Los Goya y la tormenta perfecta
Que la vida es una continua paradoja es algo sabido. Y que a veces se producen fenómenos no deseados de consecuencias muy superiores a lo previsible, tampoco. Un buen ejemplo de lo que es vivir, desde hace semanas, a lomos de una paradoja es Alex de la Iglesia. Todo iba bien, demasiado bien para el director de cine. Casi parecía un cuento de Navidad. Su pasión y su inabarcable capacidad de trabajo, aunque asegure ser un vago, parecían no tener fin. “Balada triste de trompeta” con 15 nominaciones era, a priori, la favorita de los Goya aunque no hay que fiarse porque el voto de los académicos es, además de secreto, muchas veces sorprendente. Éxito en Venecia, Premio Nacional de Cinematografía, una película excesiva y llena de metáforas sobre el Caín que todos llevamos dentro, otra en fase de rodaje….y un cumpleaños redondo, las bodas de plata de los Goya , en un escenario casi perfecto: el Teatro Real. Pero además, en los ratos libre, Alex de la Iglesia mediaba: con el ministerio, con los internautas (quiero decir con las asociaciones de internautas porque internautas somos casi todos……) con los productores. Pero algo pasó y de tanto ir el cántaro a la fuente se rompió. Un calentón o el hartazgo le llevaron a presentar la dimisión pero eligió un mal momento y un escenario inapropiado: twitter . Lo demás es sabido, pero a Alex de la Iglesia se le ha dibujado un rictus tristón casi tanto como el del infeliz payaso de su última película.
Algún medio también se ha encargado de echar leña al fuego poniendo en solfa el cine español y recordando, malévolamente, las subvenciones que tiene y los parcos datos de taquilla de este año. Así las cosas, entre resbalones en twitter, nervios previos a la gala y recaudaciones a la baja, se produjo algo muy parecido a la tormenta perfecta, donde la combinación de aires fríos y calientes origina graves turbulencias.
¿Influirá todo este jaleo en la Gala de los Goya? Hay voluntad de que no, aunque algún cambio de guión se ha producido. Ajeno, en apariencia, al ruido de la Academia, Andreu Buenafuente, el maestro de ceremonias se esfuerza por mejorar el buen sabor de boca que nos dejó hace un año. Todo o casi todo, es secreto este año. Quieren que el factor sorpresa funcione y entrar en las tripas del Teatro Real se ha convertido en misión imposible.
El equipo de Informe Semanal con Andreu Buenafuente
Dicho esto, el equipo de Informe Semanal tuvo el privilegio de que Buenafuente nos acompañara cual guía turístico ilustrado por la Villa y Corte. Su amabilidad es extrema casi tanta como su capacidad para generar gags. Las pilla al vuelo y colabora con humildad en todo lo que le pides. Su humor disuelve los malos rollos. Seguro que sabrá descongelar el clima algo frio que reina en la Academia. Gracias Andreu y mucha suerte. Ojalá estemos ante la gala más hermosa. El cine, la Academia, pese a todos sus vaivenes y también tú, os lo merecéis.