de este viaje y espero estar un poco inspirado para ser capaz de resumiros algunas de nuestras experiencias, personales y científicas. Hoy quiero terminar expresando una vez más mi agradecimiento al personal técnico y científico de a bordo. Y quiero concretarlo, tal como en ocasiones anteriores, hacia alguno de los miembros del equipo. Seguramente al terminar la campaña habré hablado mas o menos de uno que de otro, pero espero no se me tome mal. Sin duda todos los miembros del equipo han contribuido al éxito de la campaña y mis notas no reflejan en modo alguno su mayor o menor contribución sino solo mi acierto en reflejarlo.

Así pues, me gustaría dejaros con la imagen de Evan Mason, Marcos Pastor, Marco Talone y Paola Castellanos. Evan es doctor en Ciencias del Mar por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y está empezando a trabajar como postdoc en el Institut de Ciencies del Mar de Barcelona. Evan es especialista en modelización numérica, con mucha experiencia en el Atlántico nororiental y ahora comenzando a estudiar la región ecuatorial. Evan es un inglés muy especial, una persona tranquila y paciente en la que se aprecia claramente la famosa flema británica pero con sorprendentes tintes mediterráneos por haber vivido y trabajado en numerosos lugares con raíces latinas, California, Canarias, Catalunya y Portugal entre otros. En el buque ha participado en los turnos de trabajo y, junto con Verónica Benítez, continuamente ha estado procesando datos numéricos que recibimos en tiempo real.


Marcos Pastor es miembro del equipo de técnicos de a Unitat de Tecnología Marina de Barcelona, que nos acompaña y presta apoyo en el buque. Marcos es un extraordinario profesional y una persona amable y sensible, extremadamente listo y responsable y isempre con unas ganas tremendas de apoyar las actividades de los demás miembros del equipo. En el buque se ha encargado de supervisar el funcionamiento del ADCP (Acoustic Doppler Profiler: un equipo instalado en la quilla del buque que permite determinar la velocidad del agua hasta unos 500 m de profundidad) y también el lanzamiento de los XBTs (las sondas de temperatura de las que ya os he hablado en varias ocasiones).

Marco Talone hizo la carrera en Italia y ahora está terminando el doctorado en el Instituto de Ciències del Mar de Barcelona, bajo la dirección de Jordi Font, al tiempo que trabaja en el SMOS Barcelona Expert Center (SMOS son las siglas de Soil Moisture and Ocean Salinity, un sensor recientemente lanzado al espacio para medir la salinidad superficial de los océanos). Marco es una persona sensible y alegre, nunca se sabe si va en serio o en broma, con la virtud de hacerte sentir relajado a su lado. Marco es un verdadero mago manejando datos y creo que esta campaña le ha permitido ver una visión distinta de la Oceanografía.


Finalmente tenemos a Paola, junto conmigo la reportera oficial de este blog, a quien en la foto vemos en la camara principal de científicos. Paola es una persona muy especial, que te transmite la sensación de estar en sintonía con la naturaleza (aquí sin duda el océano), que sabe disfrutar el momento y se hace querer por los que la rodeamos. Paola hizo la carrera de Oceanografía en Instituto de Ciencias y Tecnologías Marinas de la Fundación La Salle en Margarita, donde yo también di clases un semestre, y después trabajó varios años en Portugal, en temas de educación ambiental y teledetección remota. Ahora hace la tesis doctoral en el Institut de Ciencies del Mar de Barcelona.

La cinta transportadora

Andy me pregunta cuales podrían ser las causas para que la cinta transportadora se detuviese. Es una pregunta realmente importante pues el clima de la tierra depende de esta cinta transportadora. Os explico brevemente de que se trata.

La cinta transportadora es el nombre popular que recibe el flujo de aguas muy densas que cada invierno se forma a altas latitudes en el Atlántico Norte y Sur. En el Atantico Norte ello ocurre como resultado de los vientos continentales, muy fríos, provenientes del norte del continente americano, mientras que en Atlántico Sur es el resultado de la exudación de sal tras la formación de grandes masas de hielo en la plataforma Antártica. Estas aguas se forman con una tasa media de unos 30 millones de metros cúbicos por segundo, e inician un largo camino por los océanos profundos, de varios centenares de años, antes de regresar a la superficie oceánica. Para regresar al Atlántico norte lo hacen vía el Atlantico Ecuatorial, el motivo de nuestro estudio.

