Tres. Irrati.
Corría el otoño de 1977. La llamada "cadena" informativa estaba a punto de saltar. El "parte" iba a dejar de ser de obligada emisión para todas las emisoras. Pero en los días en los que el monopolio informativo daba sus últimos coletazos, se adivinaba ya una inminente explosión de libertad en las ondas. La propia radio pública había tomado la iniciativa, aunque tímidamente, y daba cuenta de argumentos de la vieja cultura popular, el folclore de siempre, pero que sonaban a nuevos, porque ya no estaban prohibidos.
Se podía hablar y radiar ya de costumbres y artes y lenguas que habían permanecido ocultas durante décadas bajo el peso de la memoria oficial de la historia. Pero las gentes no habían olvidado costumbres arraigadas, tradiciones profundas y su propia lengua, cada pueblo la suya. El ejemplo sonoro con el que poner a prueba esta historia se emitió por la radio el 23 de septiembre del año 1977. Es un fragmento de un amplio reportaje sobre los bertsolaris, poetas de la cultura popular vasca y maestros de la improvisación lírica y de la manera de sentir , de amar, de divertirse y de pensar en una lengua llamada euskera. Así sonó la radio, cuando entrevistaron a un bertsolari ilustre al que todo el mundo conocía como Basarri.
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