Epílogo de MOC2-Ecuatorial: de vuelta a casa
(Fotos de Marc Gasser Rubinat)
Anteayer llegamos por avión a España provenientes de Cabo Verde. Algunos al Instituto de Investigaciones Mariñas del CSIC en Vigo, otros a la Universidad de Las Palmas en Gran Canaria, y al Instituto Espñaol de Oceanografía en Tenerife, y la mayoría al Institut de Ciències del Mar del CSIC en Barcelona. Ha sido llegar y, a marchas forzadas, todavía con cierto mareo de tierra (ese que al despertarte, en la mañana, hace que el suelo se tambalée de lado a lado), entrar en la rutina del trabajo. Han sido casi 50 días fuera del lugar de trabajo y, a pesar de que internet te permite resolver la mayoría de los temas, hay muchos "fuegos que apagar", tanto personales como profesionales (vivir en un barco es, en cierta medida, un escape de la realidad).
Antes de dejar el Hespérides os prometí que, ya en casa, os haría un breve resumen de lo que hemos aprendido durante esta campaña. Lo voy a intentar a la carrera, pues en mi escritorio me aguardan varios "fuegos ardiendo", y ya desde ahora os advierto que me voy a dejar muchas cosas en el tintero. Mi énfasis será en la física del océano Atlánticpo ecuatorial, que era el objetivo central de la campaña, por lo que pido disculpas por dejar de lado muchos aspectos biogeoquímicos que hemos investigado, específicamente sobre la composición e materia orgánica e inorgánica, acidez, producción primaria y respiración, comunidad planctónica. Quizás más adelante, con la ayuda de alguno de mis compañeros de la campaña, me atreva a decir algo, pero no de momento.
Mi primera sorpresa ha sido ver la gran intensidad y profundidad de la Corriente de Brasil, una corriente que conecta los hemisferios sur y norte del océano Atlántico y que es responsable del transporte de grandes cantidades de calor, sal, y nutrientes inorgánicos y orgánicos, hacia el hemisferio norte. Ha llamado mucho mi atención ver la extraoprdinaria complejidad de las distintas masas de agua que aparecen en esta región, convirtiéndola en un centro neurálgico donde se conectan aguas de origen austral, subtropical y tropical el Atlántico Sur.
Un poco más al norte, en la región ecuatorial, la corriente de Brasil se divide y parte sigue hacia el Atlántico norte mientras que otra parte gira hacia el este, en forma de contracorriente profunda a lo largo del mismo ecuador. En este margen occidental la capa de mezcla es profunda y muy estable debido a un máximo subsuperficial salado, de modo que las aguas profundas no alcanzan la superficie del océano. Lo que si hay es una importante dilución de sal en la capa de mezcla, parte proveniente de la Corriente de Brasil y parte que viene del giro tropical del hemisferio norte. Por debajo de la capa de mezcla es llamativo que a poca profundidad nos encontramos con aguas muy frías de oigen antártico, mostrando que el Atlántico ecuatorial realmente hace del receptor final de la cinta transportadora.
En las aguas centrales e intermedias de la sección 7,5ºN contrasta la gran variabilidad de masas de agua que se aprecian en el margen occidental con la relativa homogeneidad del margen oriental. En el margen occidental destaca la presencia de agua antartica intermedia, que también alcanza en menor medida el margen oriental, y de agua antártica profunda. En el margen oriental aparece claramente un mínimo de oxígeno en aguas centrales, que refleja que esas aguas tienen largos tiempos de residencia y al tiempo reciben aportaciones de materia orgánica, proveniente del continente africano y la región ecuatorial oriental, que se remineraliza con el tiempo. Estas aguas anóxicas son transportadas por las corrientes ecuatoriales hacia el oeste donde se mezclan en distintos estratos con aguas mucho más oxigenadas.
Esta sección 7,5ºN tiene la particularidad de que transporta gran cantidad de calor hacia el hemisferio norte, en gran parte calor que se ha incorporado a la región ecuatorial entre unos 5ºS y 7ºN. De ahí la importancia de ver como este transporte ha ido cambiando en el pasado, en tanto que un aumento en este flujo sin duda implicará una mayor incorporación de la energía solar que incide en el planeta, posible prolegómeno el cambio climático. En estas próximas semanas haremos los cálculos necesarios para determinar si esto es así.
Ya solo me queda despedirme, no sin antes agradecer a toda la tripulación del BIO Hespérides, con el comandante Juan Antonio Aguilar al frente, y al personal técnico de la Unitat de Tecnología Marina, dirigidor por José Antonio Pozo, que han sido el motor de esta campaña. Y también agradecer a todos y cada uno de mis compañeros en el buque, todos han puesto el mayor entusiasmo en el trabajo, todo son agradecimientos sin ningun reproche. Por supuesto que, mirando atrás, es fácil ver las cosas que se podrían haber evitado o mejorado, pero ante todo valoro el esfuerzo realizado, que ha sido mayúsculo, y, solo después, los logros obtenidos, que ciertamente han sido muchos y van a ser todavía más a lo largo de las próximas semanas. Así pues mi mayor agradecimiento para Verónica Benítez Barrios, Paola Castellanos Ossa, Mariona Claret Cortés, Patricia de la Fuente Gamero, José Francisco Domínguez Yanes, Alicia Duró Sans, José Escánez Escánez, Mikhail Emelianov Kolomitski, Mara Estrada Miyares, Noelia Fajar González, Elisa Fernández Guallart, Fiz Fernández Pérez, Pilar Fernández-Vallejo Caminals, Eugenio Fraile Nuez, Marc Gasser Rubinat, Pedro Llanillo del Río, Celia Marrasé Peña, Evan Mason, María Pastor Mollà, Jesús Peña Izquierdo, Rocío Rodríguez Marroyo, Angel Rodríguez Santana, Miquel Rosell Fieschi, Joaquín Salvador Castiella, Svenja Schulte, Marco Talona y Evarist Vázquez Domínguez.
Para terminar me queda solo agradecer a RTVE por poner a nuestra disposición la fantástica oportunidad de tener este blog y al departamento de comunicación del CSIC por empujar y apoyar esta iniciativa.