Cervantes en Dublín
Me contaron de un académico que algunos fines de semana salía de excursión por los pueblos de Cuenca a recolectar palabras, como el que va a buscar setas, y es que parece que la tierra conquense es muy rica en vocablos castellanos. Un equipo de Informe, nos hicimos el fin de semana pasado una tournée por Dublín buscándole la música y las cosquillas al español, una lengua de moda y con mucho futuro. En Irlanda, por ejemplo, el idioma de Galdós suscita un gran interés, asunto nada sorprendente si tenemos en cuenta que un millón de sus ciudadanos vienen anualmente a España. Uno de cada cuatro, que no es mala proporción.
El Instituto Cervantes de Dublín está dirigido por Julia Piera, una madrileña que no ha cumplido los cuarenta y que tiene un brillante currículum, con licenciatura en Económicas, postgrados literarios y mucho Harvard. Claro que lo suyo es sobre todo la poesía, género en el que ha escrito varios libros interesantes, el último “Puerto Rico digital”. Con todo, lo mejor de Julia es su hablar ameno, su risa en enredadera y la intención traviesa que se dibuja en su cara como un mapa sexy. En la foto está entre los dos hombres, Ramón Senent, el cámara (el alto) y yo mismo. Las otras dos chicas, dublinesas de vocación súbita, son, de izquierda a derecha, Cristina Moreno, realizadora, e Irene Martín, reportera ayudante.
Dublín es una ciudad con más gracia en sus calles y sus tipos que grandiosidad arquitectónica. Allí la gente vive volcada hacia fuera, pese al clima. Los fines de semana, sentado en una terraza del Temple Bar, el barrio de la marcha y la cultura, uno puede convertirse en degustador de un espectáculo barroco y deslumbrante. Una fiesta cosmopolita, donde el ridículo no tiene sentido y vivir es una broma amable y encantadora. Allí no se mata el tiempo, más bien todo es pasatiempo. Pero, claro, Dublín es también su literatura.
Desde hace siglos la capital irlandesa es una poderosa factoría de genios de la escritura, de Jonathan Swiff a Samuel Becket, de Óscar Wilde a Bernard Shaw. Y luego está el único, el que no admite discusión, el campeón de la literatura del siglo XX, James Joyce. Su mítico “Ulises” es una novela tan laureada como difícilmente legible. Pura vanguardia.
P. D. (“La fiesta del idioma”, el sábado, 27, en“Informe Semanal”)