La cinta transportadora tiene su origen en la formación hivernal de aguas muy densas en la superficie del océano. Se trata de aguas ya "precondicionadas", en el sentido de que son aguas bastante saladas (el Atlántico tiene un déficit hídrico: evapora más agua de la que se precipita por lluvias), y solo hace falta enfriarlas para que se vuelvan muy densas y se hundan hacia el fondo. Para detener este proceso deberías o bien tener al agua menos salada, por ejemplo con un aumento del deshielo, o que no se llegue a enfriar mucho, con inviernos menos rigurosos. Una vez la cinta transportadora se ha ralentizado debería llegar menos calor a altas latitudes, se formaría mucho más hielo en superficie (la banquisa polar) y se aislaría el océano de la atmósfera contribuyendo a una aún mayor ralentizacion de la circulación profunda. Hoy en día estamos en una situación donde el agua superficial se torna mas caliente y posiblemente mas dulce por el efecto del deshielo de los casquetes polares, aunque esto no es tan claro pues hay también entrada de agua más salada proveniente del Mediterráneo.

Los modelos numéricos que intentan anticipar cual será el clima futuro de nuestro planeta, afectado en gran medida por la humanidad, tienen un talón de Aquiles. Se trata de la incertidumre con la cual predicen la intensidad de la cinta transportadora. Los resultados de los diversos modelos son significativamente distintos, lo que ocasiona una fuerte incretidumbre en el transporte de calor hacia el Atlántico Norte. Para saber cual es la evolución real hacen falta medias como las que estamos tomando en esta campaña.

Hace unos días Paco me preguntaba por fuentes de información sobre Oceanografía. La verdad es que cada vez en internet hay mayor cantidad de excelentes fuentes de información sobre la cinta tranportadora u otros aspectos de la Oceanogafía. Por ejemplo, en nuestro instituto tenemos una web divulgativa que se llama ICM divulga, pueden encontrarla en www.icm.csic.es/divulga. En español tam bién vale la pena mirar la página web de Marinet, con numerosos enlaces informativos: tierra.rediris.es/marinet. También recomiendo las siguientes página en inglés: oceancolor.gsfc.nasa.gov, www.ewoce.org, www.whoi.edu. Finalmente en el google ocean existe cada vez mayor cantidad de información.

En las fotos de hoy vemos a Svenja Schultte con una poistola lanzadora de XBTs (soindas de temperatura), a Maria Pastor y Mariona Claret en alegre "discusión" científica, a Pilar Fernández-Vallejo y Evarist Vazquez "trabajando" duramente en el laboratorio y a Angel Rodríguez en el comedor del buque. Autor de las fotos: Marc Gasser Rubinat.



Un océano distinto

Estamos de camino a nuestras últimas dos estaciones. La última de ellas será ya de noche en la plataforma continental de Sierra Leona. Habremos concluido la sección zonal a lo largo de 7,5ºN que nos permitirá determinar cuanta agua y energía fluye en el océano Atlántico desde el hemisferio sur hacia el hemisferio norte. Es energía que viene en profundidad del Atlántico sur y que sufre un último empuje en el Atlántico ecuatorial, una última transformación e incorporación de energía radiativa, antes de emprender su camino hacia altas latitudes. Mas al norte ya el océano ganará poco calor, la mayor parte de la ganancia habrá ocurrido en el Atlántico Ecuatorial, por el contrario, a partir de los 30ºN esa energía se empezará a distribuir de regreso hacia la atmósfera, moderando el clima de los países más nórdicos.


Cuando estas aguas lleguen a altas latitudes del hemisferio norte el sistema de circulación oceánica se habrá cerrado. Al igual que la sangre que regresa a la aurícula derecha del corazón de un mamífero, lista pra volver a bombearse y empezar de nuevo el circuito. Ya lo decía Leonardo da Vinci hace cinco siglos, el agua de los océanos circula como si se tratase de la sangre de un ser vivo, extraordinariamente complejo, un ser al que le debemos el máximo respeto.

