Labordeta, de frente
Escribo desde la distancia, hasta donde la radio me ha traído la noticia de la muerte de José Antonio Labordeta y los ecos de su despedida. Escribo todavía impactada por ese adiós espontáneo de miles de personas que, seguramente sin proponérselo, fue metiendo en su mochila. Esa que llevó siempre a la espalda, llena de afectos pero vacía de alharacas.
Entrevisté a Labordeta por primera vez con motivo de la Expo del Agua. Quería que personas de la ciudad -y él era Zaragoza y Aragón- me contaran qué suponía este acontecimiento. Y allí estaba, explicándome desde una de las nuevas pasarelas del Ebro, cómo se habían conectado las dos partes de la ciudad que antes separaba el río, y cómo se habían recuperado las riberas. "Pase lo que pase con la Expo –me dijo- Zaragoza ya tiene su legado".
Un año después un amigo común me comentó que iban a publicar un libro y hacerle un homenaje, que quizás podría recoger Informe Semanal . Y mi marido, que años atrás había coincidido con Labordeta hablando en el Pirineo sobre pueblos abandonados, me dio un argumento incontestable: Labordeta no tiene uno sino varios reportajes: ha sido profesor, político, cantautor, poeta, escritor, periodista…un verdadero hombre del Renacimiento”.
Quedamos con José Antonio en una fría semana de noviembre. Me habían dicho que el homenaje era una sorpresa, así que durante el rodaje hablábamos solo del libro. Le grabamos paseando por el barrio de su infancia, comprando en el mercado (“dame un puñao de gambas, anda, que sean para la plancha”), recitando un poema frente al Ebro. Le grabamos en su casa, sólo, pero con la presencia imperceptible de Juana, su mujer, y de sus hijas y nietas, por las que se le iba el alma. Y nos dio una hora de entrevista con pasajes tan deliciosos que al terminar sólo pude decirle: “Labordeta, hay un problema”. “¿Qué pasa?”, me contestó sorprendido. “Que el reportaje no puede durar más de doce minutos, y tenemos que escuchar tus canciones y meter fragmentos de tus programas de televisión. Y no sé cómo vamos a comprimirlo todo”.
Al día siguiente acudimos al homenaje , en un Teatro Principal lleno hasta la bandera.
Antes de que comenzara habíamos pactado grabar con apenas un puñado de invitados, -amigos, cantantes y políticos-, algunas palabras que definieran a Labordeta. Y nos encontramos con una fila de gente esperando para hablar de él. No terminaba uno y ya se había sentado otro. Contaban sus recuerdos, sus anécdotas, lo que Labordeta les había enseñado, lo que representaba. Personajes del mundo de la música, del cine, de la política, de la enseñanza, compañeros, amigos….
Los del equipo nos mirábamos: “es imposible que puedan entrar todos en el reportaje”. Pero no queríamos decirle a nadie que no, que ya teníamos más que suficiente, porque era el ejemplo palpable del cariño que concitaba “el abuelo”, como la mayoría le llamaban.
Al final conseguimos arañar algún minuto más, aunque hubo muchas cosas que irremediablemente se quedaron en el tintero.
Teníamos el guión casi terminado y aún no habíamos resuelto un detalle importante: ¿qué titulo íbamos a ponerle?. Le dimos casi tantas vueltas como las que él dio su propia vida:
-“¿Destacamos alguna de sus facetas?.”
-“¿Y cómo reflejamos el resto?.”
-“¿Algo con la mochila?.”
-“No sé. Demasiado obvio.”
-“¿Y en qué plano podríamos meterlo?.”
-“Puede quedar bien en el que se ve la portada del libro con su retrato proyectado sobre el escenario”
-Pues entonces eso: “Labordeta, de frente”.
Escribo desde la distancia recordando al protagonista de ese reportaje. A un Labordeta que anteponía los sentimientos a la ideología, que amaba y reivindicaba su tierra, que se definía triste y socarrón, que ejerció la política sin horario, que le puso música a sus poemas, que recorrió los rincones de nuestro país para enseñarnos la grandeza de lo pequeño. Y a quien nada más conocer tuve la certeza de que en todo había ido por la vida, siempre, de frente.
Carlos Y Mara dijo
Bueno creo que sobran las palabras, y que le vaís a hacer un bonito homenaje, como él merecía.Muy buen texto Beatriz.Siempre recordaremos a ese hombre que nos descubría ( entre otras cosas de manera cotidiana ) España con uno de los programas más entrañables.Un Saludo.
22 sep 2010
Montserrat dijo
Un reportatje o mejor dicho un escrito conciso, donde queda reflejada la personalidad de Labordeta. Yo tuve ocasión de poder oirle en mi juventud hablar, cantar y recitar. Defender su tierra, sus valores. Despues segui su trajectoria me hice mayor igual que el.
Como político no defraudo, siguio con su lucha aferrima de los valores que muchos de sus compañeros de "trabajo" ya ni saben como son.
Te echare de menos, como persona has sido un 10 hasta el final.
Hasta siempre.
22 sep 2010
lágrima dijo
el último párrafo es de la mejor descripción que he podido leer, me ha llenado de alegría después de unos días tan apáticos.
Muchas gracias.
22 sep 2010
MZ dijo
Hace unos años estuvo en mi localidad, creo que vino a dar una charla, le invitaron después a una sociedad a tomar algo, me apunté al asunto y, la verdad, fue un gusto: se hacía cercano.
Una pena que la enfermedad haya podido con él.
22 sep 2010
Anónimo dijo
Todas las regiones de España deberían tener alguien como Labordeta.Quizá lo tienen,y en estos tiempos en los que el mensaje general repetido machaconamente por los políticos es "perded toda esperanza" no sabemos ,no queremos o no tenemos el valor de hacer que estas personas salgan a la luz.
Gracias por tu ejemplo,Labordeta.
22 sep 2010
Miguel A. Prades dijo
Hoy hay un agujero negro en lo más hondo. Pero también hay una nueva estrella. Labordeta no fue un cometa, de esos que pasan brillando un instante y luego se desvanecen, no, el siempre fue estrella. Siempre en el sitio, como guía.
Era ante todo un hombre bueno, sólo así se puede hablar como él lo hacía de su tierra , sus paisajes y sus gentes. Con sus grandezas y miserias, con sus amores sus esperanzas y sus cotidianas muertes. De tal manera lo hacía que no importaba de donde fueras, sus paisajes y sus gentes eran tuyos, eran del mundo, de la humanidad entera. Esa, que hoy, se queda un poco más huérfana.
23 sep 2010