Esta mañana justamente conversaba un rato con nuestro oficial médico a bordo, el teniente coronol Luis Cardona Cean, sobre estos temas. Luis, persona culta y de interesante conversación, reflexionaba sobre como los seres humanos, igual que todos los seres vivos, somos pequeños subsistemas que formamos parte de un sistema complejo superior, la Tierra. Nuestra riqueza individual, la de cada uno de nosotros, es la riqueza del planeta, y el planeta somos nosotros mismos. Nuestro respeto hacia el planeta es en el fondo una forma de auto-respeto, hacia nosotros mismos, nuestras familias y todos nuestros semejantes.

El título del blog de hoy, que pongo siempre al comenzar a escribir, iba encaminado a comentaros que estos últimos días estamos atravesando aguas totalmente distintas a las que vimos hace un par de semanas, del otro lado del Atlántico. Aquí son aguas mucho más homogéneas, con menos contrastes y por tanto mas viejas que aquellas que llegaban, via la Corriente de Brasil, directamente desde el hemisferio sur. Pero creo que el título también es apropiado para lanzar un mensaje de esperanza por un océano distinto, un océano que no sea simplemente un vertedero de todos los residuos de nuestra "civilización". En realidad se trata de un sencillo mensaje de respeto hacia nuestra propia esencia.

(Fotos: Marc Gasser y Celia Marrasé)

Oceanógrafas españolas? Por supuesto!

Por suerte en España cada vez tenemos más mujeres oceanógrafas. Aquí en el barco tenemos desde investigadoras ya consagradas, como son Celia Marrasé y Marta Estrada, hasta chicas que están empezando el doctorado, como son Elisa Fernández y Patricia de la Fuente. Prácticamente la mitad de los científicos a bordo son mujeres, demostrando que las chicas están tomando el lugar que les corresponde en la oceanografía española. Hoy me detendré un momento en dos de nuestras chicas a bordo, de las que no hemos hablado todavía. Son dos chicas muy especiales, cada una a su estilo, buenas compañeras y excelentes científicas.

La primera es Verónica Benítez Barrios. Vero es de Fuerteventura e hizo la carrera de Ciencias del Mar en Las Palmas de Gran Canaria. Vero está ya a punto de terminar su doctorado en Oceanografía bajo la dirección de Alonso Hernández Guerra. Vero ha hecho una tesis impresionante, con una visión del Atlántico Norte que va desde la gran escala hasta la cuenca de Canarias. Vero es una trabajadora innata, con un gran sentido de la responsabilidad y unas tremendas ansias de aprender, la mejor de las actitudes. Aunque su dulce mirada lo disimula bastante para mi está claro que Verónica tiene un carácter fuerte, tiene la valentía no solo para ser buena oceanógrafa sino también para demostrárlo a quien se le ponga por delante, fuera de toda duda. Para mi Vero es un ejemplo de dulzura y superación.



Y del Instiut de Ciencies del Mar de Barcelona también nos acompaña una joven doctora, bióloga marina, Alícia Duró Sans. Alícia, junto con Evarist Vázquez, se encarga de medidas de oxígeno y experiencias de respiración. Alícia es también una excelente comunicadora, ha colaborado con numerosas instituciones en aspectos relacionados con la divulgación de la ciencia. Alícia tiene una hija en Barcelona, Ona, a quien mandamos un beso muy grande. Alícia es alegría desbordante, sin pausa, necesaria para una larga, y a veces dura, campaña. Gracias, Alícia, por compartir tu entusiasmo con todos.

Me voy de viaje

Por: Kintxo



Estaba nerviosa, era mi primera y quizá mi última misión, a no ser que consiguiesen fondos para poder recuperarme. Lo mas peligroso era alcanzar el océano y en esas estábamos. El buque navegaba a la velocidad adecuada, las conexiones y los cables estaban preparados y revisados, era posible recuperar datos del sensor, el barbas había estado comprobándolo todo una y otra vez, empezaba a estar harta de que me toquetease continuamente, como si fuese un oso de peluche.


Me sentía llena de energía, como para estar navegando y recopilando información durante muchos meses. La vela estaba preparada, bien cosida,bien amarrada al cordón umbilical que me comunicaba con mi sensor, con el peso justo para hundirse pero no llevarme consigo hasta los fondos abisales. Los cálculos eran correctos, iba a ser capaz de indicar la posición exacta en la que se iba registrando la salinidad y la temperatura mientras navegaba,gracias a mi vela submarina, siguiendo la corriente.¡¡¡ Qué responsabilidad !!!, nada podía fallar, era necesario que todo estuviese perfecto antes de comenzar mi viaje.

Y por fin llegó el momento, permanecía descansando sobre la cubierta de popa, muy cerca de la borda, amarrada a una de las bitas del pórtico, el cordón que me comunicaba con el sensor (100 metros) estaba todo extendido en el suelo, zigzagueando, como su fuese una serpiente que acecha a su víctima. Al final, el sensor amarrado a aquella vela cilíndrica que me transportaría. Los marineros comenzaron la comunicación con el puente:

-- Cubierta de popa a puente


-- Aquí puente, estamos listos para la maniobra


-- Comenzamos


En ese mismo instante agarraron la vela cilíndrica, que reposaba replegada sobre la cubierta y comenzaron a desplegarla desde el espejo de popa del barco. Al llegar al agua y debido a la arrancada del barco comenzó a estirarse adquiriendo la forma de un largo gusano azul. Yo observaba desde el otro costado la operación, cada vez mar nerviosa. Solo de pensar en el breve espacio que me separaba del océano me hacía resetearme continuamente de emoción.

Seguido de la vela entró en el agua el sensor, al ponerse en contacto con el océano sentí una subida de tensión indescriptible, ya no había marcha atrás, el cable adujado en zigzag iba siguiendo a la vela que se alejaba poco a poco del espejo.

El barbas desamarró el cabo que me unía al pórtico y comenzó a testear mi peso, ya casi no quedaba cable en la borda, todo estaba en el mar, estirado convenientemente. La vela ya se había hundido, aún se podía percibir su silueta vagamente por debajo del agua. Llegaron las boyas de amortiguamiento al espejo y Germán,pendiente del barbas, preguntó a ver si era el momento de largarlas al mar. Un gesto afirmativo hizo que estas cayeran al océano a la vez que yo iba deslizándome hacia la superficie por el espejo.


Sentí el agua a mi alrededor y un chisporroteo recorrió mis circuitos, por fin, estaba flotando, aún quedaba amarrada al barco por un cabo de seguridad que llevaba pasado por seno en una de mis asideras. La turbulencia generada por la hélice era acongojadora, el agua saltaba por encima mío y sin embargo todo estaba en su sitio. Por fin se soltó el cabo y quedé libre en el océano.

Comencé a hacer las comprobaciones pertinentes, el sensor respondía, me dió un dato y la hora, era el momento de realizar la primera transmisión, allí va el mensaje con la canfianza de que algún satélite recogiese mi información.


El barco comenzó a alejarse y al cabo de un tiempo estaba sola en el océano, preparada para cumplir mi objetivo de descifrar el contenido en sal y la temperatura de aquella corriente que me transportaba.


Cuatro personajes, cuatro ilusiones

(fotos por Marc Gasser Rubinat y Noelia Fajar González).

Los científicos somos, ante todo, gente ilusionada con nuestro trabajo. Llegar a ser científico en España no es nada fácil, y mantener y acrecentar la motivación durante un duro camino tiene mucho mérito. Hoy me gustaría brevemente contaros cual es el camino para llegar a ser científico en esta España nuestra. Por supuesto hablaré en base a mis propias experiencias y de la gente que conozco, casi todos trabajando en áreas de Ciencias de la Tierra, pero creo que la mayor parte de lo que digo es extrapolable a muchas de las ciencias experimentales, exactas y sociales.

Empecemos por un chico o chica que hace una carrera de Ciencias aplicadas, bien sea Ciencias Físicas, Quimicas, Geológicas, Biológicas, Ambientales o Ciencias del Mar. Este chico, si tiene suerte, se encontrará con profesores ilusionados que le sabrán transmitir no solo conocimientos y experiencias sino también, y por encima de todo, amor hacia lo que hacen. Aunque eso si, con casi absoluta seguridad en nuestro sistema universitario se encontrará con personas desilusionantes, pero supongo es así en todas las facetas de la vida. Lo malo es que el sistema universitario español (y puedo hablar con motivo de causa pues fui profesor universitario en España durante 10 años) no es, que digamos, especialmente motivante. Lo importante, al menos hasta hace poco, ha sido superar los cursos, memorizar, saber contestar exámenes, sacar buenas notas, cuando en realidad lo que debería haberse priorizado es la creatividad, la intuición, la busqueda de preguntas (más que respuestas), la comprensión de conceptos y la capacidad de cuestionamiento. Es totalmente cierto que se necesita algún tipo de medida del esfuerzo y comprensión del alumno pero lo que se debería realmente medir es la continua actitud de búsqueda, el desarrollo de la intuición y la creatividad, la actitud inconformista hacia la simple aceptación de dogmas. Por supuesto ello no se consigue a menos que el contenido de las carreras universitarias, y la forma de impartirlas, sea realmente creativo.

Pues bien, supongamos que nuestro chico, que empezó la universidad ilusionado, consigue terminar la carrera con la motivación intacta, sin duda no por el sistema sino gracias al ejemplo de algunos profesores-investigadores motivantes. El chico, por tanto, sin saber muy bien de que se trata, se plantea la posibilidad de realizar una carrera en investigación. Aquí no le toca más remedio que ir a un programa de doctorado, para profundizar en su aprendizaje y aprender técnicas de investigación y, ojalá, seguir ilusionándose... Pero estamos hablando de un chico de 23-24 años que necesita tener alguna fuente de financiación durante los 4-5 años que durará su doctorado. ¿Qué ocurre? Lo que ocurre es que no importa que tan motivado esté el chico, no importa la creatividad o intuición que haya alcanzado, para obtener una beca lo único que importa son las notas que obtuvo durante su carrera universitaria, que como ya hemos dicho quizás distó mucho de ser un ejemplo de motivación y creatividad.

Pero sigamos adelante, supongamos que el chico, o un director de tesis que cree en el, o ambos, consiguen una fuente de financiación y puede comenzar y eventualmente terminar su doctorado. ¿Qué es lo que le cuenta a partir de ese momento? Pues de nuevo le cuenta muy poco su creatividad e intuición, mucho menos su ilusión, lo único que le contará cara a su futuro profesional es haber "publicado" artículos. Muchos artículos, al peso. Esta es prácticamente la única manera que existe en España para conseguir contratos postdoctorales. La otra opción, que yo considero muy inteligente, es irse unos años al extranjero, a países donde se valora la habilidad desarrollada, donde se aprecia mas el detalle que el bulto. Después de varios, a veces muchos, años en el extranjero o con contratos inestables, un día les llega la oportunidad de un contrato más estable, quizás incluso una plaza fija. Al llegar a este punto la esperanza es que el chico, ya no tan chico, todavía mantenga su ilusión intacta, e incluso que esta haya crecido, ya no solo por el mismo y el trabajo que pueda realizar, sino por el ejemplo que puede dar para que otros detrás continúen esta labor de crear una masa crítica.

La única parte buena de toda esta historia es que los que continúan son, casi todos, gente ilusionada y competente, también un poco testaduros. La parte triste es que gente muy buena, de gran potencial, deja la carrera investigadora. Ya para terminar esta historia quiero dejaros con los nombres y fotos de gente ya algo veterana, que participa en esta campaña. No son solo grandes científicos, que lo son, sino muy especialmente son entusiastas, ilusos (con la mejor connotación) de su profesión, capaces de transpirar un entusiasmo contagioso que llena los laboratorios y espacios del BIO Hespérides y del que se nutren estas futuras generaciones de científicos que nos acompañan. Ellos son Marta Estrada Miyares y Celia Marrasé Peña, Biólogas Marinas del Institut de Ciències Marines del CSIC en Barcelona, Fiz Fernández Pérez, Químico Marino del Instituto de Investigaciones Mariñas del CSIC de Vigo, y Angel Rodríguez Santana, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Aquí os dejo con estas fotos de su alegría e ilusión por la Oceanografía.
Marta Estrada conjuga detalle y conjunto. Posee una estraordinaria visión de conjunto de la Biología Marina y es, ahora más que nunca, capaz de contagiarnos con su ilusión y capacidad de atención hacia los pequeños detalles del plancton marino.


Celia Marrasé en cada estación disfruta su máximo de clorofila como si de un pequeño regalo se tratase, su alegría se desborda y remoja a los que la rodeamos.


Fiz Fernández Pérez descansa entre estaciones repartiendo sabiduría y consejos a diestra y siniestra, como quien reparte sablazos, regalos gratis para todos, que vienen acompañados de cierta o mucha alegre ironía.


La alegría desbordante de Angel Rodríguez Santana solo es igualada, nunca superada, por su pasión por el mundo de la Oceanografía Física, una pasión que arrastra hacia el éxtasis.

Un día como hoy...30 días después

Fotógrafo: Marc Gasser Rubinat

Considerando que nos echamos al mar un lunes 5 de Abril, hoy llevamos 30 días navegando y 92 estaciones terminadas. Recorrimos el tiempo en longitud y latitud, también con un cierto cotidiano presente en los turnos y la rutina diaria de trabajo. Dentro de un barco podemos imaginar la vida constante; mismos espacios, las mismas caras y el mismo paisaje del mar.

Sin embargo esta forma de pasar en el tiempo cambiando el espacio exterior, es muy particular. Por un lado, hablan los perfiles, nos alertan del cambio; el mar a la vista desde proa parece el mismo, azul y grandioso, más o menos viento, pero al observarlo en vertical, mirándolo hacia dentro vemos los cambios en sus propiedades que nos habla de sus diferencias, de cómo va mezclándose en su recorrido, de cómo es el mismo océano pero no es el mismo mar…

Por otro lado, habla de movimiento, vamos cambiando geográficamente de un lugar a otro, cada transecto es un objetivo, transito y pasamos a la siguiente estación. Solo paramos cuando lanzamos el CTD al agua, y digo paramos pero en realidad el barco está en marcha balanceando la deriva del mar para mantenernos en el punto, es decir, no estamos estáticos siempre estamos en movimiento, un estado que nos recuerda la transferencia de energía cinética del océano, estupendo, verdad!.

Durante este recorrer en el tiempo observamos y medidos las aguas ecuatoriales, subimos por la costa brasilera para conocer la Corriente Norte de Brasil, también nos llevamos a bordo un poquito de la salida de las aguas del Rio Amazonas. Ahora siguiendo la ruta longitudinal de los 7.5° Norte rumbo a la costa Africana: aguas centrales, aguas intermedias, turbulencia & difusión, la fuerza del viento; transferencia de momento entre la a atmósfera y el océano.

Quedan tan solo 9 días para terminar esta travesía trasatlántica. Centramos nuestros objetivos en dos corrientes principales; la “North Brazil Current” y la “Equatorial Undercurrent”, la primera transporta un flujo importante de agua del sur al norte y la otra se ve visualiza como una pluma de agua salada que viaja por debajo de superficie alcanzando velocidades 1m/s. Sin duda después de todas las observaciones el Océano Ecuatorial se nos revela con una dinámica y un movimiento vertical fascinante, cuantos procesos de mezcla se asoman sutilmente en los perfiles revelándonos la complejidad de este sistema oceánico...

...Solo nos resta CRISTALIZAR…

Equipo del Hespérides


La Expedición Malaspina 2010 ya ha comenzado su singladura gracias al impulso del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC. Es la mayor expedición marina de la historia que pretende evaluar el impacto del cambio global en el Océano y estudiar su biodiversidad.
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